Cuando Yuta volvió a tener turnos en el Red Velvet Club, Irene parecía estar demasiado molesta con él como para dirigirle la palabra. Es más, hablaba más con Jaehyun que con él, hacía como si no existiese en lo absoluto. También se sentía un poco culpable porque, después de todo, no sólo había hecho bastante mal su trabajo, sino que cometió un montón de errores que le habían costado caro a Joy. Le había ofrecido pagarle una terapia con psicóloga a Joy, pero se había negado después de haber aceptado la ayuda de la abogada.
Supo, gracias a Jisung, que habían comenzado a buscar al agresor, pero que cuando lo encontraron a este ya lo habían encontrado muerto. Recién muerto. Un supuesto suicidio que quedaría en manos de la policía, pero que para Yuta se le hizo demasiado raro como para parecerle una coincidencia. Él mismo había observado cómo el cadáver del agresor colgaba de una viga, balanceándose como un cantavientos con la brisa. Ese día fue en persona a ver a Irene para decirle que lo habían encontrado ya frío.
Todo parecía haber regresado a la normalidad en su vida: había logrado terminar con éxito sus exámenes en la universidad, le iba bien en sus negocios, hablaba por lo menos una vez a la semana con sus padres y sus hermana. Todo parecía haber sido sólo un mal sueño.
Además, estaba el tema de que, por lo visto, cada vez se sentía mejor estando al lado de Joy. A veces, cuando él tenía tiempo de comprar cosas en el mercado y cocinar, invitaba a la chica a comer con él comida tradicional japonesa. Era verdad que él no era la gran maravilla cocinando, pero tampoco era un inservible. Además, había conversado con sus padres de mandar a su hermana pequeña a una buena secundaria privada. Después de todo, su pequeña siempre había sido muy inteligente y talentosa, lo menos que podía hacer por ella era pagarle una buena educación.
Ese día, debido al frío, había pensado que lo mejor era preparar algo que fuera delicioso y cálido para el invierno, así que preparó oden y okonomiyaki. Además, si sobraba demasiado, siempre podría darle a Jaemin y a Jeno. Había comprado té oolong y había pensado en prepararlo si es que Joy decidía almorzar con él.
Salió al pasillo y golpeó un par de veces la puerta de su vecina, esperando a que ella se encontrara en casa. Al cabo de unos minutos, ella salió a ver quién era con los ojos hinchados y pequeños por el sueño, el cabello desordenado y un pijama enorme y lindo. Bueno, pensó Yuta, se veía mejor en pijama que en la lencería que ella usaba en el club. Encajaba bien con su personalidad el pantalón de Bob Esponja.
- Buenos días, preciosa Bella Durmiente
- Ajá, sí - Fue la respuesta de ella.
- Acabo de hacer almuerzo, ¿Quieres comer conmigo? - Yuta señaló hacia su espalda, donde estaba la puerta de su apartamento.- Estoy haciendo okonomiyaki y quería ver si lo quieres probar
- ¿Sabes, Yuta? Anoche me felicitaron porque había subido dos kilos en menos de un mes - Ella se frotó los ojos.- Debería ponerme a dieta pero tú eres como la bruja de Hansel y Gretel, no puedo alejarme de tu comida...
Yuta se rió ante la referencia.
- Bella Durmiente, te invito a mi casita de jengibre y comamos oden hasta engordar como la tía de Harry Potter
Joy frunció el ceño. A pesar de verse cada vez más despierta, seguía somnolienta y se frotaba los ojos con sus puños.
- No era la tía de Harry la que se infla, es la tía de Dursley...
- Sólo ven a comer
- Vale, me ducho y voy para allá. Estoy hecha un asco en las mañanas
Yuta volvió a su propio departamento con una sonrisa en la boca. De algún modo, se sentía tranquilo. Entró a la cocina y siguió cocinando. Preparó lo último que debía hacer y después puso todo al fuego, esperando a que todo le quedase medianamente sabroso. Al cabo de unos quince minutos tuvo que ir a abrirle la puerta a Joy para que entrase.
- ¿Sabes? Hace poco estaba pensando que me dijiste que comeríamos algo y luego dijiste que comeríamos algo más, ¿Qué vamos a almorzar al final? - Joy se había cortado el cabello hacía poco por comodidad, pero para el trabajo usaba extensiones. A él le mareaba un poco verla con cabello largo en un momento y luego corto al siguiente.
- Tú siéntate y disfruta - Yuta volvió a adentrarse a la cocina, pendiente a que el okonomiyaki no se le quemara.
- ¿No necesitas ayuda? - Escuchó.
- Nah, me manejo bien estando solo...
Diez minutos más y ambos estaban sirviéndose en la mesa de la sala. La verdad sea dicha, cuando Yuta se quedaba quieto un rato y se sentaba frente a frente con Joy, se sentía realmente nervioso. A pesar de que había estado almorzando o cenando con Joy casi todos los días desde el que apareció en su casa en la noche, llorando como un bebé, seguía sintiéndose incómodo o culpable por cómo llegó ese día. Y lo que dijo...
"Eres tú quién me importa, sólo tú"
Cuando estaba con insomnio y recordaba esa frase le daban unas enormes ganas de golpearse la cabeza contra la mesa, ¿De dónde había sacado esa frase? ¿De un dorama empalagoso? ¿De los mangas shojo de sus hermanas? Ugh. Qué vergüenza, es verdad que a menudo usaba frases rebuscadas para engatusar a las personas millonarias y hacer sus negocios, ¿Pero flirtear así? Se sentía como una versión barata de Romeo Montesco y eso le daba un poquito de tiquismiquis. Aparte, hace un tiempo que pensaba que debía hablar ese tema con Joy, después de todo, no quería incomodarla.
- ¡Dios! Esto está tan bueno... ¡De todas formas debo empezar una dieta! Sino me llamarán la atención
- ¿Joy? - Ella estaba comiendo el tofu frito de su plato cuando la quedó mirando con sus grandes ojos de cachorrito. Debería decirle que estaba estupenda así, o que en verdad era preciosa simplemente por ser ella.
- ¿Hmm?
- Yo... Ummm - Las palabras que quería decir no salían de su garganta, no importaba cuánto lo intentara.- No creo que Irene te diga algo así, ella es muy amable con ustedes. Sólo recuerda que tu salud está primero y que te sientas cómoda con tu cuerpo
Vale. Ahí estaba. Lo de todos los días, se acobardaba a último minuto. Jamás había sido así cuando le gustaba alguna chica, no importaba la barrera del idioma. Siempre fue seguro de sí mismo. Y ahora lo era. Pero también...
A la mierda.
- Joy... - Ella le volvió a mirar. La mesa era un poco angosta y, si lo calculaba bien, podría hacerlo sin quemarse con caldo en el intento.- Por favor, golpeame si no te gusta
- ¿Qué?
Yuta pasó encima de la mesa con rapidez, casi volteando los platos con comida. Lo hizo tan rápido que casi chocó contra la nariz de Joy, pero no lo hizo. Su beso fue brusco al comienzo, pero de a poco fue tornándose relativamente más suave. Ella no respondió al beso de inmediato, pero pronto sus labios se movían a la velocidad que Yuta imponía. Sus labios, tal como se lo había imaginado Yuta, eran suaves, esponjosos y húmedos, y sabían a tofu frito.
Se alejó de a poco, esperando el golpe de Joy.
Pero este nunca ocurrió.
En cambio, ella gateó torpemente hasta estar al lado de Yuta y lo besó. Pronto el muchacho volvería a dominar el beso, moviendo sus labios sobre los de Joy.
Jamás llegó el golpe.
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Hustler ** NCT
Fanfiction"Somos una familia. Una maldita familia de bastardos sin honor, pero somos una familia. El que traicione a uno traiciona a todos" ADVERTENCIA: Capítulos cortos