Hustler ** NCT

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Debido a la advertencia que le había hecho Doyoung respecto a moverse con más cautela y, al mismo tiempo, seguir haciendo las estafas, estaba ayudando a Jaehyun en su caso, proporcionándole alguna que otra información que llegase a necesitar. De ese modo, el tiempo que solía pasar antes en el Red Velvet Club se había reducido bastante.

Jaehyun le entregó una carpeta a Yuta luego de sentarse en el sofá del japonés.

– ¿Y esto? – El mayor abrió la carpeta, hojeándola brevemente. – ¿Por qué lo escribiste a mano?

– No me gustan mucho las computadoras, Doyoung puede saber todo lo que hago con esas cosas, así que me gusta evitarlas cuando puedo – Se excusó el menor, luego sonrió burlón. – Pero de todos modos, mi letra es más legible que la tuya, hyung...

– ¿Y qué se supone que es?

– ¿Hmmm? Un poco de todo, pero es la información que obtuve de mi presa – Respondió. Buscó una página en específico. – ¿Ves eso? La mujer tiene un prontuario bastante turbio. Se acostó con un chico que aún era menor de edad. Sobornó a la familia del niño para que retirasen la denuncia por pedofilia

–... Creo que a ella la he visto en el noticiero...

– Porque es la presentadora de las noticias – Contestó Jaehyun. Luego cambió la página a una con un comprobante de transferencia. – ¿Ves eso? Ese dinero lo recibió de un político para encubrir unos casos más horribles

– ¿Lo usarás en su contra?

– Por supuesto – Respondió Jaehyun, sin dudar por un segundo.

Algo que habían ido descubriendo todos juntos era que, para chantajear a alguien, no bastaba con tener un secreto. Eran necesarios varios, además de un perfil psicológico. Por ejemplo, la presentadora de noticias Jeon tenía, a lo mínimo, una atracción por los hombres que estaban en sus veinte, tenía un increíble gusto por el dinero y también era bastante manipuladora, por lo que Jaehyun se había estado moviendo alrededor de ella con pies de plomos, pero siempre llamando su atención.

Ahora iban por la segunda parte de su plan.

Una vez que terminaron, Jaehyun le dejó solo en el departamento. Él iría a ver a Jeon, que llevaría a cabo una fiesta privada a la que él estaba especialmente invitado. Yuta prefería no ir: no le agradaba mucho la idea de ir a una fiesta cuando tenía exámenes la semana siguiente.

Pero en vez de comenzar a estudiar para los exámenes, como lo haría cualquier estudiante en sus cinco sentidos, preocupado por su futuro, sintió más ganas de tomar el teléfono y saber si Sooyoung estaba libre que de agarrar el libro de Muhammad Yunus y leerlo completo sólo para que su profesor haga alguna pregunta específica...

A la mierda su profesor. Ya había leído el libro en primer año. De seguro que tenía por ahí los apuntes.

Le envió un mensaje a Sooyoung si tenía libre el resto de la tarde y se quedó viendo la pantalla, esperando recibir pronto la respuesta. La cual fue, extrañamente, positiva. Sooyoung llevaba unos días estando bastante ocupada por algo ocurrido entre las bailarinas del Red Velvet, así que no se habían visto tanto como él quería.

Se arregló un poco, sólo lo suficiente, y luego llamó a la puerta de al frente, esperando a que Sooyoung ya estuviese lista. Mientras ella aún no abría la puerta, se sintió un poco nervioso. No había planeado nada, era muy espontáneo, ¿Dónde podrían ir? Tampoco tuvo tiempo para pensarlo porque Sooyoung ya estaba frente a él.

– ¿Qué? ¿Se ve raro? – Preguntó ella, señalando su ropa. – Mi perrito orinó en mi ropa cuando estaba ordenando y esto es lo único limpio que quedaba