Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]

Capítulo ocho | La fiesta ll.

2:26 de la mañana

—¡Noah! ¡Baja de ahí ahora por favor, no seas estúpido! —Gritaba Mía entre asustada y divertida.

En definitiva el alcohol había vuelto loco a Noah, quien ahora se encontraba saliendo de una de las ventanas del segundo piso de Greg.

Esto va a funcionar—pensó Noah cuando vió que el techo de aquella casa tenía una inclinada caída.

Y ahí estaba él, con la misma tabla de surf con la que se había deslizado Greg anteriormente por las escaleras. Él haría lo mismo, sólo que algo más...arriesgado, de hecho, en esos instantes esa tabla sería usada para deslizarse por el techo de la casa del anfitrión.

—¡Ni siquiera sabes surfear, idiota! Te aviso que no pienso recoger el cadáver de mi estúpido mejor amigo, sólo porque está ebrio. —Alex trataba de hacerlo entrar en razón mientras le gritaba y su mejor amigo sólo lo miraba y reía. Pronto estaría en aquel césped, abrazándolo.

—¡Tampoco sabía que podía hablar ruso hasta hoy! ¡Y si que puedo! El vodka hace milagros. —Rió Noah ebriamente.

Una pequeña multitud se había reunido para ver la pequeña hazaña de Noah, sólo Alex y Mía intentaban hacerlo entrar en razón, el resto hacía lo que cualquier adolescente podría hacer en ese momento: Sacar sus celulares y comenzar a grabar.

En ese momento salieron dos personas cargando lo que parecía ser un colchón inflable, lo cuál no era otra cosa que un conjunto de mantas y ropa unidas improvisadamente que según aquellos ebrios adolescentes "amortiguaría su caída, no había nada de que preocuparse".

—¡Wingardium leviosáááá! —Noah se lanzó con la tabla sobre pies, gritando mientras empezaba a deslizarse y Mía empezó a reír a carcajadas. Hacerlo ver Harry Potter en repetidas ocasiones había dado sus frutos. Aunque, ese no era precisamente el hechizo que lo ayudaría a flotar si lo quisiera el mismo, pero él estaba demasiado ebrio como para saberlo o importarle, siquiera.

Hubiera sido demasiada suerte si los que pusieron aquellas mantas hubieran acertado en donde caería Noah, pero no fue así.

La escena fue graciosa de ver desde cierto punto, Noah perdió contacto con la tabla ni bien saltó del techo y la mitad de su cuerpo cayó sobre las mantas y la otra mitad aterrizó contra el césped.

Los chicos presentes estaban desenfrenados mientras lo aplaudían, Noah estaba tirado en el césped, riéndose de un dolor que apenas podía sentir por su ebria condición, Mía y Alex corrían hacia su amigo entre preocupados y divertidos y al menos dos vecinos se habían levantado ante aquella bulla que ya se encontraba cesando, pero...¿Qué había motivado a Noah a hacer semejante locura?

1:04 de la mañana

—¡Te lo juro! Mi mamá me avergonzó tanto la primera vez que llevé un enamorado a cenar que realmente consideré en terminarle. ¿Cómo lo miraría a los ojos después de que mi mamá le contó que de no ser por él, yo ni me bañaría?