Nadie dijo que la vida era sencilla, durante siglos vago entre las estrellas buscando un hogar, un lugar donde fuese bien recibida pero simplemente era rechazada, en todos los reinos que visito fue desechada como basura y nuevamente su viaje continuaba entre las estrellas, así fue como llego aquel reino puro, su gran palacio brillaba como las perlas a la luz del sol, grandes jardines llenos de flores vistosas, su gente, quienes apenas comenzaban a nacer en aquel lugar tan pacifico la acogieron en un abrazo, pero ella ya estaba corrupta, llena de ira y rencor, todo llevado en su ser después de miles de años buscando un hogar donde vivir en paz, contenía la oscuridad en su ser y fue entonces que se lleno de codicia. Un gran desfiles de hombres en armaduras de plata y doncellas de elegantes vestidos color champan caminaban en fila, la doncella que encabezaba el protocolo llevaba en sus manos una pequeña caja de cristal, la cual irradiaba una fuerte energía que podría destruir a quien no lo controlara, y fue donde la vio, su cabello color plata con pequeños destellos dorados en él, usaba un vestido blanco ceñido a su cuerpo con un cinturón dorado, en sus manos un báculo alado en color perla, las arpas comenzaron a sonar en el instante que bajo los primeros escalones.
En ese momento sintió el deseo de tomar aquel cristal y trato de hacerlo, en el proceso los soldados la atacaron, pero su poder oscuro era fuerte y ellos acabaron de rodillas heridos ante su enemiga, la doncella que sostenía la caja trato de huir en vano pues la caja le fue arrebatada por ella. Sus ojos color carmín observaron a la princesa de aquel reino mientras tomaba el cristal entre sus manos, no parecía querer detenerla y se preguntó; ¿Por qué? Su respuesta fue inminente al abrir la caja, la fuerza de la luz y la cálida energía quemaron sus manos y rostro, sus gritos de dolor no conmovieron a nadie, la princesa elevo sus manos atrayendo hacia ella el cristal de plata.
– Permití tu entrada a mi reino pensando darte una oportunidad, pero me has decepcionado. – La joven se arrastraba por el suelo dejando a su paso manchas de sangre. - ¿Por qué deseas poder?
– Quiero venganza. – La princesa se detuvo al escucharla. – Kitzu me desterró, Ether el planeta Ether me hizo a un lado hace muchos siglos, ya me cansé de ser errante, todo es culpa de ellos.
– Dejaras de ser errante si eso deseas, pero no podrás tocar una vez más mi reino, no permitiré que destruyas lo que más amo.. – El cristal de plata brillo, la princesa lo unió a su báculo, estos combinaron sus poderes y el cuerpo de la mujer se volvió polvo estelar que fue subiendo hacia el cielo hasta convertirse en una lejana estrella. – Casiopea.
– ¿Princesa Serena? – No se atrevió a mirar a la joven que le llamaba, su corazón sintió una leve punzada, su nariz sangraba, lentamente quito los restos de sangre mientras observaba el planeta azul a la distancia, la tierra brillaba, algo había caído en aquel reino y ella sabía que sería un problema a futuro, pero tampoco podía atacarlo, no era su forma de actuar. Volteo a ver a la mujer que le buscaba. – La princesa Artemisa despertó.
– Luna, creo que la paz no será alcanzada a menos que yo vuelva. – Luna le miro confundida. – Casiopea me esperara una vez mas para luchar, ¿Crees que Artemisa sea buena reina? Se que aun soy la princesa, mi coronación no pudo concretarse hoy, pero...veo un futuro oscuro, Luna debes prometer que el día que yo regrese estarás allí para mí.
– Mi reina, siempre estaré para usted, pero no puede dejarnos ahora cuando mas la necesitamos. – El sonido de una suave risa infantil atrajo la atención de la princesa, quien al voltear miro a la razón de su existir, su pequeña hija se encontraba en los brazos de una mujer de larga cabellera dorada vestida de dorado, las puntas de su cabello de un color rojizo brillaban, en su cintura se encontraba una espada plateada, sus ojos color coral miraban a la soberana con curiosidad. Serena dio un paso adelante tomando las pequeñas manos de su hija dándole un beso en el dorso de estas.
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Cenizas
FanficEl Milenio de Plata siempre se vio como el inicio de todo, un reino fuerte protegido por la reina Serenity, pero más allá de su legado se escondían muchas cosas. Artemisa diosa de la luna, hija de Selene y Apolo, fue la encargada de proteger los sec...