Capítulo catorce | ¿Me dejas?

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Era como si la atmósfera que nos rodeaba quisiera asfixiarnos, caía tan pesado bajo sus hombros y sentía una sensación de inquietud constante que bajo ningún término podía negar que aquel estaba siendo un viaje incómodo

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Era como si la atmósfera que nos rodeaba quisiera asfixiarnos, caía tan pesado bajo sus hombros y sentía una sensación de inquietud constante que bajo ningún término podía negar que aquel estaba siendo un viaje incómodo.

Un tensión innegable estaba presente, rebotaba mi pierna a cada segundo y aunque sentía una especie de magnetismo para mirar a Belle, me negaba rotundamente a hacerlo, podía sentir todas las vibras negativas y el odio que Belle estuviera sintiendo en ese momento en mi nombre, así que ese era un motivo suficiente para negarme a hacer algún tipo de contacto con ella. Habían pasado pocos minutos pero realmente me parecían horas ¿De pronto nuestra casa había cambiado de ubicación y ahora se encontraba en Antártica? Bueno, no sé su ubicación exactamente, pero suena lejos ¿no? 

Miré a Greg y este me devolvió la mirada, hizo un amago de sonrisa y yo quité mis ojos de los suyos rápidamente como la excelente chica tímida que era.

—Entonces...—Oh, por favor, díganme que no está intentando entablar una conversación—. Nadie nos ha presentado. —Mierda, si lo está haciendo—. Soy Greg, soy...bueno, soy amigo de Belle. —Escuché un bufido por parte de ella y emití una pequeña sonrisa, lo miré e intenté entablar una conversación.

—Soy Mía.

¡Wow! ¿En serio ese es tu estúpido intento de una conversación? Define conversación en primer lugar Mía porque parece que "conversación" es responder de manera increíblemente cortante.

Greg sonrió nervioso y volteó hacia la ventana, incómodo al darse cuenta de que realmente no era una gran conversadora y que no tendría caso seguir intentando elaborar una charla entre nosotros.

Genial, agrégalo a la lista de personas que espantas.

Comencé a tamborilear mis dedos sobre mis piernas nerviosamente, Belle no decía ninguna palabra, sólo se dedicaba a mirar al frente, sin ninguna expresión en sus facciones. Greg estaba considerablemente nervioso, también, e incómodo y yo contaba los metros que faltaban para llegar a casa. Literalmente.

Después de unos interminables minutos de incomodidad, llegamos a casa y fue ahí cuando caí de golpe en la realidad ¿Cómo le diría a mi tía que traíamos a un chico a casa? Desesperada miré rápidamente a Belle, pero ella me devolvió la mirada con una tranquilidad impropia de ella. Ella lo supo todo este tiempo, mierda, ella se había dado cuenta antes que yo que sin una buena excusa no nos dejarían meter a Greg a la casa ¡Y era obvio! ¿Qué madre en su sano juicio permitía que un chico entre así por así? Ninguna.

Nos estábamos acercando a la puerta, miles de pensamientos y posibles soluciones pasaban por mi mente 

¿Y si lo pasamos a escondidas? 

Sí, claro, porque él es fácilmente ocultable; con sus probablemente metro ochenta y su llamativo color castaño rojizo de cabello.

Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora