27.

91 13 6
                                    

Las cosas poco a poco se iban saliendo de su control. En especial por cómo la policía había comenzado a hostigarlo, siguiéndolo a todos lados y haciendo controles vehiculares cada vez que él salía a cualquier punto de la ciudad. Por lo que le había dicho Doyoung, ya no podrían seguir interviniendo más en el sistema operativo de la policía, dado que las instrucciones de seguirlo ahora debían estar siendo enviadas de forma manual.

Es decir, ya habían descubierto el hackeo del sistema operativo.

Lo cual lo tenía frustradísimo, ya que ahora debía irse con pies de plomo a todos lados y con todo, dado que no sabía si tenían intervenido su teléfono, hablaba poco con los chicos, no podía visitar a Jiji o a Jeno y Nana porque la policía podría comenzar a seguirlos a ellos también. No podía ir al Red Velvet.

Por un mes, de los chicos sólo le había visto la cara a Taeyong, y porque eran compañeros de universidad, el único amigo que podría tener un estudiante extranjero...

Llevaba un mes saliendo más temprano a clases porque, sorpresa, los controles vehiculares le atrasaban un montón.

Sooyoung ya se había dado cuenta de qué tan frustrado se sentía, y él le terminó contando cómo la policía había comenzado a hostigarlo demasiado, al punto que ya no podía ver a sus amigos porque le asustaba que terminaran acosando también a ellos. Así que intentaba animarlo de alguna u otra forma.

– Si le ves el lado bueno, tus calificaciones han subido con eso – Se acurrucó a mi lado, comiendo los dulces que habíamos comprado para una noche de películas. – Aunque los contra son muchísimos más...

– Exacto... – Yuta resopló antes de echarse a la boca un montón de palomitas de maíz acarameladas.

– Bueno, pues tengo algo que te va a animar y no son películas de animé – Sooyoung se reincorporó, sonriendo orgullosa de lo que sea que fuese a presentar como la solución a todos sus problemas.

– ¿Tienes algo contra Akira?

– Sí – Respondió ella, apagando el televisor. Yuta sólo la miró mal, pero ella no lo tomó en cuenta y sólo fue a buscar algo a la cocina.

Volvió con dos ampolletas, una roja y otra azul, ¿Qué demonios planeaba hacer? Es decir, las luces que tenía ahora en la sala no estaban mal, no era necesario cambiarlas.

– ¿Sooyoung?

– Joy para ti – Respondió ella, mirándolo por sobre el hombro.

Yuta tragó saliva, intentando adivinar qué era lo que venía. Intentó levantarse al ver cómo Sooyoung cambiaba las ampolletas, pero la mirada que ella le dirigió fue suficiente para entender que era mejor seguir sentado.

Cuando su novia volvió a encender las luces, el rojo y el azul se habían fundido hasta lograr un púrpura que lo hacía sentir en otro mundo. Ya no estaba en su departamento, donde dormía en cualquier lugar y estudiaba hasta que tenía jaquecas. No, ese ya no era su departamento. Era como estar en una de las habitaciones privadas del Red Velvet, pero siendo un espacio seguro para ambos, para él y, especialmente, para Sooyoung.

Oh. Mierda.

¿Esa era la idea de Sooyoung?

Ella seguía moviéndose por la sala del departamento, esta vez con el teléfono en la mano, hasta que una canción de un ritmo lento, sensual. Yuta se removió en el sofá, atento al próximo movimiento de su novia.

Comenzó quitándose el cárdigan que la cubría, lentamente descubriendo sus hombros. No era la primera vez que la veía desvestirse, ni la primera vez que la veía bajo luces de colores, pero era una sensación completamente diferente. Diferente y excitante.

Hustler  ** NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora