Capítulo diez | Nuevas sensaciones.

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Era de noche cuando recibí su mensaje

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Era de noche cuando recibí su mensaje. Su estúpido mensaje.

No tenía nada que decir al respecto si tenía que ser sincera, porque al fin y al cabo ¿Qué habíamos sido? Sólo un intento de amistad fallida, eso fuimos. Entonces ¿Por qué rayos me dolía? No debería, no debería sentir esta pequeña punzada de dolor, pero no entendía. No lo hacía.

¿Cuál era la necesidad de hablarme si se iba a rendir tan fácil? Insólito, realmente insólito. La cosa era esta: Si alguien te habla, te dice que de algún modo le gustas y que quiere conocerte; es fácil suponer que si todo iba a bien todo terminaría con algún tipo de relación amorosa de por medio. Claro, dejando de lado que el tipo nunca me dio alguna señal o pista de su identidad, lo cuál convierte toda la situación en un maldito misterio. Uno que debería dejar de lado, que debería dejar de pensar en ello, pero no lo hacía. Mierda.

Entonces esa era yo, una patética chica deslizándose por los mensajes que había compartido con una persona desconocida. 

"¿Siempre se ha iluminado así el día cuando sonríes?"

Le había escrito una vez, recuerda haberse sonrojado furiosamente cuando leyó eso en su receso y tuve que disimular mis respuestas cuando mis amigos, extrañados, me preguntaron la razón de mi coloración, no es como si me pusiera roja a menudo, aquello era toda una novedad. Realmente no lo extrañaba, no me hacía falta, para nada. Es solo que era bueno para mi autoestima ¿Saben? Recibir tantos halagos de su parte se había vuelto una rutina y me los estaba creyendo y no solo era por eso, hablábamos cada que podíamos y ya no me aburría gracias a eso, había olvidado mis días aburridos y los había reemplazado por amenas conversaciones, interesantes a más no poder e ¡Incluso me había dado consejos para disminuir mi dolor por cólicos menstruales! Una pasada.

Fue por eso que en el momento en el que había recibido su mensaje no supe bien que hacer, estábamos bien ¿Por qué de pronto me enviaba ese mensaje diciéndome que no podíamos seguir hablando? ¡Y sin ningún motivo! De alguna manera eso me había causado una decepción increíble, pero no lo suficiente para que me afecte emocionalmente; lo suficiente para estar pensando en esto, incluso después de días, mientras estoy en el taxi con Belle, yendo a la escuela.

Cuando llegamos pude visualizar a nuestros amigos, quienes ya estaban en nuestro lugar de siempre, riendo.

—Hey. —Saludé tratando de sonar tan normal como siempre.

—¡Hola chicos! —Saludó Belle completamente opuesta a mi, lo que causó que todos la mirásemos perplejos al mismo tiempo, no era algo tan común que ella saludase tan...alegre. Generalmente esa era yo.

Ella comenzó a mirar a todos lados y a poner cuantos mechones quería sobre su cara. Cuando localizó algo—o alguien—emitió un chillido y se colocó detrás de Alex, ocultándose.

—¿Qué mierda Belle? —Preguntó Alex mientras trataba de moverse, pero no podía porque Belle se sujetaba a sus brazos para que siguiera ocultándola. Cuando Greg pasó por nuestro lado, entendí todo. Coloqué mis ojos en blanco, esperé lo suficiente para que él se alejara y no pueda oírme y pregunté.

Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora