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Joy estuvo en silencio por casi una hora, que fue lo que se demoró Yuta en preparar un poco de té al modo que a él le gusta, colocar unas tazas en la mesa ratona, esperar que el agua terminase de hervir y buscar algo que picar mientras tomaban esa taza de té. Después de todo, algunas personas suelen comer cuando se sienten ansiosas, y él no había comido nada desde hace ya más de cinco horas.

Luego estuvo el hecho de que, una vez todo estuviese listo, Joy sólo miró el líquido amarillo del té de jazmín durante veinte minutos más. Yuta carraspeó un poco para llamar la atención de la chica.

- Lo siento por lo entrometido, Joy...

- No, no pasa nada...

- ¿Estás bien? ¿Ese tipo te hizo daño o algo?

- ¿Qué? ¿Chanyeol hacerme daño? - Joy frunció el ceño y luego negó con la cabeza, calentando sus manos con la taza caliente.- Chanyeol sólo está enojado, pero normalmente no es agresivo... Es tonto, no violento

- Te trató horrible - Yuta lo recordó, obviamente. La forma en que Chanyeol escupió "puta" con la peor de las intenciones, en un tono completamente despectivo y ponzoñoso, la forma que apretaba las muñecas de su vecina y la sacudía enojado mientras Joy intentaba soltarse de su agarre.- Si es tu novio deberías dejarlo. No mereces que te traten así. Nadie se lo merece

Joy le sonrió, pero no era como las otras sonrisas, esas alegres y luminosas. Era como cuando Jisung sólo quería llorar pero sonreía para no preocupar a sus hyungs. O cuando su hermana menor le sonrió al despedirse de él en el aeropuerto, prometiendo que si Yuta se quedaba, ella subiría sus calificaciones en la escuela.

De repente, sintió que su pecho se sentía apretado.

- No te preocupes, Yuta. Ya me las arreglaré yo sola. También con el abogado... No es necesario...

Yuta se quedó en silencio, así que lo único que se escuchaba en el departamento eran los ruidos provenientes de la calle. A lo lejos una sirena de ambulancia se alejaba hacia alguna dirección. Él iba a hablar, a intentar convencerla de que aceptara esa ayuda, pero su teléfono comenzó a sonar dentro de su bolsillo con un tono en particular.

Doyoung.

Doyoung no llamaba nunca a menos que sea un negocio importante o una urgencia. Como esa vez que le hicieron un lavado gástrico a Jaemin porque, en un ataque de ansiedad, había ingerido un montón de ansiolíticos que casi lo matan. Esa vez fue a buscar a Jeno y ambos estuvieron toda la noche en vela, esperando a que Jaemin despertase de todo eso. También le solía avisar cuando estaba en peligro. Si la policía lo buscaba, si los negocios que llevaba a cabo Yuta eran muy peligrosos, le avisaba todo eso.

Yuta contestó la llamada, pidiendo disculpas a Joy por dejar la conversación a medias.

- Doyoung

- Estoy frente a tu apartamento. Debemos conversar. Ahora.

Doyoung cortó la llamada. Sólo fue eso. Ocho palabras, pero lo suficiente para dejarlo en alerta.

Yuta se volvió hacia Joy, esta vez consciente que no tenía todo el tiempo del mundo para decirle todo lo que quería decir. Con un poco de suerte, unos cinco minutos. Y ahí estaba ella, en una postura incómoda, demasiado callada, intentando mantener las distancias que Yuta estaba intentando derrumbar, incluso si él lo había hecho casi por inercia.

- Escucha, Joy. Yo pagué ya a la abogada, y lo siento mucho por entrometerme así en tu vida personal, pero yo también tengo hermanas. Haría lo imposible por ellas, y no estoy exagerando. Me has ayudado bastante y quiero devolverte el favor, eso es todo.

- ¿Estás seguro que no pedirás nada a cambio? Sabes en lo que trabajo y no serías el único que intenta ayudarme sólo por acostarse un rato conmigo - Joy fue directa, sin ningún tipo de rodeos. Yuta fingió pensárselo.

- Si sigues preparando kalguksu, entonces definitivamente quiero un plato

Joy sonrió mientras se levantaba de la mesa, ya dispuesta a irse. Su sonrisa seguía sin llegar a sus ojos.

- Gracias, Yuta. Me pensaré lo de la abogada

Yuta asintió mientras abría la puerta de su departamento y esperaba a que ella entrase al suyo. Sólo después de eso fue a buscar a Doyoung. Su relación con él era algo raro. Doyoung tenía un enorme instinto maternal y era quién se contactaba con todos, quién mejor armaba las duplas para los negocios. Era quién pasaba los avisos respecto a cualquier tema.

Bajó por el ascensor, golpeando las barras metálicas de éste en un gesto nervioso. Luego salió del edificio. Doyoung, como siempre, estaba dentro un auto común y corriente, siempre evitando llamar la atención, pero pegado a una computadora. Como siempre, el auto iba cambiando de placa cada vez que lo veía.

Doyoung era un tanto paranoico.

- ¿En qué te demoraste tanto, Yuta? ¿Estabas con alguien?

Yuta terminó de acercarse al auto y entró por fin a éste. Doyoung también era ruidoso.

- Una vecina fue a visitarme - Soltó, bastante ambiguo. Doyoung pareció escanearlo con la mirada. Yuta lo miró de vuelta.

- Estás con una de las bailarinas del Red Velvet, ¿No es así? Una de ellas vive en tu mismo edificio

- Pues sí

- Intenta no involucrarte tanto con ella, Yuta - Doyoung suspiró, y luego se puso a buscar en los asientos traseros unas carpetas y se las pasó al japonés.- Taeyong nos pidió que hiciéramos un informe sobre cada una de las trabajadoras, y las únicas dos con historial más turbio son Irene y Joy.

- Se supone que está peleando la custodia de sus hermanas para quitárselas a sus padres drogadictos

- Es más que eso, Yuta. Se supone que está vinculada con la banda criminal que protegía antes el Club. El único que se salvó es ese tipo de la foto - Doyoung hojeó entre la carpeta hasta encontrar un registro criminal. La foto de ese archivo era claro.

Park Chanyeol.

- Y te presento a su ex novio, Yook Sungjae. Comisario. - Doyoung le pasó toda la carpeta a Yuta. Él comenzó a leer de inmediato.- Es un puto policía, Yuta. Veas por dónde lo veas, ella no es de fiar para ti ni para nosotros

- ¿Irene lo sabe?

- Irene quiere dar la sensación de que el Red Velvet Club es un negocio completamente legal. Y Joy no está infringiendo la ley. Sólo es peligrosa para nuestros negocios. Los nuestros, los de NCT

Yuta asintió, sin sentirse del todo conforme. Es decir, él no era tan estúpido como para dejar su información y sus datos esparcidos en cualquier lado. Sus negocios estaban siempre respaldados por algunas de las ratas de computadora.

Le pediría a Winwin o a Jisung que le ayudase a ver todo eso.

- En serio, Yuta. Si te hubieses enamorado de cualquier otra chica del Club no tendría ningún problema con ello. Pero Joy no es de fiar. De ti hasta me cambiaría de departamento.

- No estoy enamorado de Joy.

- Más te vale. Ahora baja del auto, que debo ir a otro lado y no quiero llegar tarde

Maldito conejo gigante y pretencioso.

Hustler  ** NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora