20

140 18 3
                                    

Ya de vuelta de Japón, el chico se sentía realmente cansado, más sabiendo que debería ir esa misma noche al club.

Y es que simplemente no tenía ánimo para nada desde que había comenzado a tener pesadillas en las noches, recordándole a sí mismo los crímenes que ha cometido.

Vale, que es un estafador. Pero podría decirse que es como Robin Hood. Le roba sólo a los ricos y de vez en cuando le da a los pobres. Pero ha asesinado ya a tres personas y ni siquiera podría decir que conoce sus nombres o que recuerda sus rostros. Los asesinó solamente. Tenía un montón de otras opciones y él tomó la que, en esos momentos, era la más sencilla.

Sentía su cabeza tan pesada mientras Johnny le llevaba a su departamento. Su compañero no dejaba de parlotear sobre una historia de unos granos que después habían pasado a ser café, mientras que Mark, en el asiento de copiloto, no paraba de reír como un vidrio que está siendo limpiado. Joder, que le dolía la cabeza mientras escuchaba tanta mierda. Sólo quería derretirse en ese asiento. Después de todo, los apreciaba lo suficiente como para no querer regalarles unas bonitas vacaciones a Timbuktu.

  - ¿Cuándo deben volver a América? - Preguntó por mera cortesía. No es que le cayeran mal ese par, pero tenían demasiada energía cuando el parecía una batería a punto de morir.

  - En una semana más - Respondió el más alto. - Tenemos un negocio que nos podría ocupar mucho tiempo...

Yuta pensó cómo seguir la conversación.

  - ... Que les vaya bien...

  - Gracias, hyung - Agradeció Mark.

Mmmm. Así que ahora debían cubrir los turnos de estos dos también.

Se preguntó cómo estaría Joy. No había podido hablar con ella cuando estuvo en Osaka ya que sus hermanas habían ocupado la mayor parte de su tiempo. También se preguntó por Nana y Jisung. Lo último que había sabido de Jeno y Jaemin era que al primero por fin le habían desaparecido los hematomas y había vuelto a los turnos en el Club. De Nana sabía que aún estaba en terapia con traumatólogo y un kinesiólogo. Entre todos se habían asegurado que, si los padres de Jaemin no se preocupaban por un tratamiento decente para su hijo, ellos se asegurarían de que los chicos recibiesen la atención médica necesaria.

La hermana de Jeno no dejaba de agradecerles por ello.

  - Ah, hyung, de seguro te interesa esto - Abrió un sólo ojo ante las palabras de Mark. El chico le recordaba a un cachorro de león. - Jaemin ya está caminando de nuevo. Poco, pero creo que ya puede...

Mierda. ¿Y ese es un logro?

- ¿Saben algo de los bastardos que los atacaron?

- Doyoung-ah integró toda la información que tenía en los archivos de la policía - Comentó Johnny. - Ya que Taeyong seguía insistiendo en no atacarlos y el papá de Nana es un hijo de puta

  - Seguro que su mamá no tiene la culpa

  - Lo sé, es un dicho...

Pues horrible dicho, pensó para sí mismo. Aún recordaba cómo, antes de asesinar a Morizuka, había bailado una canción de Mariya Takeuchi con su madre, con Haruna grabándolos y cantando bajito. Su mamá no tenía la culpa de que él fuera una mierda de persona. La culpa era enteramente de él. De nadie más.

  - Seguro tu mamá no tiene la culpa de que seas un cabrón - Yuta se arrepintió un poco de arruinar el ambiente.

  - No, tienes razón. Mi mamá es un sol de persona - Comentó el más alto.

A todo ello siguió un incómodo silencio. Genial. Sí que era un genio arruinando el ambiente a veces.

  - Entonces... ¿El caso lo está viendo la policía? - Intentó seguir con la conversación.

  - Lo tomó la fiscalía. Y los padres de Jaemin y Jeno van a tener que declarar en un juicio...

  - Vaya

  - Sí. Jeno se está haciendo a la idea de que no irán - Comentó Mark.

Johnny lo miró por el espejo retrovisor. Yuta se sintió un poco incómodo, pero luego se fijó en un detalle: no lo estaba mirando a él. Había un auto siguiéndolos.

Johnny se desvió un poco del camino, entrando a uno mucho menos concurrido, intentando asegurarse que no los estaban siguiendo a ellos. Lo hizo dos veces más. Y sí, los estaban siguiendo a ellos.

  - Mierda - Johnny detuvo el auto justo frente a una librería. El otro se detuvo a unos metros más allá. - Espero que busquen una novela interesante

  - Me quedo acá - Comentó Mark. Johnny asintió.

Yuta y Johnny bajaron del auto con sus billeteras, dispuestos a comprar la librería completa con tal de alejar a los polis.

  - ¿Qué libros debes comprar? - Preguntó Yuta.

  - Bueno, justo estaba pensando en buscar alguna novela para el viaje...

Ambos buscaron libros que llegasen a necesitar. Parecía una librería bastante completa para estar tan alejada del centro, por lo que Yuta compró un montón de libros que sus profesores les habían encargado leer en la universidad. En cambio, Johnny sólo pagó por una novela ligera. Cuarenta minutos les tomó.

  - Así parece que yo era el más necesitado - Comentó el japonés.

- Bueno, soy un amigo que te tiende la mano - Bromeó el otro.

- Estás conduciendo mi auto...

- Detalles

Ambos salieron al mismo tiempo de la librería. Mark bajó la ventanilla del auto para reclamar qué les había llevado tanto tiempo. Yuta intentó levantar la torre de libros que llevaba en brazos, haciéndolo más bien obvio y Johnny abrió la puerta de los asientos traseros para el japonés.

Ni locos abrirían el maletero.

Los dos subieron por fin al auto y lo primero fue preguntar si es que los que los seguían, bueno... Los seguían todavía.

  - Ahí están - Comentó Mark, sin señalar el carro estacionado a varios metros de ellos, casi en la esquina de la calle. - Al parecer es su primera vez porque sólo les falta verme con binoculares...

El más alto suspiró con hastío.

  - Mierda, ¿Qué tanto problema puede ser haberte ido a buscar al avión, Yuta?

El chico se encogió de hombros.

  - Intenta meterte en un embotellamiento - Comentó, mordiéndose las uñas, una manía nueva por intentar sacarse la sangre seca ya inexistente. - Vuelve a la calle principal y ahí vemos

Sólo al cabo de una hora, el trío de extranjeros pudo sacarse de encima a los policías novatos que le iban siguiendo.

Eso era otro grano más en el culo porque tendrían que avisarle al resto de que, de alguna forma u otra, los polis los tenían bajo la mira. No era la primera vez, pero no dejaba de ser un estorbo.

We take the Highway to Heaveeeeen 🎶🎶

Hustler  ** NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora