—¿Tienen la pintura?
—Sí.
—¿Brochas?
—Sí.
—Genial. —Mía se frotó las manos emocionada mientras agudizaba su voz debido a la emoción. Había fantaseado pintarrajear una pared con aquella frase desde que tuvo memoria, incluso intentó hacerlo con la pared de su cuarto, pero ante las amenazas de su madre no pudo hacerlo, cuando intentó hacerlo en el cuarto que su tía le había dado, también había recibido una respuesta negativa. Acordarse de su madre provocó una pequeña punzada a la altura de su pecho. La extrañaba. Su tía le había dicho que aquella situación sería pasajera, que una madre siempre cedía y que en algún momento las cosas volverían a la normalidad, que sus padres volverían a aceptarla y a tratarla como a una hija otra vez.
Belle al notar la emoción de su prima blanqueó los ojos, sabía lo fanática que podía ser de aquella saga que veía una y otra vez, tanto era así que incluso sabía los diálogos. La última semana de clases había llegado y habían decidido que ejecutar lo que Mía había propuesto sería lo más rápido y fácil, aunque también riesgoso si es que los descubrían. Habían elegido hacerlo en pleno horario de clases, sólo así lograrían estar en un baño casi desértico, sólo así evitarían tener testigos. Kat se encontraba en la puerta del baño cuidando disimuladamente para que nadie entrase, mientras que adentro, Belle y su prima se encontraban alistando todo para comenzar a escribir. A pesar de los intentos que Belle hizo para que Mía cogiese el pincel y pintase con él, su prima decidió que sería mucho más personal y fiel a la saga de libros si lo escribía con su propio dedo, aunque después se lo tuviese que limpiar con mucho rigor para que nadie notara que ella había sido la culpable. Zoe se encontraba en el salón, nerviosa, pues sabía que era lo que su chica—si es que lo era—estaba haciendo y ella había sido la encargada para avisar si es que el profesor notaba la prolongada ausencia de Mía. Sonrió ante el hecho de pensar en ella y en todas las sorpresas que descubría diariamente, si que la hacía feliz.
—Creo que ya está. —Susurró Mía mientras se bajaba del tocador y miraba lo que había hecho, era un sueño hecho realidad.
—Bien, vámonos. —Belle apuró a su prima a retirarse, pero esta se resistió—. ¿Ahora qué?
—Estás loca si piensas que me iré sin al menos una sola foto. ¡Es mi mayor logro! Toma. —Sacó su celular y se lo entregó a su prima—. Tómame fotos con mi obra maestra, pero primero toma fotos sólo de ella.
Luego de varias fotos—las cuáles incluían a Mía haciendo muecas graciosas de horror para que complementara con lo que habían sentido los estudiantes de Hogwarts al leer aquellas líneas—las chicas al fin lograron salir corriendo del baño mientras Mía limpiaba con desesperación su dedo de pintura.
Como reaccionaron las primeras chicas que lo vieron, ellas nunca lo supieron. Consideraron que lo más conveniente sería estar lejos de la "escena del crimen" y sólo se dedicaron a contar como había sido todo a Noah y Alex, y a reírse por aquel acto de osadía que tuvieron al arriesgarse de esa forma.
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Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]
Teen Fiction¿Te imaginas que un día despiertas y es tu último año? Te niegas a creerlo, claro, porque parece que fue ayer cuando fue tu primer día pisando una escuela y wow, realmente estás acabando, realmente estás apunto de saber como es la vida allá afuera...