Never say never [L.S]

¿Quién es Harry Styles?

Harry se encontraba en su primer clase del día y estaba bastante aburrido como siempre, por que vamos, a Harry le importaba una mierda lo que el viejo y amargado profesor tenía para decir, así que se limitó a observar todo a su alrededor, deteniéndose en una teñida mata rubia que se le hacía bastante conocida, aún viendo solo la nuca de este chico, Harry supó de inmediato que se trataba de su viejo amigo Niall, al cual no veía hace aproximadamente 4 años gracias a qué se fué de Londres por asuntos de su padre.
Cuando Harry supó de quién se trataba no pudó evitar sentir emoción al saber que su viejo y querido amigo estaba ahí, en su universidad, en su misma clase.

Después de 2 largas horas viendo los labios del profesor moverse pero sin comprender palabra alguna de lo que decía aquél viejo profesor, Harry salió corriendo detrás de Niall quien se dirigía a la cafetería de la institución siendo acompañado por Louis. Luego de 2 minutos el rizado alcanzó a Niall quien estaba pidiendo su almuerzo a la cocinera, tocó su hombro 2 veces pero el rubio ni siquiera se molestaba en voltear a ver de quién se trataba, a lo que Harry insistió, esta vez obtuvo una respuesta, característica de su viejo amigo que era tal como lo recordaba.

—¡Quién demonios jode tanto!, ¿no ves que estoy ocupado?— gritó Niall con cierto enojo en su voz, el cual se evaporó al voltear y observar de quién se trataba el llamado.

—Vamos rubio, ¿así recibes a un viejo amigo?— Dijo el riazado formando un falso puchero con sus labios color sandía.

Niall ni siquiera lo pensó dos veces cuando ya estaba lanzándose para abrazar a Harry quien lo recibió con los brazos abiertos y una preciosa sonrisa que dejaba ver sus hoyuelos en sus mejillas.

—Joder Harold, ¿cuando volviste?, ¿por qué nunca me avisaste?, ¿llevas mucho tiempo en Londres?, ¿cómo es Canadá?, ¿me haz extrañado?— Niall soltó tantas preguntas a la vez que el rizado solo pudó soltar una carcajada al notar que su amigo no había cambiado en nada.

—Oh por Dios Niall hazme una pregunta a la vez, me estás asfixiando— dijó Harry en cierto tono exagerado, a lo cual el rubio solamente soltó una risita entre apenada y divertida, por qué realmente se encontraba feliz de volver a ver a su mejor amigo de secundaria, con el cual había hecho tantas travesuras y tantas estupideces que los chicos pubertos suelen hacer.

—Hmm-Hmm— carraspeó Louis al lado de Harry, claramente queriendo hacer notar su presencia que hace unos minutos estaba siendo ignorada. Niall solamente volteo hacia Louis seguido de Harry quien lo observaba con curiosidad.

—Oh, que educación la mia— dijó Niall divertido ante el comportamiento del más bajo. —Harry, el es mi amigo Louis, lo conocí al entrar a la preparatoria y se ha vuelto igual de importante que tú para mi— Louis sonrió ante las palabras de Niall y se dispuso a presentarse ante Harry.

—Hola, soy Louis Tomlinson, amigo de Niall como ya lo dijó el antes— el castaño sonrió dejando ver esas adorables marquitas que solían aparecer en sus ojos cada vez que sonreía.

Harry se quedó viendo a Louis, a simple vista se veía que era el chico antisocial de el colegio, gay, claro que era gay, todo Louis gritaba la palabra GAY, pareciera que la tenía marcada en la frente con tinta fosforescente. Pero el ojiverde se limitó a presentarse de igual manera, claro que no tan lindo como Louis, por que sabemos que Harry no es ni la mitad de amable de lo que el ojiazul es

—Soy Harry Styles— dijó sin mucho entusiasmo para después volver su mirada y completa atención al chico rubio de al lado —Oh Niall debo contarte tantas cosas, Canadá es tan estupendo y tiene unas chicas que oh dios, no sabes como disfruté estar allá—

Louis simplemente se dió por vencido, no era muy difícil ver qué Harry era el típico chico malo e imbécil del colegio, así que caminó hasta una de las mesas de la cafetería no sin antes dirigirle una mirada a su rubio amigo y ¿por qué no? al mal educado y grosero pero guapo, muy guapo Harry Styles. Pero por más que quisiera Louis no podía negarse a si mismo que ese chico era malditamente hermoso, el era tonto en muchas cosas pero no tenía malos gustos, claro que no, y esos ojos verdes tan profundos y brillantes, esa sonrisa adornada de esos bellos hoyuelos, esos rizos color chocolate, ese semblante serio no se borrarían tan fácil de la mente del castaño, o tal vez ni siquiera se borrarían.