Como al día siguiente era sábado, lo normal habría sido que la mayoría de los alumnos bajaran tarde a desayunar. Sin embargo, nosotros no fuimos los únicos que nos levantamos mucho antes de lo habitual en días de fiesta. Al bajar al vestíbulo vimos a unas veinte personas agrupadas allí, algunas comiendo tostadas y todas contemplando el cáliz de fuego. No les conté nada a los chicos del desmayo, se supone que lo de Cedric era un secreto para todos y no podía omitir esa parte solo así, así que preferí no contárselos.
—¿Ya ha dejado alguien su nombre? —le preguntó Ron algo nervioso a una de tercero.
—Todos los de Durmstrang —contestó ella—Pero de momento no he visto a ninguno de Hogwarts.
—Seguro que lo hicieron ayer después de que los demás nos acostamos—dijo Harry—Yo lo habría hecho así si me fuera a presentar: preferiría que no me viera nadie. ¿Y si el cáliz te manda a freír espárragos?
Alguien se reía detrás de Harry. Al volvernos, vimos a Fred, George y Lee Jordan que bajaban corriendo la escalera. Los tres parecían muy nerviosos.
—Ya está —nos dijo Fred en tono triunfal—Acabamos de tomárnosla.
—¿El qué? —preguntó Ron.
—La poción envejecedora, cerebro de mosquito —respondió Fred.
—Una gota cada uno —explicó George, frotándose las manos con júbilo—Sólo necesitamos ser unos meses más viejos.
—Si uno de nosotros gana, repartiremos el premio entre los tres —añadió Lee, con una amplia sonrisa.
—No estoy muy convencida de que funcione, ¿saben? Seguro que Dumbledore ha pensado en eso —les advirtió Hermione. Fred, George y Lee no le hicieron caso.
Observe cómo Fred se sacaba del bolsillo un pedazo de pergamino con las palabras: «Fred Weasley, Hogwarts.» Fred avanzó hasta el borde de la línea y se quedó allí junto a George, balanceándose sobre las puntas de los pies como un saltador de trampolín que se dispusiera a tirarse desde veinte metros de altura.
—¿Listo Fred?
—Listo George
—Hasta el fondo—dijeron al mismo tiempo y lo tomaron
Luego, observado por todos los que estaban en el vestíbulo saltaron para cruzar la línea. Durante una fracción de segundo, creímos que el truco había funcionado. Pero al momento siguiente se oyó un chisporroteo, y ambos hermanos se vieron expulsados del círculo dorado como si los hubiera echado un invisible lanzador de peso. Cayeron al suelo de fría piedra a tres metros de distancia, haciéndose bastante daño, y para colmo sonó un «¡plin!» y a los dos les salió de repente la misma barba larga y blanca. En el vestíbulo, todos prorrumpieron en carcajadas. Incluso Fred y George se rieron al ponerse en pie y verse cada uno la barba del otro.
—Se los advertí —dijo la voz profunda de alguien que parecía estar divirtiéndose y todo el mundo se volvió para ver salir del Gran Comedor al profesor Dumbledore. Examinó a Fred y George con los ojos brillantes
—Les sugiero que los dos vayan a ver a la señora Pomfrey. Está atendiendo ya a la señorita Fawcett, de Ravenclaw y al señor Summers, de Hufflepuff, que también decidieron envejecerse un poquito. Aunque tengo que decir que me gusta más su barba que la que les ha salido a ellos.
—¡Espero que no tengamos de campeón a nadie de Slytherin!—soltó Ron cuando ya estábamos sentados para tomar el desayuno
—Y los de Hufflepuff hablan todos de Diggory —comentó Seamus con desdén y lo miré—Pero no creo que quiera arriesgarse a perder su belleza—dijo y se giro.
Levante mi mano para darle un buen golpe en su cabezota pero Hermione tomó mi brazo y lo bajo negando así que solo rodee los ojos.
—¡Escuchen! —dijo Hermione repentinamente.
En el vestíbulo estaban lanzando vítores. Se volvieron todos en sus asientos y vimos entrar en el Gran Comedor, sonriendo con un poco de vergüenza a Angelina Johnson. Era una chica negra, alta, que jugaba como cazadora en el equipo de quidditch de Gryffindor. Angelina fue hacia nosotros, se sentó y dijo:
—¡Bueno, lo he hecho! ¡Acabo de echar mi nombre!
—¡No puedo creerlo! —exclamó Ron, impresionado.
—Pero ¿tienes diecisiete años? —inquirió Harry.
—Claro que los tiene. Porque si no le habría salido barba, ¿no? —dijo Ron.
—Mi cumpleaños fue la semana pasada —explicó Angelina.
—Bueno, me alegro de que entre alguien de Gryffindor —declaró Hermione—¡Espero que quedes tú, Angelina!
—Si, mucha suerte Angelina—dije yo
—Gracias, que lindas —contestó Angelina sonriéndonos.
—Sí, mejor tú que Diggory el hermoso —dijo Seamus, lo que arrancó miradas de rencor de unos de Hufflepuff que pasaban al lado.
—Ahora si—levanté de nuevo mi brazo con mas ganas pero Hermione volvió a bajarlo—Cedric es mucho mas que su cara bonita, tarado, solo espera a que Hermione no esté cerca—le dije a Seamus el cual me miró con los ojos muy abiertos mientras Harry y Ron esbozaban una pequeña sonrisa
—Linda y con personalidad fuerte, me agradas, seamos amigas—dijo Angelina
—Por supuesto—sonreí y a Seamus le dirigí de nuevo una mirada juzgadora y amenazante.
Mas tarde
—¿Qué vamos a hacer hoy? —preguntó Ron cuando terminamos el desayuno y salíamos del Gran Comedor.
—Aún no hemos bajado a visitar a Hagrid —comentó Harry.
—Bien —dijo Ron—, mientras no nos pida que donemos los dedos para que coman los escregutos...
Travesura realizada
ESTÁS LEYENDO
✯𝐌𝐢 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲✯ 𝚑𝚊𝚛𝚛𝚢 𝚙𝚘𝚝𝚝𝚎𝚛 𝚢 𝚝𝚞
FanfictionLa pequeña hermana del tan codiciado Cedric Diggory, conoce al mismo Harry Potter que si bien estudian en la misma escuela y pertenecen a la misma casa jamas tuvieron una oportunidad para hablar entre sí, hasta que una serie de eventos hicieron que...