1.23: 𝐄𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐦𝐚𝐲𝐨

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—Cuando puedan apartar la vista de ahí —dijo Hermione—Verán quién acaba de llegar.

Señaló la mesa de los profesores, donde ya se habían ocupado los dos asientos vacíos. Ludo Bagman estaba sentado al otro lado del profesor Karkarov, en tanto que el señor Crouch, el jefe de Percy, ocupaba el asiento que había al lado de Madame Maxime.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Harry sorprendido.

—Son los que han organizado el Torneo de los tres magos, ¿no?—repuso Hermione—Supongo que querían estar presentes en la inauguración.

Cuando llegaron los postres, vimos también algunos dulces extraños. Ron y yo examinamos detenidamente una especie de crema pálida y luego Ron la desplazo un poco a la derecha, para que quedara bien visible desde la mesa de Ravenclaw. Pero la chica que parecía una veela debía de haber comido ya bastante y no se acercó a pedirla.

—Ron—dije de mal modo—yo le había puesto el ojo a esa crema

—Tiene que verla ella no tu—murmuró, estire mi mano para intentar tomar la crema pero Ron golpeo mi mano y yo solo rodee los ojos resignada.

Una vez limpios los platos de oro, Dumbledore volvió a levantarse. Todos en el Gran Comedor parecían emocionados y nerviosos. Unos asientos más allá, Fred y George se inclinaban hacia delante, sin despegar los ojos de Dumbledore.

—Ha llegado el momento —anunció Dumbledore, sonriendo a la multitud de rostros levantados hacia él—El Torneo de los tres magos va a dar comienzo. Me gustaría pronunciar unas palabras para explicar algunas cosas antes de que traigan el cofre...

—¿El qué? —murmuró Harry. Ron se encogió de hombros.

—...sólo para aclarar en qué consiste el procedimiento que vamos a seguir. Pero antes, para aquellos que no lo conocen, permítanme que les presente al señor Bartemius Crouch, director del Departamento de Cooperación Mágica Internacional—hubo un asomo de aplauso cortés—y al señor Ludo Bagman, director del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos.—Los señores Bagman y Crouch han trabajado sin descanso durante los últimos meses en los preparativos del Torneo de los tres magos —continuó Dumbledore—y estarán conmigo, con el profesor Karkarov y con Madame Maxime en el tribunal que juzgará los esfuerzos de los campeones.

A la mención de la palabra «campeones», la atención de los alumnos aumentó aún más. Quizá Dumbledore percibió el repentino silencio, porque sonrió mientras decía:

—Señor Filch, si tiene usted la bondad de traer el cofre...

Filch, que había pasado inadvertido pero permanecía atento en un apartado rincón del Gran Comedor, se acercó a Dumbledore con una gran caja de madera con joyas incrustadas. Parecía extraordinariamente vieja. De entre los alumnos se alzaron murmullos de interés y emoción. Dennis Creevey se puso de pie sobre la silla para ver bien, pero era tan pequeño que su cabeza apenas sobresalía de las demás.

—Los señores Crouch y Bagman han examinado ya las instrucciones para las pruebas que los campeones tendrán que afrontar —dijo Dumbledore mientras Filch colocaba con cuidado el cofre en la mesa, ante él—y han dispuesto todos los preparativos necesarios para ellas. Habrá tres pruebas, espaciadas en el curso escolar, que medirán a los campeones en muchos aspectos diferentes: sus habilidades mágicas, su osadía, sus dotes de deducción y, por supuesto, su capacidad para sortear el peligro. Ante esta última palabra, en el Gran Comedor se hizo un silencio tan absoluto que nadie parecía respirar.—Como todos saben, en el Torneo compiten tres campeones —continuó Dumbledore con tranquilidad—uno por cada colegio participante. Se puntuará la perfección con que lleven a cabo cada una de las pruebas y el campeón que después de la tercera tarea haya obtenido la puntuación más alta se alzará con la Copa de los tres magos. Los campeones serán elegidos por un juez imparcial: el cáliz de fuego.

✯𝐌𝐢 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲✯ 𝚑𝚊𝚛𝚛𝚢 𝚙𝚘𝚝𝚝𝚎𝚛 𝚢 𝚝𝚞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora