Capítulo veinticuatro | Vacaciones.

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¿Alguna vez te has sentido como si estuvieras viviendo bajo una asfixiante cuenta regresiva? De esas que no tienen retroceso, no puedes detenerla, no puedes evitar que termine porque es el ciclo de la vida, una vida de olvido constante

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¿Alguna vez te has sentido como si estuvieras viviendo bajo una asfixiante cuenta regresiva? De esas que no tienen retroceso, no puedes detenerla, no puedes evitar que termine porque es el ciclo de la vida, una vida de olvido constante. Porque esa es la verdadera de la vida, todo se resume, al fin y al cabo, en el olvido. Conoces a muchas personas durante las distintas etapas de tu vida y al final todas, absolutamente todas, pasan al olvido. Es por eso que en el último día de tu existencia recuerdas todo, es un pequeño regalo que te da la muerte antes de llevarte a la fuerza.

Pero este no es el momento de divagar y, mucho menos, de decir a quién le pertenecen estos profundos pensamientos. Es el momento de narrar como aquella fuerte amistad que residía en cinco adolescentes se encontraban bajo la sombra de un frondoso árbol que los protegía, a medias, de algunos rayos ultra violetas que les lanzaba el astro rey.

—No. —Esa fue la respuesta que habían dado la mayoría de aquellos jóvenes que se encontraban reunidos.

—Chicos, esta es la oportunidad de nuestras vidas. —Había dicho Kat, casi saltando—. ¿Dónde conseguiremos una casa frente a la playa, para pasar un fin de semana, gratis? Nunca ¿Me oyen? nunca.—Insistió la castaña, esperando oír una respuesta positiva por parte de los pares de ojos que la miraban atentamente.

—No lo sé, pero las vacaciones por el aniversario de la cárcel están hechas para estar todo el día en la cama enfundada con una pijama, Kat. —Opinó Mía, distraída mirando al cielo.

—No. —Refutó Kat exasperada—. Están hechas para disfrutar de la vida, divertirse y conocer lugares. Además, apuesto que hiciste eso durante todas las vacaciones de medio año. ¡Estas son otras vacaciones y las últimas! Versión mejorada, nos faltan apenas dos meses para ir a la universidad ¡Es ahora o nunca!

Lo que Kat se reservaba de admitir era que ella no se había olvidado de aquella lista que había elaborado a comienzos de año donde enumeran las cosas que tenían que hacer en su último año. Habían llegado las segundas vacaciones, en la primera no pudo planear nada por un inesperado viaje familiar, el cual incluía mucho turismo por las zonas más alejadas del país. Y al fin, después de llegar el segundo descanso y haber planeado meticulosamente todo esto, lo último que aceptaría era un no. ¿A caso no era el momento para cumplir aquella aventura de un fin de semana en algún lugar alejado que había planificado con anterioridad? Aunque, claro, seguro sus amigos no se acordaban.

—El punto es que eso no muy es seguro. —Habló Alex con el habitual tono de preocupación que adornaba su voz—. La mayoría de aquí son menores de edad, no pueden viajar solos. Eso sin contar que no tenemos dinero para mantenernos durante tres días ahí.

—Papá nos llevará, he hablado con él. —Respondió Kat al instante, preparada para todos los misiles que lanzarían sus amigos—. También ha quedado en darnos las cosas que necesitaríamos para cocinar, es decir, alimentos y eso. Nosotros cocinaríamos, así que básicamente todo nos sale gratis.

Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora