Capítulo dos | Una mala semana.

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Las clases de aquella semana fueron un desastre, un asco, uno de los peores momentos de su vida, Belle pensaba

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Las clases de aquella semana fueron un desastre, un asco, uno de los peores momentos de su vida, Belle pensaba. Ella se había imaginado de formas muy distintas como serían sus nuevos compañeros, realmente había invertido más de una semana atormentándose con ello y aunque sabía que estaba exagerando, solo así ella podría hacerse una idea de lo que tendría que aguantar durante todo un año. No se acercó para nada a lo que sus compañeros eran.

El punto era que ella sabía que estaba siendo algo despectiva, sabía que las buenas personas existían incluso detrás de las más hoscas envolturas, que podían encontrarse incluso en las personas que más habían sufrido, por lo tanto, sabía que probablemente su salón no estaría plagado de víboras o algo así. Solo que se equivocó, aquello era peor. 

La alegría y amabilidad prefabricada abundaban en ese ambiente, podía ver tantas sonrisas falsas y acciones de amabilidad el doble de falsas, podía observar a aquel pelirrojo fingiendo ser tan social y alegre con las personas, buscando temas de conversación donde no las había y , claro, haciendo estúpidas bromas que solo gente estúpida como él lo encontraba divertido y aquello la irritaba. Siempre había preferido la sinceridad, aún si aquella dolía o podía ser desagradable, consideraba que de eso se trataba la vida real, de ignorar mentiras y vivir bajo verdades, aún estas nos maten lentamente, solo así podríamos sentir y vivir de verdad. 

Es por eso que había sentido que el tiempo estaba siendo su principal enemigo, Belle aseguraba que este avanzaba a la velocidad de una tortuga embarazada y además, coja; y aquello no podía significar nada nuevo. SI así se había sentido en una semana ¿Cómo podría aguantar un año?

—Bueno. Lo he decidido: Odio la maldita vida escolar. —Declaró Belle en el receso del que fue su segundo día de retorno a clases.

Los cuatro pares de ojos que se encontraban con ella simplemente observando a los demás estudiantes, voltearon a mirar a su amiga, cada uno de ellos con una sonrisa emergiendo en sus facciones.

—Eres tan insufrible, Belle. —Aseguró Noah ganándose una mirada irritada por parte de la mencionada—. ¿Por qué no sólo puedes disfrutar la paz y tranquilidad de nuestros recesos?

—¿Paz y tranquilidad? ¿Te refieres a la que te hace sentir el mirar a un montón de mastodontes actuar tan bien con esas caretas falsas que llevan como personalidad?

—No tienes que ser tan intensa, prima. Sólo disfruta un poco, estamos observando, no juzgando. Observando. —Repitió Mía.

—¿Así que eso es lo que haremos? Todos los malditos recesos sentarnos a observar personas vacías? —Su prima se encogió de hombros y Belle sólo suspiró pesadamente, sabía que estaba siendo molesta, pero ¿Qué podría hacer ella?—. Este año será tan ordinario como los del resto de mi vida, supongo.

—Bueno, si no quieres que lo sea, deberías hacer algo al respecto ¿no? Es decir, cuando no estoy contento con algo me miro al espejo y me digo a mi mismo "¿Qué estás haciendo mal, Alex? ¿Qué es lo que te molesta?" Y siempre encuentro una respuesta. —Concluyó—. Sólo es un pequeño consejo.

Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora