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El regreso al departamento fue solitario, como siempre. En su Mercedes-Benz de lujo la música sonaba con fuerza. Hacía poco había ido a dejar a Jisung a su casa, donde no lo esperaba nadie, como ya tenía claro de hace un buen tiempo. Después de todo, lo único que tenían claro de Jisung era que era un hacker sin igual y que su madre era una prostituta un tanto desatendida con su único hijo. Pero ese era, lastimablemente, un problema que Jisung había decidido hacer solamente suyo. Nadie podía hacer nada por él en ese sentido. 

Estacionó al frente de la torre de apartamentos, mayormente ocupada por estudiantes universitarios, como él, que se financiaba la carrera a través de sus crímenes. Su auto, eso sí, tenía un espacio en la parte más oscura del estacionamiento, invisible en la noche al no llegar nada de luz a ese rincón. Salió del auto completamente serio y se dirigió por fin a su departamento. Hizo todo el recorrido para llegar a su piso pensando solamente en por fin tirsrse a la cama y cuando por fin llegó al pasillo se dio cuenta de algo raro.

No estaba solo.

Una chica luchaba con unas llaves para poder abrir la puerta del otro departamento de todo el piso. Yuta la quedó mirando todo el tiempo que pudo. La chica no era muy alta, tenía el típico cabello negro que caía lacio y largo a su espalda, pero se dio cuenta que las puntas tenían un color azul muy oscuro apenas notorio. Llevaba mallas de red algo rotas y ropa ajustada. Iba completamente de negro. A veces se tambaleaba mientras buscaba la llave correcta en el enorme manojo que tenía en sus manos, como si se hubiese pasado de copas. Él se encogió de hombros y entró a su departamento. 

Se quitó los zapatos y dejó sus cosas en la entrada mientras suspiraba cansado. La reunión había empezado a las cuatro de la tarde y había terminado a eso de la medianoche. Estaba agotado, y aun así tenía sólo el fin de semana para estudiar antes de uno de sus exámenes. Se preparó un café cargado y silenció su teléfono, se quitó la camisa y se colocó una musculosa, mucho más cómoda . Fue a buscar un libro y comenzó a leer. 

Estuvo unos treinta minutos leyendo hasta que...

"My wrist, stop watching, my neck is flossy. Make big deposits, my gloss is popping. You like my hair? Gee, thanks, just bought it. I see it, I like it, I want it, I got it"

La puta mierda. 

Se levantó del suelo del pequeño salón, agarró las llaves y salió al pasillo del piso. De la puerta del frente se escuchaba aun más fuerte la estúpida canción de Ariana Grande en todo su esplendor. Los bajos parecían resonar en el puto suelo y se escuchaban ruidos extraños. Mierda. Por eso estaba pensando en pagar por ese departamento también, para evitarse esa mierda de vecinos imbéciles ruidosos. 

Tocó el timbre, esperando que la chica fuese capaz de escucharlo y atenderlo a pesar de todo el ruido de la música. La canción fue reemplazada y Yuta seguía aporreando el timbre que parecía haberse fundido. Siguió golpeando la puerta y la chica no aparecía, pero era capaz de escucharla gritando la letra de la canción que ahora escuchaba. En su mente maldijo a la tipa. Ya vería: si seguía así Yuta la haría desaparecer de la maldita faz de la tierra. Hasta su hermana mayor lo desquiciaba en más tiempo que esta desconocida.

    - ¡¡¡YOU KNOW I'M NOT SSSSSTEADYYYY!!!

Esto era el final.

Sacó una horquilla del bolsillo de su pantalón y forzó un poco la cerradura. Si no podía abrirla así entonces simplemente le pegaría un balazo a la maldita cerradura. Le importaba una mierda si la vecina se asustaba. 

A lo mejor hasta se iba del edificio.

La puerta cedió por fin y él entró al departamento ajeno. 

Primero, las luces eran rojas, púrpuras y rosadas. Habían un montón de botellas de licor vacías en el piso de la entrada y, a pesar de todo, la chica bailaba en el centro de la sala con sólo ropa interior y las mallas de red. Llevaba una botella de vodka en la mano y cantaba a gritos sin respetar la letra de la canción. Estaba rodeadas de cajas de mudanza, y su rostro pequeño estaba sonrojado, y Yuta no supo si atribuirlo a las luces, al alcohol o al esfuerzo del baile. 

La desconocida tenía un maldito y sensual cuerpo. Realmente sexy.

   - ¡Hey! ¡¡HEY!!

 Ella se giró de la nada y con expresión de atontada. Tenía el cabello desordenado. Caminó torpemente hasta un equipo de música y le bajó el volumen a la canción. Luego miró a Yuta, que estaba recién recordando que, un minuto atrás, quería matar a la chica. No literalmente, obvio. No tan literal. Pero la chica parecía no estar cohibida porque él la estaba viendo en sólo corpiños y bragas. Nada más.

  - ¿Cómo entrasste tú?

  - ¿Podrías bajarle el volumen a tu maldita música?

  - ¡Te hisce una pregunta! ¿Cómo entrasste a mi departamento? - La chica se acercó a él a pasos torpes, golpeando su índice en el duro pecho de Yuta, y él levantó las manos.

  - Tenías abierto

Ella entrecerró los ojos y luego se giró. 

  - Qué mierda quieress entoncess

  - Bájale a la música, estoy estudiando y no me dejas concentrarme

Ella arrugó el ceño y lo miró feo mientras se lanzaba sobre el sofá, el único mueble que había sobre la habitación. 

  - Ess ssábado, ¿Quién carajoss esstudia un ssábado? - Ella vio la hora, quién sabe en qué.- ¡Y a las doss de la madrugada! ¿Eress un rarito o qué? Y esso que te vess como un tipo ardiente

  - Uhmm, ¿Gracias?

  - Ssí, como ssea - Ella hizo un gesto con la mano y volvió a empinarse la botella mientras Yuta seguía ahí. Ella bajó la botella y la dejó en el suelo para golpear el sofá, invitando al chico a sentarse a su lado.- Ven 

  - No, yo me voy

  - Tú te vass y yo que le vuelvo a ssubir a la mússica

  - Eres una pésima vecina - Él se sentó a su lado, aunque lo más lejos posible de tocarla. No le gustaba mucho el olor a alcohol. Para eso ya tenía que lidiar a veces con el alcoholismo prematuro de Jaemin.

   - No, ssoy Joy - Ella le pasó su mano, y Yuta se fijó mejor en el rostro de la chica. Tenía facciones de muñeca y un rostro que parecía poder ser dulce y tierno y, a la vez, el rostro que podría llevarlo al más profundo de los pecados.- Park Joy

  - ¿Eres extranjera?

  - Nascida y criada en Corea, sseñol - Ella acomodó su cabello hacia un costado de su rostro, con una expresión que parecía sensual al tener los labios entreabiertos e hinchados. Al mismo tiempo, empezó a darle hipo a Joy.

Esa sería una noche un poco larga.

Hustler  ** NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora