Habían pasado exactamente cuatro años desde la boda de Louis y Harry, cuatro años preciosos y llenos de felicidad, estos chicos eran la alegría en persona.
Había momentos malos, claro que los había, como en cualquier pareja normal, pero ellos siempre habían sabido cómo solucionarlo, ningún problema era demasiado para todo el amor que se tenían.
Hace unos días fué su aniversario de bodas. Aquella boda había sido el día más feliz para los dos, y no necesitaba ser su aniversario para que ambos se tratarán con tanto cariño. Ese día todo había sido mágico, de verdad pareciera como si estuvieran en un cuento de hadas, flores por aquí, brillos por allá, amor por todas partes.
Fué un 28 de septiembre para ser exactos. Se casaron en un lugar bastante lindo, era al aire libre, por elección de Louis, adornado con color azul, a elección de Harry, el chico se excusaba diciendo que el color le recordaba a los ojos de su esposo, era un azul único, Louis blue, nunca habían mandado adornar el lugar con flores de aquel color pero los diseñadores estaban para acatar las órdenes de los novios.
Después de las palabras que ya conocemos, el típico "acepto", los chicos disfrutaron de su fiesta acompañados de sus madres, sus amigos, sus hermanas, y sus demás familiares.
Niall ahora mismo está casado con una linda chica castaña, Harry y Louis fueron invitados a su boda -como padrinos-, y por otro lado Zayn y Liam actualmente están felizmente casados de igual manera, pero ellos tuvieron una boda distinta, sólo eran ellos y sus madres, sin amigos ni sus demás familiares, aquello no molesto a nadie, al contrario, les parecía lindo lo diferente.
Harry y Louis partieron a su luna de miel, la cuál constaba de 2 días en París y 3 días en Roma, eran lugares que ellos siempre habían considerado los más románticos y no podían perder la oportunidad de disfrutar su luna de miel en aquellos lugares tan preciosos.
—¡Papá!, Diana no quiere regresarme mi caballo de juguete— el pequeño niño de ojos azules hizo un puchero con sus labios luciendo extremadamente tierno.
—Sólo quielo jugal contigo, no exageles las cosas Mattew, q-que nenita— la pequeña rizada arrojó el caballo de juguete hacia el sofá simulando que iba a pegarle a su hermano con el, y gracias a esto el niño se cubrió el rostro con sus manitas.
—Diana deja de ser grosera con tu hermano, debes tenerle respeto, el es mayor que tú y nunca ha hecho nada en tu contra— Louis se sentó de cuclillas frente a Mattew quitandole las manos de su rostro.
Harry entró a la casa con dos cajas de regalo en sus manos, captando toda la atención de los tres presentes ahí. Ambos pequeños corrieron hacia el y abrazaron sus piernas ya que no eran lo suficientemente altos para darle un abrazo a la altura de sus hombros.
—Mis pequeños angelitos, ¿qué tal se han portado con papá Lou?—
—M-mien papi, no hemos hecho tlavesuras— la niña de rizos chocolate habló primero dejando al otro con la palabra en la boca.
—No es verdad, Diana me quería pegar con un juguete— la niña hizo una mueca de enojo frunciendo el entrecejo y poniendo su labio inferior sobre el otro, aquello hizo que Harry la mirada con ojos de adoración, sus hijos eran los seres más preciosos en este mundo, junto con su padre.
—Diana, te he dicho que no molestes a Mattew, espero que no hayan hecho enojar a papá Louis. Les he traído dos regalos, pero no se los puedo dar hasta que terminen todas las verduras en la cena— el rizado dejo ambas cajas sobre la mesa de centro en la sala y cargo a ambos niños, cada uno en sus brazos mientras caminaba hacia el comedor.
Louis iba saliendo de la cocina con una charola que contenía la cena, hoy había sido su día de descanso por lo tanto había decidido cocinar para su bella familia.
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Never say never [L.S]
FanfictionHarry niega a toda costa el sentimiento que se desarrolla demasiado pronto hacia el ojiazul, diciendo que NUNCA tendría una relación más allá de la amistad con un hombre, pero siempre hay un punto dónde nada se puede ocultar y el sentimiento explota...