Habían pasado exactamente 2 meses desde que el padre de Harry se había ido de la casa sin nada, sin ropa o algo por el estilo, solo los había abandonado.
El rizado había entrado a trabajar a una heladería en un centro comercial para poder ayudar con los gastos en su casa, su madre no trabajaba desde que estaba casada, por lo tanto, era un poco pesado para ella el tener que salir de su casa muy temprano para regresar sólo a la hora de la cena, no le gustaba la idea de ver a sus bebés unas cuantas horas al día, aún que ellos la comprendían.
Con el tiempo los tres se acostumbraron a esto, Harry iba a la universidad por la mañana y por las tardes tenía su empleo, no era muy cansado, pero Harry no era la persona más amigable y paciente, por lo tanto le molestaba tener que esperar a que las personas eligieran el sabor de su helado, el ingrediente que llevaría, entre otras cosas.
Gemma estaba sola la mayor parte del día en casa, después de llegar de la preparatoria siempre calentaba comida que su madre le dejaba preparada, después solo se sentaba a ver televisión, y en algunos casos solía escuchar música a un volúmen que su madre consideraría "muy alto".
En la casa de los Tomlinson todo estaba igual que antes. Había un poco más de alegría, y el motivo de esa alegría era Louis, desde que estaba con Harry todo había sido color de rosa para el, todo el tiempo estaba sonriendo, dejaba salir suspiros llenos de sentimientos, jamás sabría cómo fué que su destino lo favoreció tanto, a el, siendo ordinario.
El día de hoy, Harry se encontraba en la heladería, estaba sentado en un banco, tenía su codo en el mostrador, y sostenía su rostro entre su mano, no había muchos clientes hoy y el aburrimiento lo estaba consumiendo, gracias a dios que en ese momento vio ese hermoso chico cruzar la puerta del local.
—Hola Hazza— habló Louis cuando estaba frente al mostrador, quedando frente a Harry.
—Hola, amor— este se estiró sobre el mostrador para alcanzar a dejar un beso en la frente del ojiazul.
—Trajé tu comida, en la mañana no comiste tu almuerzo, bebé— reprochó Louis.
Cuando fueron a la cafetería a almorzar, Harry se dedicó a mimar al castaño, ignorando por completo la charola de comida frente a el, justificandose diciendo que comería algo más tarde, pero no lo hizo, cosa que molestaba a Louis.
—No pasa nada con perderme un almuerzo Lou, no exageres—
—No es exageración Harry, es que el almuerzo es la comida más importante del día, ya te lo he dicho antes—
—Vamos bebé, sólo no te enojes, mejor regálame un beso que te extraño demasiado— Harry formó un puchero con sus labios haciendo que se viera más adorable que nunca.
Louis soltó una carcajada haciendo que Harry frunciera levemente su entrecejo sin entender nada.
—¿De que te ríes?—
—Es que nos vimos está mañana en la universidad Hazz, no te olvides que compartimos clases— mencionó divertido.
—Si por mi fuera, estaría todo el maldito día a tu lado—
—Pero sabes que eso no es posible, cariño— esta vez Louis rodeó el mostrador para besar en los labios al rizado.
Segundos después se separaron del beso por falta de aire y Louis no pudo hacer otra cosa más que sonreír, era más que feliz por el simple hecho de estar al lado de Harry.
—¿Vienes a dejar mi comida o a seducirme?— habló el más alto en tono de burla.
—Vengo a cuidar de ti Hazz—

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Never say never [L.S]
FanfictionHarry niega a toda costa el sentimiento que se desarrolla demasiado pronto hacia el ojiazul, diciendo que NUNCA tendría una relación más allá de la amistad con un hombre, pero siempre hay un punto dónde nada se puede ocultar y el sentimiento explota...