Corredor del tiempo
Sus débiles pasos le llevaban hacia su destino, se detuvo por un momento al ver la sangre caer de sus manos heridas, quería llorar y regresar, pero aún así no podía, recordaba los gritos y la destrucción de su hogar. Poco a poco sus piernas fallaron hasta terminar en el suelo, miro hacia la luz que representaba la salida pero su cuerpo no tenía fuerza y eso le aterraba, temía le hubiesen seguido, recordó la mirada de su familia, el miedo y el dolor, las lágrimas que derramaban al ver todo caer, ya no había nada más que hacer, huir y buscar ayuda, cambiar las cosas. Cómo pudo trato de ponerse en pie y continuar su andar, no podía correr más, pensó en el momento que todo cambió pero no encontraba esa respuesta.
— Plut... — Abrió la puerta de la habitación del tiempo, el silencio fue toda su respuesta, quería llorar nuevamente al verse sola, sin ayuda. Se dejó caer abrazando sus piernas, pidiendo por alguien que viniese a ella. — por favor plut.
— ¿Pequeña dama? — Alzó la mirada al oír su voz, la joven guardiana apareció ante sus ojos, su cuerpo translúcido era el reflejo de su alma. Plut se arrodilló frente a ella. — No debí permitir esto pequeña dama. No debí permitirlo, creí en algo que era falso.
— Plut ayúdame. — Negó. Rini estuvo a punto de llorar pero la mirada consoladora de la guardiana le hizo sentirse tranquila. — por favor.
— Confía en mí, hay alguien que luchará por ti, por tu madre y las cosas volverán a su curso. — La mirada carmesí de la princesa comenzó a nublarse por las lágrimas. — Pero recuerda esto pequeña dama, si logras verme no confíes en mí, huye por favor.
La puerta que le permitía el acceso al siglo XX comenzó abrirse ante sus ojos, el aire frío emergió de ella, pudo ver el reflejo de algo azulado al otro lado, miro a Plut una última vez antes de correr hacia la puerta y atravesarla buscando una forma de salvarse, cerro sus ojos al ver la luz del sol ante ella, sonrió al darse cuenta que ya no estaba en su mundo, una luz de esperanza iluminó su vida nuevamente.
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Iris observaba por la ventanilla del tren el paisaje que los rodeaba, no dejaba de ir de un asiento al otro tratando de mirar mejor cada detalle, los árboles verdes, el pequeño río que atravesaba el puente, para ella ese lugar era un paraíso que no creyó conocer, muy diferente a su hogar, Seiya miraba con curiosidad su emoción, recordaba la mirada asustada de la niña en el momento que apareció ante sus ojos, su desespero al querer ver a Sailor Moon, ahora era alguien distinta que apreciaba las cosas que miraba y eso le daba a entender que su llegada no era solamente buscando ayuda si no para escapar de algún problema más grande del que podría llegar a imaginar.
Hotaru por su lado seguía observándola, vigilando cada movimiento, podía ver en ella el brillo de su princesa, un brillo parecido pero no igual, recordó a su reina en el Milenio de Plata, a su hija Serenity y todo lo que hizo para alejar a su hija de aquel hombre. Sacudió la cabeza tratando de olvidar aquellos recuerdos dolorosos, nuevamente se sentía inquieta al pensar en ese pasado particular.
— Te siento extraña. — La voz de Michiru la trajo de regreso a la realidad. — ¿Es por esa niña?
— Algo así, pero no es algo que debas saber por ahora. — La guardiana asintio antes de mirar nuevamente a su princesa, Serena dormía recostando su cabeza de Lita, la castaña le daba una palmadita en la cabeza tratando de despertarla pues pronto estarían en la estación que les correspondía. Sonrió levemente olvidando por un momento todas sus preocupaciones.
— ¡Despierta Serena! — El grito de Rei la obligó abrir los ojos, la morena se mantenía de brazos cruzados observando a su amiga. — Has dormido todo el viaje.
— Lo siento, me sentía cansada. — Tímidamente se aparto de Lita disculpándose, no quería molestarlas en su viaje. — ¿Y Mitsuki?
— Ella debe estar en el otro vagón. — Suspiro al ver que Seiya seguía allí, pensaba que era un sueño, verlo le hizo sentir aliviada. — Ay bombón deja de pensar en mi regreso.
— Como sa...— Un guiñó de parte de él le hizo desviar la mirada. — Seiya eres un idiota.
— Pero se que así me quieres bomboncito. — Todas comenzaron a reírse al ver cómo aquella pareja de amigos discutía entre risas, podían notar el brillo de su princesa aumentar por simplemente estar a su lado una vez más. Iris sonrió, miro el brazalete en su mano, las pequeñas perlas blancas atraían el brillo de la luz del sol, Mina al verla tan concretada en su joya se acercó tomando su mano con suavidad.
— Es muy linda, ¿Te gustan las joyas? — Asintió. — Para ser una niña tienes buen gusto.
— Es de mi madre. — La rubia acarició una de las perlas, pero al hacerlo un escalofrío recorrió su piel y entonces como si fuesen imágenes de una película observo la imagen de un hermoso planeta verde, llenó de altas montañas y árboles siendo consumido por el fuego, los meteoritos cayendo como estrellas fugaces y causando destrucción aquel páramo lleno de vida. En medio del fuego observo una figura alzar el vuelo.
— ¿Qué fue eso? — Iris le miro sin entender antes de alejar su mano de ella.
— No se de qué hablas. — Volvió a mirar hacia afuera, Hotaru sonrió levemente al notar como Mina se alejaba en camino hacia los baños, la siguió de cerca sintiendo el poder de su cristal Sailor rodearla.
— Esa niña es un misterio y debemos proteger a la princesa. — La orden de Mina le sorprendió. — Por ahora debemos vigilarla no podemos permitir que Serena sea atacada por dos flancos.
— Lo sé, pero tenemos que tener cuidado. — La rubia asintio, ambas volvieron a sus asientos al sentir el tren detenerse, pero si en ese momento hubieran mirando hacia atrás en específico a uno de los baños que se encontraban entreabiertos pudieron haberse dado cuenta que Mitsuki las había oído, ella misma desconfiaba de Iris, aunque quisiera darle su mano amiga por completo no podía, los misterios que le rodeaban eran lo suficientemente grandes como para dudar de sus intenciones aunque su hermano pensara lo contrario respecto a ella. Mitsuki decidió salir de su escondite al oír el llamado a los pasajeros para bajar del tren, se detuvo su andar al ver cómo su hermano baja con la niña colgándose de su brazo, riendo sin preocupaciones.
— ¿También desconfías? — La pregunta de Hotaru la confundió, no quería dar a conocer sus sentimientos e inquietudes o tendría problemas con Seiya, por ahora deseaba guárdalos para ella sola.
— No, solo veía a mi hermano. — Volteó para verla, pero la guardiana del silencio acabo dandole la espalda para ir por sus cosas, agradeció que así fuese no quería un interrogatorio.
Iris podía sentir las dudas de las guardianas, pero debía seguir callando hasta estar segura de hacer lo que Plut pidió, pensó en su madre y hermana, Serenity estaba a unos meses de cumplir años y darían una gran fiesta a la que ella asistiría por primera vez y sería presentada como la segunda en línea de sucesión siguiendo las leyes de su abuela Artemisa en el pasado. Miro al cielo una pequeña luz rosa brillar hasta desaparecer en algún punto del bosque a donde irían acampar, aquel brillo le recordaba a muchas cosas de su hogar en especial a su hermana.
"Plut tengo miedo, te necesito."
Con aquel pensamiento siguió a los demás, solo esperaba que la guardiana del silencio estuviese bien al igual que su familia.
✨✨✨💫✨✨✨
Muchas gracias por leer, hasta un próximo capítulo 😊
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Cenizas
FanficEl Milenio de Plata siempre se vio como el inicio de todo, un reino fuerte protegido por la reina Serenity, pero más allá de su legado se escondían muchas cosas. Artemisa diosa de la luna, hija de Selene y Apolo, fue la encargada de proteger los sec...