✯𝐌𝐢 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲✯ 𝚑𝚊𝚛𝚛𝚢 𝚙𝚘𝚝𝚝𝚎𝚛 𝚢 𝚝𝚞

1.05: 𝐋𝐚 𝐦𝐚𝐫𝐜𝐚 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐛𝐫𝐨𝐬𝐚

—¿No sería mejor que se echaran a correr? No les gustaría verla, supongo...—Señaló a Hermione con un gesto de la cabeza, al mismo tiempo que desde el camping llegaba un sonido como de una bomba.

—¿Qué quieres decir? —le preguntó Hermione desafiante.

—Que van detrás de los muggles, Granger —explicó Malfoy—¿Quieres ir por el aire enseñando las bragas? No tienes más que darte una vuelta...Vienen  hacia aquí y les divertiría muchísimo.

—¡Hermione es bruja! —exclamó Harry.

—Sigue tu camino, Potter —dijo Malfoy sonriendo maliciosamente—Pero si crees que no pueden distinguir a un sangre sucia, quédate aquí.

—¡Te voy a lavar la boca! —gritó Ron. Todos sabíamos que sangre sucia era una denominación muy ofensiva para referirse a un mago o bruja que tenía padres muggles.

—No importa, Ron —dijo Hermione rápidamente, agarrándolo del brazo para impedirle que se acercara a Malfoy. Desde el otro lado de los árboles llegó otra explosión, más fuerte que cualquiera de las anteriores. Cerca gritaron algunas personas. Malfoy soltó una risita.

—Qué fácil es asustarlos, ¿verdad? —dijo con calma—Supongo que papá les dijo que se escondieran ¿Qué pretende? ¿Rescatar a los muggles?

—¿Dónde están tus padres Draco? —pregunté—Tendrán una máscara puesta, ¿no?—dije, pues se tenia la sospecha de que su familia pertenecía al grupo de los mortifagos.

Malfoy se volvió hacia mi sin dejar de sonreír.—Bueno, si así fuera, me temo que no te lo diría a ti Diggory...o tal vez puedas convencerme—sugirió de manera pícara

—Venga, vámonos —dijo Hermione, arrojándole a Malfoy una mirada de asco—Tenemos que buscar a los otros.

—Mantén agachada tu cabezota, Granger —dijo Malfoy con desprecio.

—Vámonos —repitió Hermione y arrastró a Ron de nuevo al camino.

Fred, George y Ginny habían desaparecidos, aunque el camino estaba abarrotado de gente que huía sin dejar de echar nerviosas miradas por encima del hombro hacia el campamento. Un grupo de adolescentes en pijama discutía a voces, un poco apartados del camino. Al vernos una muchacha de pelo espeso y rizado se volvió y nos preguntó rápidamente:

—Où est Madame Maxime? Nous l'avons perdue...

—Eh... ¿qué? —preguntó Ron.

—¡Oh...!—La muchacha que acababa de hablar le dio la espalda y cuando reemprendieron la marcha, la oímos decir claramente:

—«Ogwarts.»

—Beauxbatons—murmure.

—¿Cómo?—dijo Harry.

—Que deben de ser de Beauxbatons—susurró Hermione—Ya saben: la Academia de Magia Beauxbatons... He leído algunas cosas sobre ella en Evaluación de la educación mágica en Europa.

—Ah... Ya... —respondió Harry.

—Fred y George no pueden haber ido muy lejos —dijo Ron, que sacó la varita mágica, la encendió como la de Hermione y entrecerró los ojos para ver mejor a lo largo del camino e hice lo mismo con la mía para tener más luz.

—No, no lo puedo creer... ¡He perdido la varita!—se alarmó Harry

—¿Bromeas?—Ron, Hermione y yo levantamos nuestras varitas lo suficiente como para iluminar el terreno a cierta distancia. Harry miró a su alrededor, pero no había ni rastro de su varita.

—A lo mejor la has dejado olvidada en la tienda —dijo Ron.

—O tal vez se te ha caído del bolsillo mientras corríamos—sugirió Hermione, nerviosa.