Tokio — Templo Hikawa
Allí estaban uno frente al otro, Darién sostenía la mano de Serena mientras ella solo veía al suelo, durante las semanas que pasaron a la partida de sus amigos se hizo a la idea de no verlos nunca más, pensaba que solo serían un lindo recuerdo que debía apreciar, por ese motivo decidió seguir adelante con aquel futuro, no dar marcha atrás, cada vez que deseaba detener ese futuro agobiante la imagen sonriente de Rini le hacía olvidar su idea principal. Para Seiya el tiempo en Kinmoku era diferente a la tierra, sabía que para ellas solo habían pasado semanas, pero para él apenas unos días, días en los que era visto como un tonto por andar metido en sus pensamientos sin ánimos de querer salir de ellos. Por su lado Darién sentía que la presencia del azabache era un problema para él y su prometida, algo le decía que su futuro como próximo rey de la tierra se vería interrumpido por su llegada y ese nuevo enemigo. El resto de las guardianas sentían la incomodidad en el ambiente, Mina quería a animar la situación, pero la mirada fría de Darién le producía un escalofrío y lo mismo ocurría con sus compañeras, sin embargo el caso de Fighter era diferente.
— ¿Nos quedaremos toda la tarde viéndonos las caras? — La hostilidad en su voz produjo que el príncipe de la tierra apretara los puños. — De nada por salvarlas.
— Seiya, ¿Quién es ella? — Mercury por fin había logrado escapar del aura de frialdad e incomodidad que los rodeaba. Seiya sonrió mirando a su hermana, Serena se sintió incomoda al ver su sonrisa.
— Es mi hermana gemela, Sailor Star Fighter. — Nadie parecía entender sus palabras, el azabache rompió a reír al ver la confusión.
— Creí que eras mujer. — las palabras de Darién le hicieron fruncir el entrecejo.
— La verdad no, principito. — Fighter le dió un apretón en sus hombros al notar como se cabreaba por culpa de Darién. — Es normal que en Kinmoku las familias tengan gemelos, en caso de nuestra familia se repitió tres veces.
— Entonces, ¿Yaten también? — Asintió ante la pregunta de Mina. — Pero no entiendo muy bien, ustedes eran ellas.
— Es cierto Seiya, los vimos transformarse en Sailor. — Rei no podía entender, pero algo le decía que era una historia larga.
— Explicanos, por favor. — Asintió a la petición de Lita. Seiya miraba a su bombón, Serena parecía no querer mirarle y la forma en la que Darién sostenía sus manos le estaba enojando.
— Cuando Galaxia atacó, nuestras hermanas estaban entre la vida y la muerte, ellas no podían viajar en su búsqueda, fue por eso que en su último aliento decidimos fusionarnos y venir en búsqueda de la princesa Kakyuu. — Fighter asintió. — Una vez todo mejoró en nuestro planeta la princesa uso el cristal del fuego y bueno aquí estamos.
— Mi hermano es un embajador de Kinmoku es por eso que le pido al príncipe de la tierra que si no desea considerarse nuestro enemigo deje de verlo como si fuese a clavarle una espada en la cara, gracias. — Darién no supo que decir, su rostro se volvió pálido. — Como guerra de Kinmoku y líder de mi equipo le debo lealtad a la princesa Kakyuu, pero mi agradecimiento y por ende también le tengo respeto, así como lealtad a la princesa Serenity.
— Mientras él y tú se mantenga lejos de mi prometida, no me veré en la obligación de expulsarlos del planeta. — Rei quería enfrentarlo, pero Amy lo impidió tomando su mano.
— ¡Basta Darién! — Serena le miro con molestia, sentía decepción al ver la actitud de su prometido. — Son nuestros amigos y mientras tú estabas en manos de Galaxia, S-Seiya me protegió en todas las maneras posibles. — Hizo una reverencia disculpándose antes de salir del salón. Mina observo a Darién, este solo desvió la mirada frustrando.
— No sé cómo mi princesa puede sentir algo por ti. — Lita salió detrás de Serena.
— Bombón no merece que la trates así, te pedí cuidarla y veo que solo eres un idiota. — Alejo la mano de su hermana. — Escúchame bien principito, me importa muy poco el destino o lo que sea que los una, amo a Serena y voy a luchar por ella, aunque me expulsen del planeta.
— ¿Me desafías? — Al igual que Seiya, Darién se levantó enfrentando su mirada. — Vas a sorprenderte cuando te des cuenta de tu estupidez, Serenity me pertenece desde hace mucho tiempo atrás.
Antes de recibir una respuesta, salió del templo cabreado, odiaba a Seiya Kou, saber que está vez iría por su prometida comenzaba a molestarlo aún más que el hecho de tenerlo en Tokio. Debía dejarle en claro a Serena que su futuro era la única forma en la que podía mantener la paz en la galaxia. Sin embargo, Serena sentía que moría, su corazón no dejaba de latir con tanta fuerza que sentía saldría de su pecho y caería en cualquier momento, había corrido tanto que no se dió cuenta en qué momento había llegado al parque, fue hacia una de las bancas más alejadas observando a las parejas pasar de la mano, algunos niños jugando, deseo llorar y ser una niña en ese instante, el peso del futuro pesaba más que nunca, quería ir con Seiya volver a demostrarle que lo amaba. Aún recordaba las horas antes de su partida, sus lágrimas mientras se confesaba, su entrega en cuerpo y alma, la forma en la que tuvo que fingir al saber que su partida era inevitable, así como su destino al lado de Darién.
—¿Serena? — Levantó la mirada al escuchar la voz de Lita. Su amiga le extendía un helado de chocolate con pequeños trozos de maní en el. Dudo antes de tomarlo y degustar su sabor.
— Lita, no puedo más. — La castaña sabía que se refería al hecho de ocultar sus sentimientos y el futuro inminente. — Ver a Seiya de nuevo fue un golpe a mi corazón, lo amo y desearía correr a su lado.
— Me sorprende que pudieras decirme que lo amabas. — Bajo la cabeza esperando un regaño o quizás el recordatorio de su futuro. — Se desde el principio de tus sentimientos por él, es verdad que me empeñe como las demás en que te alejaras, pero ustedes siempre buscaron como estar juntos pese a nosotros.
— No puedo amarlo...— No suponen que momento sus lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, Lita se sorprendió al darse cuenta del dolor de su princesa. — Quizás te esté decepcionado.
— No, más bien me siento orgullosa por lo fuerte que eres. — Limpio sus lágrimas dandole una sonrisa. — Tú siempre me has animado, me ayudaste cuando todos me tenían miedo... Serena lo que más me importa es tu felicidad, hemos luchado por ese futuro, pero el futuro es lo que tú desees que sea. Serás reina con o sin Darién, porque Tokio de Cristal depende de la Neo Reina no de Endimion o eso pienso, se feliz Serena.
— Si decido dejar todo Rini nunca existirá. — Miro el helado caer al suelo, sentía una fuerte opresión en su pecho al pensar en aquella niña.
— Si Rini está destinada a ser tu hija nacerá no importa quien sea el padre. — La rubia le observo por un momento, de todas sus amigas nunca pensó que justamente Lita fuese quien le ayudará en ese momento de dudas. — Además, no creo la pequeña dama quiera vivir en una familia sin amor.
— Lita...— La joven le sonrió. Serena no pudo evitar abrazarla con fuerza. — Gracias Lita.
— Antes de proteger ese futuro, debo protegerte a ti, eres mi princesa y más que nada mi mejor amiga — La rubia por una vez se sintió feliz y relajada, por fin sentía como un peso abandonaba su cuerpo. — Aprovecha esta oportunidad Serena, por algo Seiya volvió a tu vida.
Serena volvió a mirarla con una sonrisa, su amiga tenía razón en cada una de sus palabras, estaba más tranquila que antes, habían noches en las que solo lograba sentirse así después de haber llorado debido a la presión, pero esa vez todo el sentimiento se había ido con solo ser sincera. Miro al cielo notando un pequeño paraguas dorado ser llevado por el viento, no pudo evitar mirar como caía al suelo, justo a los pies de una pequeña niña de cabellos plateados atados en dos pequeños moñitos idénticos a los suyos, sus ojos azules le miraban fijamente, en sus manos sostenía un pequeño oso de peluche negro. Verla fue como ver a chibi-chibi, su energía irradiaba calidez, una fuerte presión se instalo en su pecho pero está vez no era producto del dolor, era algo más. Quería decir algo pero todo comenzó a volverse oscuro a su alrededor.
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Gracias por leer y dejar sus comentarios, nos leemos en el siguiente ✌🏻
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Cenizas
FanfictionEl Milenio de Plata siempre se vio como el inicio de todo, un reino fuerte protegido por la reina Serenity, pero más allá de su legado se escondían muchas cosas. Artemisa diosa de la luna, hija de Selene y Apolo, fue la encargada de proteger los sec...