1.09: 𝐀𝐧𝐮𝐧𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐭𝐨𝐫𝐧𝐞𝐨

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Sir Nicholas nos contó del problema que hubo en las cocinas con Peeves mencionando así los miles de Elfos que trabajaban en las cocinas, Hermione furiosa se negó a probar otro bocado de su comida diciendo que lo de los Elfos era esclavitud por no recibir pagas, bajas por enfermedad etc etc. La lluvia seguía golpeando con fuerza contra los altos y oscuros ventanales. Otro trueno hizo vibrar los cristales y el techo que reproducía la tormenta del cielo brilló iluminando la vajilla de oro justo en el momento en que los restos del plato principal se desvanecieron y fueron reemplazados, en un abrir y cerrar de ojos, por los postres.

—¡Tarta de melaza, Hermione! —dijo Ron, dándosela a oler—¡Bollo de pasas, mira! ¡Y pastel de chocolate!

Pero la mirada que le dirigió Hermione le recordó hasta tal punto la de la profesora McGonagall que prefirió desistir.

Una vez terminados los postres y cuando los últimos restos desaparecieron de los platos, dejándolos completamente limpios, Albus Dumbledore volvió a levantarse. El rumor de charla que llenaba el Gran Comedor se apagó al instante y sólo se oyó el silbido del viento y la lluvia golpeando contra los ventanales.

—¡Bien! —dijo Dumbledore, sonriéndoles a todos—Ahora que todos estamos bien comidos —Hermione lanzó un gruñido—debo una vez más rogar su atención mientras les comunico algunas noticias: »El señor Filch, el conserje, me ha pedido que les comunique que la lista de objetos prohibidos en el castillo se ha visto incrementada este año con la inclusión de los yoyós gritadores, los discos voladores con colmillos y los bumeranes. La lista completa comprende ya cuatrocientos treinta y siete artículos, según creo y puede consultarse en la conserjería del señor Filch.

La boca de Dumbledore se crispó un poco en las comisuras. Luego prosiguió:

—Como cada año, quiero recordarles que el bosque que está dentro de los terrenos del castillo es una zona prohibida a los estudiantes. Otro tanto ocurre con el pueblo de Hogsmeade para todos los alumnos de primero y de segundo. »Es también mi doloroso deber informarles de que la Copa de quidditch no se celebrará este curso—miré a Cedric y este me devolvió la mirada atónito.

—¿Qué? —dijo Harry sin aliento y miró a Fred y George, sus compañeros del equipo de quidditch le decían algo a Dumbledore moviendo sólo los labios, sin pronunciar ningún sonido, porque debían de estar demasiado consternados para poder hablar.

Dumbledore continuó:

—Esto se debe a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores... pero estoy seguro de que lo disfrutaran enormemente. Tengo el gran placer de anunciar que este año en Hogwarts...

Pero en aquel momento se escuchó un trueno ensordecedor y las puertas del Gran Comedor se abrieron de golpe. En la puerta apareció un hombre que se apoyaba en un largo bastón y se cubría con una capa negra de viaje, todas las cabezas en el Gran Comedor se volvieron para observar al extraño, repentinamente iluminado por el resplandor de un rayo que apareció en el techo, el hombre caminó hacia la mesa de los profesores.

Después de una verdadera fría acogida por parte de todos nosotros y el poco interés que parecía darle Ojo Loco Moody; nuestro nuevo maestro de defensa contra las artes oscuras según Dumbledore.
Cada centímetro de su piel parecía una cicatriz, la boca era como un tajo en diagonal y le faltaba un buen trozo de la nariz. Pero lo que lo hacía verdaderamente terrorífico eran los ojos, uno de ellos era pequeño, oscuro y brillante, el otro era grande, redondo como una moneda y de un azul vívido, eléctrico. El ojo azul se movía sin cesar, sin parpadear, girando para arriba y para abajo, a un lado y a otro, completamente independiente del ojo normal... y luego se quedaba en blanco, como si mirara al interior de la cabeza.

✯𝐌𝐢 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲✯ 𝚑𝚊𝚛𝚛𝚢 𝚙𝚘𝚝𝚝𝚎𝚛 𝚢 𝚝𝚞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora