Capítulo veintiuno | Recuperación.

149 34 6
                                    

"¿Cuánto tarda uno en sanar una herida en el alma? ¿Cuánto puede uno tardar en olvidar? ¿Días, meses, años? No hay un tiempo predeterminado para el amor, a veces dura toda una vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"¿Cuánto tarda uno en sanar una herida en el alma? ¿Cuánto puede uno tardar en olvidar? ¿Días, meses, años? No hay un tiempo predeterminado para el amor, a veces dura toda una vida...a veces un día, entonces, ¿Por qué suponer que el dolor dura tan poco? ¿No es acaso el dolor un sentimiento mas intenso que el amor?"

Cerré los ojos durante un instante y dejé que las lagrimas cayeran.

Nunca sabemos cuando nuestra vida cambiará drásticamente, he pasado años viendo a personas en televisión diciendo "Esto definitivamente me ha cambiado la vida" cuando han ganado algún tipo de premio con valor material. ¿Dirían lo mismo cuando pierdan algo? O únicamente concluirán que la vida sigue y ese solo ha sido un mal rato. ¿Por qué darle importancia a una problemática y no a la otra cuando, obviamente, ambas importaban?

Abrí mis ojos nuevamente y escribí lo que acababa de pensar en mi ensayo de filosofía sobre la percepción de sentimientos y su trascendencia en nuestra vida. Miré la hora y con sorpresa me apresuré a terminar de escribir mi ensayo, me quedaba poco tiempo antes que mamá me llamara indicando que debía desayunar para ir al Instituto.

—¡Mía, baja a desayunar o te harás tarde! —Sonreí al acertar en mi predicción, mamá era muy puntual y en el poco tiempo que llevaba viviendo con mis padres poco a poco iba recordando sus pequeñas costumbres.

Metí el ensayo a mi mochila con cuidado de no arrugarlo y suspiré al caer en cuenta que era la única tarea con la que había cumplido de mis clases de hoy, probablemente tendría que ir a detención por no hacer mi tarea en matemática, pero que más daba.

Tomé mi mochila, desayuné y después de despedirme de mis padres, subí al taxi que me habían llamado con antelación, que ya se encontraba esperándome.

Los minutos de mi trayecto pasaron velozmente al igual que mis pensamientos, aunque no me sentía del todo bien después de lo que me había pasado, no podía negar que al menos me encontraba un poco mas animada y, de vez en cuando, sonreía. Extrañaba mucho a Belle y a su mal humor matutino, antes de irme me hizo prometerle que algún día iría a su casa a hacer alguna pijamada, lo cual tenía pensado en hacer pronto.

Cuando bajé del taxi todos mis amigos ya se encontraban bajo aquel roble que se había convertido en nuestra tradición, riendo de algún chiste que probablemente sea de la autoría de Noah y sonreí al notar lo bien que los conocía.

—¡Mia! Que bueno que llegas.— Me saludó Noah antes que yo pudiera saludarlos a ellos—.  Estábamos decidiendo dónde y cómo pasar tu cumpleaños. Es en dos días y no podemos esperar a planearlo, pero no podíamos aprobar nada sin tu decisión ¿Qué quieres hacer?

—La verdad chicos es que-

—No se vale decir que no quieres nada. —Me interrumpió Kat como adivinando mis pensamientos y sonreí falsamente escondiendo mi frustración—. Eres mi amiga ¿Sabes lo que eso significa? —Negué temerosa de saber la posible respuesta—. ¡Pues que toca una gran fiesta!

Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora