Si le pedían responder sinceramente, Yuta respondería que tenía sentimientos encontrados mientras ayudaba con todo eso a Sooyoung. Estaba contento por su novia, que por fin había sido capaz de obtener la custodia de sus hermanas y estaba preparando todo para que, a finales de mes, cuando las pequeñas terminaran el año escolar, pudiesen venir a vivir a Seúl y tuviesen un tiempo para adaptarse, donde Sooyoung podría pasear con ellas los fines de semana y pasar tiempo de calidad con la única familia que le quedaba.
Pero por otro lado, se sentía contrariado, un poco triste o molesto porque ya no tendría a Sooyoung tan cerca como él lo hubiese querido. Los departamentos en los que vivían eran demasiado pequeños para que viviesen tres personas y terminó mudándose a la segunda planta de una verdulería, cuyo arriendo era más barato porque era una casa un poco más vieja, pero también mucho más amplia, pudiendo tener tres habitaciones, así todas tendrían su habitación propia, cortesía de una de sus compañeras de trabajo, que le había dado el dato.
Así, él la ayudó a cambiarse de barrio, la felicitó cuando consiguió otro trabajo como recepcionista de un hotel de cinco estrellas, la acompañó en la compra de muebles de segunda mano para las niñas y también compraron ropas, teléfonos, accesorios y todo lo necesario para que ellas no se sintiesen fuera de lugar en la capital. Le ayudó en todo aquello que Sooyoung le dejó ayudar e intentó ser de la mayor utilidad posible, pero no paraba de pensar que ya no la tendría a su lado.
Yuta ya no podría ir al departamento de Sooyoung al mediodía o a la mitad de la noche sólo a comer ramen instantáneo, a ver películas o a tener sexo con ella y relajarse y juguetear después, acariciándose mutuamente después que llega el cansancio post-orgasmo. Ya no habrá más noches, mañanas o tardes donde ella golpee su puerta, ya sea porque había tenido un mal día, porque quería invitarlo a comprar al mercado o sólo para dormir abrazados un rato.
Pero no tenía ninguna intención de reclamarle a Sooyoung, eso sí que lo tenía claro. Ella había luchado para poder reencontrarse con sus hermanas y, ahora se estaba esforzando al máximo para ser la mejor para sus hermanas y para Servicios Sociales. No quería arruinar el ambiente, prefería seguir la corriente por el bien de su novia.
Así, él la fue a dejar al aeropuerto para que fuese a recoger a sus hermanas a Jeju y luego pasó todo el resto del día estudiando, comiéndose la cabeza entre libros y artículos aburridísimos para poder aprobar decentemente el último examen que tendría ese año y que, por culpa de la golpiza, había tenido que postergar. Estudió el viernes completo, el sábado y luego, el domingo temprano, fue al aeropuerto a recoger a Sooyoung y las niñas.
Estuvo esperando una media hora a que aterrizara el avión y luego esperó en la zona de desembarco, un poco nervioso porque su conocimiento en adolescentes era un poco desactualizado, tampoco sabía muy bien cómo explicarles a las chicas que él era, bueno, ¿El vecino buena onda? ¿El novio de su hermana? ¿Un amigo confiable? Así que sólo se quedó parado en el lugar con un cartel que rezaba el nombre de las tres hermanas Park, visiblemente incómodo. Tampoco le gustaban los aeropuertos.
Una niña de unos ocho años o tal vez diez lo señaló abiertamente, haciéndole un gesto a Sooyoung para que la tomase en cuenta, quien venía con la mayor parte de los bolsos de las niñas. Supuso que la renacuaja era Minyoung. Él sonrió para verse más amigable y se acercó al trío, ayudándole a Sooyoung con los bolsos, que empezó a cargar los que llevaban encima sus hermanitas.
– Sohyeong, Minyoung, les presento a Yuta-ssi – Comenzó Sooyoung. – Él es mi novio, quizá lo vean de vez en cuando. Niñas, saluden...
La menor sólo atinó a esconderse detrás de su hermana más grande, a la defensiva. En cambio, la hermana mediana hizo una reverencia, intentando verse compuesta, aunque visiblemente incómoda con toda esa situación. Por otro lado, ella había dicho abiertamente que es su novio y eso era genial, ¿No? Quería sonreír a lo grande...
– Hola, Yuta-ssi, mi nombre es Sohyeong y ella es mi hermanita Minyoung – En la reverencia, no levantó en ningún momento la cabeza. – Por favor cuide de nosotras
– Hola, niñas, es un gusto conocerlas – Yuta sonrió, intentando calmar la situación entre los cuatro. – ¿Seguimos el camino?
Estuvieron mucho tiempo calladas, respondiendo cortésmente a todo lo que él intentara conversar con ellas mientras llevaban sus pertenencias al maletero del auto o ya camino a acomodar las cosas en el nuevo departamento. Sooyoung iba sentada de copiloto, comentándoles que ya había encontrado escuelas para ambas que tenían buena reputación y, supuestamente, buena convivencia escolar y que tenía mucha suerte porque ambos, la primaria y la secundaria, estaban de camino a su trabajo.
Una vez llegaron a la verdulería, accedieron al departamento a través de una puerta y una escalera al costado del negocio y, una vez en la estancia, Sooyoung colocó a sus hermanas una frente a otra. Las niñas la miraron extraño, con expresión de querer decirle a la mayor que estaba loca de remate. Yuta reprimió su risa.
– ¡Eh! No me miren con esa cara – Desordenó el cabello de ambas y luego empezó a actuar ceremoniosa. – Muy bien, quiero contarles que cada una de nosotras tendrá un cuarto propio, ¡Pero! El de ustedes dos no está decidido...
– ¿Qué? – Las niñas comenzaron a inquietarse. – ¡Genial!
– ¡Quiero el más grande!
– No vale, ¡Antes tenías la cama grande! – Pronto, las hermanas pequeñas comenzaron a discutir quién obtendría el cuarto más grande.
– ¡Niñas, niñas! – Sooyoung logró separarlas a tiempo, ya que Minyoung parecía muy dispuesta a jalarle el cabello a Sohyeong. – ¿Qué les parece si hacemos un juego? Quien gane a piedra, papel y tijeras, se irá a la izquierda y la que no, a la derecha... ¿Bien?
Ante tal sistema más democrático, las niñas se resignaron a sortearse los cuartos, llevándose la sorpresa que ambos eran del mismo tamaño. Al final, mientras las pequeñas iban ordenando sus cosas, Sooyoung y Yuta empezaron a conversar a susurros. Él lo estaba pasando bien ahora que las hermanas estaban en más confianza gracias al juego con los cuartos y no quería que el primer día de las niñas en Seúl fuera tan aburrido como ordenar sus cosas, así que lo conversó con Sooyoung y decidieron que, bueno, como aún era temprano, ¿Por qué no aprovechar de salir un rato?
Así que ella fue a decirles a sus hermanas que se arreglaran porque saldrían a recorrer la ciudad. Mientras tanto, Yuta buscó el precio de los boletos para Lotte World, pero las entradas eran demasiado caras como para ir recién a mediodía. Además, el frío invernal podría hacer que se enfermaran, y no sería muy bonito que las niñas se enfermaran durante su primera semana de vacaciones. Al final, Sooyoung le comentó que a sus hermanas les gustaba un montón ir de karaoke, comer un montón de cosas ricas y, quizás, incluso pasar a algún supermercado, a muchos niños les gusta escoger sus snacks y esas cosas. Yuta aceptó porque, bueno, esas eran casi las mismas cosas que le gustaban a su hermanita menor.
Lo que no se esperaba era a las más pequeñas cantando "Tears" de So Chanhwee como si de verdad estuvieran llorando una pena de amor. No sabía cómo, pero lograba seguirles el ritmo a las niñas con el pandero mientras Sooyoung las animaba, coreando las canciones. Se supone que nacieron mucho después del 2000, ¿Por qué se sabían esa canción cuando ni él la conocía?
Y era canción antigua tras otra con esas niñas... Sólo conocía una de esas y era porque Johnny estaba muy obsesionado con ese tema.
Por el resto de lo que quedó de día, se arrepintió de no haber comprado tapones de oídos, pero valía la pena las enormes sonrisas que las niñas tenían cuando se despidieron de él, con sus snacks favoritos y unos CDs nuevos, incluso cuando lo habían timado para conseguir esas cosas, estafando al estafador.
Las niñas sí que sabían cómo convencer a una persona...
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Hustler ** NCT
Fanfiction"Somos una familia. Una maldita familia de bastardos sin honor, pero somos una familia. El que traicione a uno traiciona a todos" ADVERTENCIA: Capítulos cortos