Capítulo 8🌠

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— No acepto terminarlo. — Un nuevo golpe a la mesa la hizo dar un pequeño salto en su asiento, todos en la cafetería habían volteado a verlos después de oírse ese golpe. ¿Cómo había llegado a ese lugar? Suspiro cansada, recordó a su madre decirle que él fue por ella y mintió diciendo que aún dormía, durante el resto del día no se atrevió a salir ni comunicarse con nadie, así su día fue tranquilo, fue a dormir deseando que todo fuese mejor en la mañana, al despertar encontró a Sammy en su habitación diciendo que Darién estaba esperándola, por ese motivo decidió verlo, así de una vez por todas terminar su relación, no quería pensar más en el futuro, quería ser libre y poder decidir ella misma, y si la guardiana Cosmos era amable entonces Rini nacería de la persona que eligiera como su pareja y ella ya había elegido alguien especial.

— Darién, tú no me amas, quizás al principio. — Levantó la mirada para verlo, sus ojos se habían oscurecido de la irá. — Hace mucho tiempo deje de amarte, no puedo seguir adelante con algo que no tiene futuro.

— Claro que hay un futuro, lo vimos. — Un jadeo escapó de sus labios al ver cómo retiraba su anillo de su dedo dejándolo en la mesa. Darién lo tomo sonriendo levemente. — ¿Qué pasará con Rini?

— Si está destinada a ser mi hija, lo será. — Estuvo dispuesta a levantarse, pero su mano sosteniendo la suya la detuvo. — No lo hagas más difícil.

— Estás dejando todo por una confusión con esa estrella. — Mordió su labio al oírlo, alejo su mano de la suya al sentir como el poder del cristal dorado parecía quemar su piel. — Te arrepentirás, tú y yo estamos destinados desde hace mucho tiempo.

Un escalofrío recorrió su piel al ver nuevamente su mirada. Darién salió de la cafetería, sus piernas fallaron, finalmente acabo cayendo sentada en su silla, su respiración se había agitado. Una mano en su hombro logro asustarla, Andrew le sonrió al verla tan asustada.

— Terminaron, ¿Cierto? — Asintió. — Ya se le pasará, siempre pensé que Darién era muy viejo para ti.

— Estás hablando de tu amigo. — Andrew negó levemente antes de sentarse frente a ella.

— Serena eres mi amiga y te quiero, estoy algo contento por su separación aunque suene mal y quizás Lita se enoje. — La rubia sonrió nerviosa. — Darién, después de su batalla con Galaxia...— Andrew sonrió al ver la expresión de Serena. — Lita tuvo que decirme, tranquila no diré nada, pero como venía diciendo, él después de esa batalla cambio, se volvió más frío y podría decir oscuro.

— Es cierto, ahora que lo mencionas no es el mismo. — Tomo su tenedor picando el pastel en su pequeño plato. — Quizás mis amigas se enojen pero es mi decisión.

— Lo único importante es tu felicidad. — Le guiñó un ojo antes de levantarse y regresar a su trabajo, Serena sonrió para si misma, nuevamente se sentía animada y más confiada.

— Hola. — Miro a todos lados buscando quien le hablaba, su sorpresa fue enorme al ver a la misma niña del parque oculta detrás de una de las sillas. Al verla sintió una sensación de calidez en su pecho.— ¿Puedo sentarme? — Asintió.

— Te vi en el parque. — Sonrió ante sus palabras. La pequeña miro el pastel con curiosidad, al darse cuenta de su mirada se lo ofreció, la rubia observaba como comía el pastel degustando hasta el último pedazo. — Me recuerdas a alguien.

— ¿Sí? Bueno yo no te conozco o eso creo. — Serena sonrió al ver su nerviosismo, aquella niña le causaba curiosidad y al mismo tiempo le transmitía un aire familiar. Iris sonrió al mirar las puertas del local abrirse.

— ¡Iris! No vuelvas a irte así. — La rubia giro lentamente al escuchar la voz de Seiya, él al verla se sorprendió. — ¿Bombón?

— Seiya, tu bombón me dió de su pastel, ¡Es delicioso! — Suspiro al verla llamar a uno de los meseros y pedir un postre igual, aquella niña era muy enérgica y le extrañaba que pudiese adaptarse tan rápido a un nuevo ambiente, aunque estaba seguro que en Kinmoku sería igual, pero no iba averiguarlo, su principal tarea era reunirla con Sailor Moon, curiosamente ella se encontraba al frente de la heroína sin darse cuenta.

— Me alegra verte Seiya. — La voz de Serena lo trajo de vuelta a la realidad, aprovecho de sentarse junto a la menor, no podía creer que estaba nuevamente frente a la dueña de su corazón. Serena miro a todos lados. — ¿Y tú hermana?

— Ella está buscando a cierta niña que salió corriendo en medio de la calle. — Iris se encogió en su asiento. — No vuelvas hacer eso, es peligroso no conoces la ciudad.

— Lo sé, pero sentí curiosidad al ver por el vidrio y reconocí a tu amiga. — Iris le obsequió una sonrisa tímida, él solo desvió la mirada. — Por favor, no te enojes.

— Entonces no vuelvas hacerlo. — Asintió, el silencio se hizo presente entre los tres al ver llegar a Andrew con la bandeja, dos malteadas de chocolate y un pastel del mismo sabor decorado con almendras y fresas.

— Cortesía de la casa, disfrútenlo. — Le dió una leve palmada en el hombro a Serena antes de irse.

— Gracias — Susurro, se sentía nerviosa al estar frente a Seiya de nuevo, aunque ese momento lo soñaba a diario desde el instante que dejó el planeta. — ¿Esa niña quien es?

— Es una amiga y está aquí porque busca a una persona. — Por un momento pensó en la princesa Kakyuu, al notar su expresión Seiya supo que pasaba por su mente. — La princesa está bien, por cierto te envía saludos.

— ¿Sí? Me hace feliz saber que lo está. — Nuevamente sus miradas se encontraron. — Muchas gracias Seiya.

— ¿Por qué? — Iris miro a la rubia jugar con su bebida, notaba lo nerviosa que estaba, le recordaba a su hermana Serenity, siempre hacia esas cosas cuando su madre le hacía alguna pregunta.

— Me llevaste a casa y fuiste a verme, gracias por eso Seiya.

— Vamos bombón lo haría todas las veces que fuesen necesarias. — Un pequeño golpe del tenedor en el plato llamo la atención de ambos, Iris los observaba con una sonrisa curiosa. — ¿Te gustó mi regalo?

— Es hermoso, muchas gracias. — A su mente vino el recuerdo del mensaje en la nota y casi se atraganta con la malteada. — La nota, mentiría si digo que no me gusto, pero la verdad me encantó, yo...

— ¿Tu que bombón? — Seiya sabía que estaba nerviosa y no encontraba la forma para hablar de su nota. — ¿Bombón?

— Bueno yo... Seiya. — La risa de Iris los sorprendió.

— Ustedes se quieren mucho. — El sonrojo en ambos le causó gracia, recordó a su hermana Serenity las veces que veía a Endimion, aquel hombre le causaba escalofríos cada vez que lo miraba, sus ojos destellaban con un deje de oscuridad. — Se ven lindos.

Nuevamente sus zafiros se encontraron y una pequeña sonrisa fue la acompañante. La mano de Seiya sostuvo la de Serena por encima de la mesa, pero aquella escena fue observada por una mirada sombría a la distancia, un fuerte golpe a la pared más cercana alertó algunos clientes del local, mientras las puertas se abrían automáticamente dandole acceso al exterior lejos de aquellos dos enamorados, pero su acción fue vista por una pequeña niña de cabellos plateados, quién pudo sentir en el una corriente oscura rodearlo.

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Muchas gracias por leer, de verdad tenía dudas con este capítulo, quería que fuese fuerte pero al final no se dió y me gustó cómo quedó.

Espero fuese de su agrado, nos leemos en el siguiente ✌🏻😉

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