Capítulo dieciséis | Preocupación.

269 49 28
                                    

—Entonces

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Entonces...—Miré a los cinco pares de ojos que me miraban y suspiré—. Déjenme ver si lo entendí. Mía un día recibe un mensaje misterioso de una persona misteriosa, ella decide ocultarnos este dato por alguna extraña razón. Pasan semanas hablando en secreto hasta que un día sólo te deja de hablar ¿Cierto? —Mía asintió y continué—. Pero ahora mágicamente este tipo te ha vuelto a hablar diciéndote que lo conocerás en persona y te cita en un lugar que estará convenientemente vacío ¿A alguien más esto le suena como la premonición de un secuestro? —fruncí mis cejas mientras miraba a Mía con preocupación.

¿Se había vuelto loca? ¿Cómo ha podido confiar en una persona totalmente desconocida?

Me apoyé en la pared que se encontraba tras mío mientras trataba de comprender la situación, fallando completamente. Que mi pequeña amiga conozca a alguien del cuál no sabía nada en un lugar solitario donde podía ser vulnerable, no pasaría. Claro que no.

Hace sólo algunas horas había recibido a través de nuestro grupo de whastapp el mensaje de Belle.

"MÍa y yo tenemos algo que decirles, nos vemos a las cuatro en el parque cerca a nuestra casa. Y es un maldito código rojo, repito, código rojo.

Hahaha, okay. No se alarmen tanto por lo último, es que siempre quise decir eso xD"

Todos habíamos llegado horas después puntualmente al lugar de encuentro donde Mía, después de unos extensos treinta minutos, nos puso al corriente de todo.

—Pero si lo dices así, obviamente suena a secuestro Alex, relájate. Quizá es un buen tipo sólo con serios problemas de timidez, nada más. —Kat esbozaba una sonrisa tranquilizadora y yo simplemente no podía entender, estaba, literalmente, a punto de golpear mi cabeza contra alguna superficie porque no sabía como más hacerle entender a Mía de que aquello era peligroso. Negué y volví a suspirar

Me estaba desinflando.

—Kat tiene razón, trata de verlo desde el punto romántico ¿A caso no has escuchado todas las cosas bonitas que le decía? Mía, si al final decides no quedártelo ¿Puedo quedármelo yo? —Mía rió tontamente mientras le daba palmaditas a Noah con una expresión soñadora en su rostro que empezaba a exasperarme.

—En serio Noah, a veces dudo de tu sexualidad. —comentó Belle blanqueando los ojos y, bueno, todos lo hacíamos, sin embargo, fue en ese momento cuando que recordé que también contábamos con la presencia de un intruso, si se podía llamar así. Dirigí mi mirada hacia un cabello rojizo y luego miré a Belle elevando las cejas, expectante.

—Belle, por cierto. —Hice una pequeña pausa buscando las palabras que no me hagan sonar descortés—. ¿Puedes explicarme que...que hace él aquí? —señalé a Greg y todas nuestras miradas recayeron en él. Cuando lo vi llegar con Belle y Mía me sorprendí a primera instancia. Mi primer impulso cuando lo vi fue preguntar por él, pero Mía nos contó en el primer instante todo lo que le pasaba y hasta ese momento Greg no había dicho ninguna palabra. Por lo que había pasado desapercibido durante un tiempo.

Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora