Buscando lo inolvidable. ✔ [EDITANDO]

Especial | Kat

Y Noah.
(Lo puse aquí para no hacer spoiler)

Primera parte: Momento después del primer beso de ambos.

Noah cruzó la puerta de su casa como si el mismísimo diablo lo llevase. Para su suerte nadie se encontraba en la sala y aunque este se sorprendió un poco por no ver a sus padres en la entrada, se dijo a si mismo que en estos momentos, en su vida, aquella no era su mayor angustia.

Si hubiera empleado un poco de fuerza más, su puerta habría sonado tan fuerte que probablemente su padre y su madre, a duras penas, habrían salido a ver, pero en ese momento él ni siquiera se preocupó por encontrarse aliviado, estaba frustrado, asustado y se sentía tan mal consigo mismo. 

Él no sabe a ciencia cierta quien besó primero a quien y esa es la única razón por la que no se está ahogando a si mismo en su miseria, si él hubiera sido el culpable del término de su amistad, nunca se lo habría perdonado.

—Mierda, joder, mierda. —Se sentó en su cama con sus rodillas pegadas al pecho y abrazándolas.

Él, durante mucho tiempo, había intentado negarse los sentimientos que había comenzado a sentir hacia su amiga. Ignorarlo al inicio había sido fácil, era solo sonreírle, evitar mirarla a los ojos y acercarse demasiado. Todo se puso difícil cuando la confianza se convirtió en demasiada y tenía que escuchar a la castaña hablando de chicos y viéndola constantemente con ropa descuidada y trozos de piel mostrándose. 

 La complicidad entre ellos, los chistes privados y las caminatas por las tardes eran casi como una rutina para ellos, al principio él se decía que aquello era genial, necesitaba una mejor amiga. Él era feliz.

Pero Noah sabía, jodidamente sabía que desde que Kat le había besado en aquella fiesta nada había sido igual para él y aunque al principio él quiso culpar a su estúpida costumbre de enamorarse rápidamente, dejó de hacerlo cuando se dio cuenta que lo que sentía era más intenso, que sus sonrisas iban acompañadas de más felicidad y que sus suspiros y pensamientos ahora llevaban un rostro y un nombre. Y aunque él trataba de detenerlo, no podía. Había perdido.

Entonces, sacándole de su pequeña y triste burbuja, su celular vibró, anunciando que era un mensaje. Él rogaba que fuera cualquier persona excepto quien estaba pensando, pero claro, al maldito destino le gustaba darle siempre lo que él no quería.

Katie: estás bien? Lo siento, no quise hacerlo.

A Noah debería haberle aliviado aquel mensaje, debería haber sonreído y contestarle algo gracioso. Él había pasado varios minutos maldiciéndose y diciendo que aquel beso nunca debería haber ocurrido porque gracias a eso su amistad se caería a pedazos. Sin embargo, leer eso había sido el detonante para que sus lagrimales produjeran abundantes lágrimas y que se resbalaran por sus mejillas.