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Yuta despertó a mediodía en su departamento con un enorme dolor de cabeza que parecía como si la estuviesen golpeando con un hacha en el cráneo. Se había librado de Joy a las cinco de la mañana, cuando la chica por fin había caído rendida de sueño y borrachera. Yuta tuvo que ir a buscar una manta para que la chica no se congele de frío mientras dormía. Quizás Joy se había desmayado por un coma etílico o por el sueño, en verdad la daba completamente lo mismo.

Yuta se frotó la cara con las manos y por fin atendió el teléfono. Taeyong lo había estado llamando y eso mismo lo había despertado y, si Taeyong lo llamaba, entonces era porque quizás tenía un trabajo para él. Descolgó la llamada y colocó el teléfono en altavoz.

  - Yukkuri, ¿Despierto recién a esta hora?

  - No me jodas, que me llegó una vecina directo desde el puto infierno y recién me pude librar de ella

  - Ninguno de ustedes me respeta, bastardos de mierda - Taeyong rio un poco.- En fin, te llamo para saber si puedes estar en una hora más en el Jogyesa

  - ¿Quieres que vaya a rezar o algo?

  - No seas bruto, Yukkuri. Te lo estoy diciendo porque debes encontrarte con alguien allá

Yuta se levantó de la cama y caminó hacia su cocina, mucho más despierto.

  - ¿Cuál es el negocio ahora?

  - No es un negocio realmente, es más bien un favor

  - Te escucho

  - ¿Te acuerdas del Red Velvet?

  - ¿El pastel o el club nocturno?

  - El club - Afirmó Taeyong. Podía escuchar cómo Tae escribía algo en su laptop.- Necesito que te reunas en el Jogyesa con Irene, por fin accedió a que NCT se haga cargo del club

  - ¿Cuál es tu obsesión con ese club, Taeyong? ¿Kim Yerim?

  - Sabes que siempre hemos estado ligados a Red Velvet, ellas se han encargado de darnos buenos datos y nosotros les hemos otorgado de protección cuando lo han necesitado

  - Sé que es un negocio rentable, pero tú lo estás haciendo por otro motivo

  - Hace poco hubo un tiroteo cerca del club por una disputa entre bandas rivales, una de ellas era la que protegía normalmente a Red Velvet y el jefe fue asesinado

  - Entonces tienen miedo de la otra banda, así que aceptaron nuestra protección total

  - Red Velvet es un negocio increíblemente rentable, en especial porque absorbieron ahora a otros dos clubes. Necesita más protección que nunca y nos ofrecen un buen porcentaje de ganancias. ¿Qué dices?

  - En una hora estoy allá

  - Seguro ya sabes qué condiciones poner y qué no aceptar. Confío en ti.  También irá Jaemin y Jeno como apoyo.

Cortó la llamada y fue a bañarse. Quince minutos más tarde estaba saliendo del departamento, recién duchado y con el dolor de cabeza todavía presente. Miró a la puerta de enfrente y se encontró con la mirada de Joy, que sonreía dulce, como si la noche anterior hubiera sido sólo un sueño raro, o una completa pesadilla. Traía algo entre las manos y ya no llevaba las mallas de red.

  - ¿Y tú qué quieres ahora?

  - ¡Hola! Soy Park Joy, su nueva vecina, espero que nos llevemos bien a partir de ahora

  - Ya lo sé, anoche hiciste un gran espectáculo - La chica puso cara de sorpresa y luego se sonrojó.- Un consejo como vecino, creo que deberías ir a Alcohólicos Anónimos o algo así, anoche creí que estarías muerta o con coma etílico

  - ¡Oh, lo siento tanto! - Joy hizo muchas reverencias en su sitio.- Dios, lo siento mucho, no recuerdo mucho de lo que pasó anoche y...

  - Olvídalo, Joy - Yuta simplemente se apartó de Joy. Ya iba con el tiempo contado.- Voy atrasado así que...

  - Oh, claro...Uhmmm, yo... Lo siento por lo de anoche

Yuta se alejó del pasillo hacia las escaleras, notando cómo Joy le seguía con la mirada. Cuando ella notó que se estaban mirando sacudió su mano, como si se estuviera despidiendo. Él también levantó su mano, con muchas ganas de reírse de aquella chica rara. Después bajó rápidamente. Por su mente pasó la idea de que sería algo difícil negociar con Irene. La mujer estaba por llegar a los treinta años y todavía tenía la apariencia de una colegiala. Sin embargo su capacidad para los negocios era arrolladora. Sería difícil que aceptara algo que no sea el repartirse las ganancias 50/50.
  
Condujo hasta llegar al centro de la ciudad, en la entrada principal del templo. Faltaban quince minutos para que comience la reunión, Irene solía demorarse cinco minutos más de los acordados siempre, así que salió del auto y caminó hasta el templo. Jaemin y Jeno estaban conversando tranquilamente sentados en una banca de piedra mientras tomaban de un caso de Starbucks. Jaemin lo vio de lejos y sonrió.

  - Hyung, ¡Tengo un café para ti también, hyung! - El chico se levantó de la banca y vio a Jeno negar con la cabeza.- ¿Cómo está,  hyung? ¿Durmió bien con su vecina?

Yuta agarró el café que le tendía el chico sonriente y se sentó con ellos en la banca.

  - No me acosté con mi vecina, simplemente se puso como una cuba y... ¿Por qué te estoy dando explicaciones, mocoso? - Jaemin sonrió y luego puso su cabeza en el hombro de Yuta.- ¿Y tú, Jeno? ¿Alguna noticia de tu hyung?

Jeno asintió y luego sonrió. De alguna forma le hacía recordar a un moai con sus facciones tan definidas y fuertes, tan poco parecidas a su personalidad de pastelitos de arroz.

  - Dijo que el tope máximo es la mitad del pastel - Respondió Jeno.- Noona no puede conseguir un trozo más grande, y si lo hace entonces a uno de nosotros le tocará ser el primero en cuidar el pastel

Yuta asintió, con ganas de reírse por cómo Jeno intentaba hablar en códigos. A lo lejos pudo ver a Irene llegar acompañada por su guardaespaldas personal.

Muchos rumores corrían respecto a Irene, pero sólo algunos eran ciertos, aunque no por ello menos escabrosos que los que eran infundados. Vendida por su padre en su adolescencia, había asesinado a su "esposo" de una docena de puñaladas en todo el pecho. A nadie le interesó buscar el cuerpo del hombre,  de todos modos, a la policía no le interesaban los pobres. Había abortado al hijo de ese hombre y se robó todos su ahorros. Así había instalado el Red Velvet, primero siendo sólo dos bailarinas en aquel pedazo de mierda, pero había ganado fama, poder, influencia. Nadie sabía el nombre real de Irene, pero se había construido una imagen de hielo, sangre y sudor. 

  - Esperaba ver a Taeyong aquí - Fue lo primero que dijo la mujer en cuanto vio a los tres muchachos juntos.

  - Somos una hermandad, noona - Respondió Yuta.- Mientras estemos de acuerdo en lo que queremos está todo bien

Ella miró hacia los dos chiquillos que la miraban sonrientes. Ella siguió con esa mirada gélida, sin dar en ningún momento ni el esbozo de una sonrisa.

  - Que sea rápido

Hustler  ** NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora