Luego de que ver que las niñas entraban a la escuela, ella revisó su teléfono. Tenía un par de horas antes de ingresar al trabajo, así que primero se devolvió a casa. Ya en ella, llamó nuevamente a Taeyong y comenzó también a preparar algunas cosas que le llevaría a Yuta. El chico parecía que no respondería la llamada, pero justo después que se agotó el tiempo de espera, él le devolvió la llamada.
- Taeyong al habla
- Taeyong-ssi, soy Sooyoung, hablamos en la madrugada – Saludó ella, usando un lenguaje formal. Agarró una lonchera para llevarle comida caliente a su novio. – Quería preguntarle si logró encontrar un buen abogado para Yuta
El silencio parecía interminable.
– La verdad es que es un poco complicado, ¿Entiendes? No es tan fácil...
– ¿Qué?
Sooyoung lanzó el cucharón al lavavajillas, irritada. Al ver que había salpicado de kimchi el lavavajillas, los platos en el secador e incluso su ropa, intentó relajarse, inhalando y exhalando rítmicamente. Al otro lado de la línea se escuchaba no sólo la voz de Taeyong, sino que, al menos, tres voces más. Los recordaba del Red Velvet Club. Doyoung, Jaeno y Jisung, que parecían tenerle mucho cariño a Yuta.
– Entiendo que no es fácil, no es cosa de levantar una piedra y encontrar un buen abogado defensor y que cobre poco, pero ojalá fueras capaz de ayudarle – Sooyoung fue a su cuarto para cambiarse de ropa. – Yo no sé en qué problema está metido Yuta, pero él ha sido muy amable conmigo y no tengo el dinero como para ayudarlo...
Escuchó un susurro alejado, como si alguien le estuviese rogando al otro chico. Sooyoung insistió nuevamente.
– Yuta es su amigo también, ¿Cierto? Lo conoce más tiempo de lo que lo hago yo, ¡Usted sabe que él también es extranjero! Su familia también se preocupa de él... Sé que es difícil, y estoy dispuesta a pagarle más tarde si le ayuda, pero por favor...
Un sonoro suspiro se escuchó del otro lado de la línea y luego parecía que alguien le estaba quitando el teléfono a Taeyong, que reclamó.
– Sooyoung-ah, habla con Doyoung, entiendo que estés preocupada de Yuta, él es un amigo preciado para nosotros y vamos a ayudarlo – El alivio llegó a ella como una pomada que aliviaba una quemadura. – Pero si te soy sincero, tampoco estoy seguro de que podamos confiar en ti...
– ¡Perfecto! De todos modos, no tengo problema en probarles que soy de fiar – Se apresuró a rebatir ella, un poco ofuscada con lo último que había agregado el chico. – Ahora mismo iré a la comisaría a ver a Yuta-ssi
– En ese caso, dime tu dirección, quiero conversar contigo y también nos acompañará un abogado, ¿Bien?
– Bien – Ella le dio su dirección. Nunca había compartido ni siquiera una palabra con él, pero de buenas a primeras le pareció un poco irritante. – Te espero entonces, debo ir a trabajar en tres horas más
Cortó la llamada e, increíblemente, en menos de diez minutos, un auto caro estacionó en el callejón al costado de su casa, desentonando con las humildes tiendas de barrio. Del auto bajaron tres personas, una de ellas supo que era Doyoung y también Taeyong, y el otro era un hombre de mediana edad que usaba un traje que se veía caro incluso desde lejos. Bajó a recibirlos y subieron sin dirigirle ni una palabra, exceptuando Taeyong, que le saludó visiblemente incómodo. Tampoco se sacaron los zapatos, como si estuviesen muy apurados para eso.
En cuanto subieron, ella les invitó a sentarse a la mesa, ofreciéndoles una taza de té, lo que rechazaron.
– Sooyoung-ah, le presento al abogado Nam Dongseok, él defenderá a Yuta
– Un gusto – Ella le saludó. El hombre le devolvió el gesto de forma cortés. – Dime, ¿Qué necesitas decirme tan urgente?
– Iré directo al grano. No confío en ti – Ella permaneció inmutable. – Y supongo que el sentimiento es mutuo
– Para ser sincera, hoy es la primera vez que hablamos y no has sido exactamente amable – Respondió ella. Taeyong se removió en su asiento. Ella se sentía más bien de los nervios.
Doyoung le contó que no había confiado en ella cuando la investigó, que dudaba de ella por su relación pasada con un policía, que creía que podía ser sólo un topo infiltrado en el Red Velvet Club, porque, ¿Cómo se explicaba que, desde que conoció a Yuta, este se había metido en tantos problemas? No se explicaba que, hace un año, nadie seguía a Yuta, nadie les vigilaba, estaban relativamente seguros. Ella no logró entenderlo, creía que Doyoung era más bien un paranoico, pero no quería admitirlo y que él se colocara aún más a la defensiva.
Se tomó el puente de la nariz, como si eso la relajara un poco más, y tomó aire profundamente. Estaba al borde de un colapso, estaba cansada, asustada, nerviosa...
– La verdad, Doyoung-ssi, es que no sé por qué me investigaste... y tampoco sé qué tiene que ver mi antigua relación con Sungjae en todo esto. No soy un topo, no soy una infiltrada, ¡Ni siquiera sé de dónde sacan tanto dinero ustedes! – Exclamó. Taeyong la miraba como si le tuviera compasión. – Sólo quiero una vida sin grandes problemas, ¿Sí? No sé en qué negocios estarán metidos ustedes, pero sí sé que a mi novio lo están acusando de homicidio y que yo debo proteger a mis hermanas, ¿Bien?
Comenzó a llorar. Doyoung pareció sorprenderse. El abogado carraspeó y Taeyong se sentó a su lado.
– Me disculpo por cómo te trató Doyoung, ¿Sí? Todos estamos un poco nerviosos – Taeyong le sonrió, comprensivo, y le pasó un paquete de pañuelitos desechables. – Yukkuri estará bien, el señor Nam es un muy buen abogado
Ella se sonó la nariz, por un momento pensó en lo raro que sonaba ese apodo de Yuta. El abogado comenzó a contarle que, al ser cercana al señor Nakamoto, seguramente la policía también le haría algunas preguntas y le ayudó a prepararse para eso. Luego se dirigieron a la comisaría, en el camino Taeyong le preguntó si sabía algo del negocio de Yuta, Doyoung y suyo. Ella fue sincera, no sabía nada. Pero que sospechaba que no era algo muy bueno y por lo mismo prefería continuar en su ignorancia.
También les dijo que esa sería la primera y la última vez que iría a ver a Yuta, dispuesta a priorizar el bienestar de su familia a su relación amorosa. Doyoung le comentó que, en su caso, sería mejor eso. Taeyong suspiró.
– ¿Vas a terminar con él?
Sooyoung se lo pensó un poco antes de responder. Pronto llegarían a la comisaría.
– Mi familia ya ha sufrido mucho, Taeyong-ssi, y mis hermanas son muy pequeñas, no quiero que terminen en un hogar del Estado – Respondió. – Si es lo que debo hacer para que no me las quiten, entonces eso haré
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Hustler ** NCT
Fanfiction"Somos una familia. Una maldita familia de bastardos sin honor, pero somos una familia. El que traicione a uno traiciona a todos" ADVERTENCIA: Capítulos cortos