☆ Extra. ☆

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BAUTISTA

---Sábado---

—¿Qué ocurre? —lo escucho preguntar del otro lado del móvil y suelto un suspiro, mirando el cielo desde el techo de mi casa—. ¿Bautista?

—Volví a sentirme mal —respondo luego de unos segundos, sintiendo mi voz pesada para hablar.

Se hace un pequeño silencio, en el cuál sé que está buscando las palabras correctas.

—¿Desde cuándo? —pregunta al fin y yo abrazo mis piernas con mis brazos para luego elevar un hombro, aunque él no pueda verme.

—No lo sé, sólo sé que he vuelto a sentirme así —admito, sin dejar de ver las miles de estrellas frente a mí—, sólo deseando que todo acabe, ¿sabes?

—No, o sea, sí, pero no —se apresura a decir, haciéndome fruncir el ceño.

—No comprendo.

—Todo acabará, sí, pero ni se te ocurra pensar en esas formas de acabar con todo —responde, logrando que comprenda sus palabras.

—Tranquilo Brian, sé que el suicidio no es una opción —comento para tranquilizarlo.

Es cierto, jamás ha sido una opción para mí, aunque eso no quita el hecho de que la idea no ronde por mi cabeza en cada recaída.

—De acuerdo —contesta algo tranquilo y suelto un suspiro—. ¿Quieres que hagamos algo como siempre?

—No —respondo con sinceridad—. Por ahora no. Quizá algún día en que me sienta realmente mal, ¿va? Ahora sólo necesitaba decirle a alguien que me sentía así y ya —admito y lo puedo imaginar asentir con la cabeza—. Por cierto, gracias por atender rápido.

—Sabes bien que siempre lo haré —me recuerda y sonrío de lado. Brian es un gran amigo, lástima que a veces yo no puedo serlo—. Pero ya, cambiemos de tema. ¿Qué tal va todo con esa chica misteriosa? ¿Eh? 

Río por lo bajo y niego con la cabeza.

—Imbécil —es todo lo que digo antes de colgar.

Él sabe que me incomoda hablar de mi relación con Leonor.

Suspiro al pensar en ella y, cuando menos me doy cuenta, estoy sonriendo.

Me gustaría decirle a todo el mundo que somos novios, pero respeto su decisión de mantenerlo en secreto. No comprendo del todo sus razones, pero intento hacerlo. Después de todo, yo no sufro el mismo problema que ella, así que es obvio que jamás podré comprenderla al cien por ciento.

—¡¿Bautista?! —escucho a mi mamá gritar dentro de la casa, pero no respondo. No porque quiera asustarla, sino porque ahora mismo realmente no tengo ganas de que me encuentren—. ¡¿Bautista qué haces ahí?! —chilla horrorizada, mientras me mira con temor—. Hijo, baja de ahí, por favor —suplica con los ojos llorosos.

La miro por unos segundos más, para después suspirar y asentir con la cabeza.

Me levanto y comienzo a caminar por las tejas del techo con sumo cuidado y sin mirar a mis costados para no caerme, aunque en realidad, creo que es para no mirar la tentación de tirarme ahora mismo.

Me meto a mi habitación por la ventana y una vez que estoy adentro y a "salvo", veo a mi mamá cerrar la ventana velozmente, para después girarse hacia mí y abrazarme con fuerza.

Cierro mis ojos y me maldigo por mis pensamientos de hace unos minutos, para luego rodear el cuerpo de mi mamá con mis brazos.

La siento relajarse mientras inhala fuertemente mi aroma. Se aleja de mí y me mira con una sonrisa.

Mala suerte | #SS1 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora