Capítulo trece | Un fantasma femenino.

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Caminaba lentamente hacia el aula, pensando lo que habíamos hablado antes de que el sonido de esa odiosa campana nos separara

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Caminaba lentamente hacia el aula, pensando lo que habíamos hablado antes de que el sonido de esa odiosa campana nos separara. Aquella chica, Samantha, ¿Sería en verdad la que llevaba faltando desde inicio de clases? O sólo era alguien "fantasma" que nunca vendría, como generalmente se referían a ella mis compañeros. Cuando crucé la puerta de mi aula miré fugazmente a todos los que se encontraban ahí y sentí un inconsciente pequeño alivio al darme cuenta que todos eran los mismos, no había ninguna cara nueva.

Saludé de manera rápida a Zack, que se sentaba cerca a mí y me senté en mi acostumbrado lugar de siempre. 

¿Qué si había regresado el primer amor verdadero de Noah? Eso no significaba nada relevante, era normal que se ponga así, yo también lo haría si tuviera que ver a alguno de mis ex cerca. Claro, no permitiría que me vean así, pero ese era el punto. De todos modos ¿Por qué me preocupaba tanto por ello? Noah estaría bien y realmente no debería importarme Samantha.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que me sobresalté cuando me cayó un papel en forma de una pequeña bola, busqué al culpable de ello y no me sorprendí cuando Zack me estaba mirando atentamente, señalando con sus orbes marrones que recoja la pequeña nota antes que alguien más lo haga por mí.

Le sonreí, recogí aquella bolita y leí el contenido:

"¿Has escuchado que la chica fantasma por fin dejará de serlo hoy? Ha venido. "

Sentí un pequeño vacío en mi estómago, pensando rápidamente en las posibilidades que existían que aquella chica fuera Samantha, y escribí al reverso de la misma hoja "¿Cómo sabes eso?"  Estaba a punto de tirarle nuestro pequeño correo improvisado cuando el profesor entró seguido de una chica rubia.

Mierda.

Zack volteó y me lanzó una mirada de "Te lo dije" a lo que yo le respondí con una mirada de "Si, ya lo sé".

Tener esta pequeña conexión de poder entendernos únicamente con miradas era algo realmente genial, esta razón y el ser tutora de Zack habían sido las causantes para que naciera una amistad innegable entre ambos, que estaba segura crecería de manera asombrosa.

Zack y yo dejamos de mirarnos para prestar atención a la recién llegada y realmente parecía un fantasma, sin darnos cuenta el apodo le quedaba bien. Era rubia, con el cabello corto, extremadamente delgada y alta, su aspecto daba a entender que probablemente había sufrido algún tipo de enfermedad para desgastarla de ese modo. El problema no era que estaba delgada, el problema que parecía llevar una mirada muerta y el color de su piel era tan pálido que gritaba que le faltaba vida, era casi grisáceo, sin luz.

—Bien, alumnos, les voy a pedir cordialmente que dejen de hacer lo que estén haciendo y me presten atención. —Aquello era realmente innecesario, pues antes de que se nos pidiera ya todos estábamos prestando atención desde el instante en que había entrado, era obvio que conocer a la "chica fantasma" era interés de todos—. El día de hoy se integra una nueva compañera, su nombre es Samantha. —Lo sabía—. Y me gustaría que demuestren lo buenos compañeros que ustedes pueden ser. — ¿Buenos? Sí, claro—. También me gustaría pedirles de parte del director y mía que sean comprensivos con ella, eviten molestarla y ayúdenla en la medida que les sea posible.

Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora