Especial | Belle.

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-No puedo creerlo

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-No puedo creerlo.

-Oye, no es para tanto ¿Si?

Belle volteó a ver a Greg y este retrocedió ante la mirada enojada que le dio, él lo admitía, su chica a veces daba miedo. Y aunque aún no era su chica, Greg estaba determinado, pronto lo sería.

-Era mi dinero, yo había pagado las malditas palomitas y ahora estamos aquí, haciendo cola otra vez ¡Porque las tiraste!

-Pero no nos cobrarán por rellenarlas. -Intentó tranquilizarla.

-Okay, pero estamos perdiéndonos las promociones de los próximos estrenos, eso sin contar la maldita vergüenza que pasamos cuando tiraste todo. Dios mío.

Greg suspiró y optó por callarse, de algún modo Belle tenía razón, además lo último que quería era enojarla y que ella abandone su cita que, por cierto estaba siendo un fiasco, así que, bueno, el silencio a veces era la mejor respuesta ante conversaciones agresivas.

-Bueno, bien. Estoy más tranquila por si quieres saber. -Murmuró Belle cuando volvieron a sentarse con las palomitas llenas y observando como se mostraban los créditos iniciales de la película. Belle sabía que estaba arruinándolo, que ella y su maldito humor habían conseguido que el semblante de Greg decayera y que se encontrara callado. Es solo que ella estaba tan, tan nerviosa que estaba usando su única defensa: palabras fuertes y mal genio-. Hey ¿Estás bien?

-¿Uh? -Greg volteó a mirarla y sonrió-. Sí, por supuesto, solo estaba un poco concentrado.

-Bien, estabas un poco callado, solo preguntaba.

Greg alzó su pulgar. -Todo bien.

Entonces ambos cayeron en un espeso silencio, los dos fingiendo estar concentrados en la película mientras sus pensamientos divagaban y estaban concentrados en la persona que se encontraba a su costado.

En realidad, la palabra con la que Belle buscaba identificarse era frustración. Ella se sentía tan rara, ni siquiera podía explicarlo. Había dejado su etapa de novios atrás y aunque realmente sus rupturas no habían sido para tanto (sí lo eran) ella estaba convencida de que el haber cerrado su corazón era únicamente porque estaba algo cansada de tener que aguantar emocionalmente a alguien, ella quería un tiempo a solas.

Apoyó su cabeza en su mano y disimuladamente observó el perfil de Greg, las pecas esparcidas por su rostro, sus dedos jugando con sus labios, su nariz un poco desviada y sus mejillas regordetas. Todo en él parecía ser tan... simétrico, por paradójico que sonase.

¿Qué tenía que perder? Bueno, está bien, quizá podía perder algo de estabilidad cuando todo acabase, un corazón roto y algunas lágrimas, nada que no pudiera repararse con tiempo y amor propio, además, valía la pena cada lágrima si tras estas habían recuerdos alegres y risas fuertes, así que no lo pensó.

Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora