1.04: 𝐋𝐨𝐬 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲

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Después de que las Veelas terminaron su acto, el estadio se sumió en gritos de protesta. La multitud no quería que las Veelas se fueran, Ron, mientras tanto hacía trizas sin darse cuenta los tréboles de su sombrero. El señor Weasley, sonriendo, se inclinó hacia él para quitárselo de las manos.

—Lamentarás haberlos roto en cuanto veas a las mascotas de Irlanda—le dijo.

—¿Eh? —musitó Ron, mirando con la boca abierta a las Veelas, que acababan de alinearse a un lado del terreno de juego. Hermione chasqueó fuerte la lengua y se sentó.

—¡Lo que hay que ver! —exclamó.

—Y ahora —bramó la voz de Ludo Bagman— tengan la bondad de alzar sus varitas para recibir a... ¡las mascotas del equipo nacional de Irlanda!

Repentinamente se formó un arcoíris que se extendió de un lado a otro del campo de juego. La multitud exclamaba «¡oooooooh!» y luego «¡aaaaaaah!», como si estuviera contemplando un castillo de fuegos de artificiales. Se desvaneció el arcoíris y las dos bolas de luz volvieron a juntarse y se abrieron: formaron un trébol enorme y reluciente que se levantó en el aire y empezó a elevarse sobre las tribunas. De él caía algo que parecía una lluvia de oro.

—¡Maravilloso! —exclamó Ron cuando el trébol se elevó sobre el estadio dejando caer pesadas monedas de oro que rebotaban al dar en los asientos y en las cabezas de la multitud.

—¡Son leprechauns! —explicó el señor Weasley, alzando la voz por encima del tumultuoso aplauso de los espectadores, muchos de los cuales estaban todavía buscando monedas de oro debajo de los asientos.

—¡Aquí tienes! —dijo Ron muy contento, poniéndole a Harry un montón de monedas de oro en la mano—. ¡Por los omniculares! ¡Ahora me tendrás que comprar un regalo de Navidad!

El enorme trébol se disolvió, los leprechauns se fueron hacia el lado opuesto al que ocupaban las Veelas, y se sentaron con las piernas cruzadas para contemplar el partido.

—Y ahora, damas y caballeros, ¡demos una calurosa bienvenida a la selección nacional de quidditch de Bulgaria! Con ustedes...—Ludo comenzó a presentar a los jugadores de los equipos quienes salían emocionados llenos de las aclamaciones de la multitud.—¡Zograf!, ¡Levski!, ¡Vulchanov!, ¡Volkov! yyyyyyyyy... ¡Krum!

—¡Es él, es él! —gritó Ron, siguiendo a Krum con los omniculares.

Viktor Krum era delgado, moreno y de piel cetrina, con una nariz grande y curva, cejas negras y muy pobladas. Semejaba una enorme ave de presa. Costaba creer que sólo tuviera dieciocho años.

—Y recibamos ahora con un cordial saludo ¡a la selección nacional de quidditch de Irlanda! —bramó Bagman—Les presento a... ¡Connolly!, ¡Ryan!,¡Troy!, ¡Mullet!, ¡Moran!, ¡Quigley! yyyyyyyyy... ¡Lynch!—Siete borrones de color verde rasgaron el aire al entrar en el campo de juego. —Y ya por fin, llegado desde Egipto, nuestro árbitro, el aclamado Presimago de la Asociación Internacional de Quidditch: ¡Hasán Mustafá!

Entonces, caminando a zancadas, entró en el campo de juego un mago vestido con una túnica dorada que hacía juego con el estadio. Era delgado, pequeño y totalmente calvo salvo por el bigote. Debajo de aquel bigote sobresalía un silbato de plata; bajo un brazo llevaba una caja de madera, y bajo el otro, su escoba voladora.

Cuatro bolas quedaron libres en ese momento: la quaffle, de color escarlata; las dos bludgers negras, y la alada, dorada y minúscula snitch. Soplando el silbato, Mustafá emprendió el vuelo detrás de las bolas.

—¡Comieeeeeeeeenza el partido! —gritó Bagman

Después de varias horas de emoción, jugadas excelentes, faltas y tras descubrir que las Veelas tenían un lado terrorífico tanto como hermoso, acabó el partido por que Victor Krum atrapó la snitch, pero aun así, Irlanda gano el partido con 10 puntos más que Bulgaria estando a 170 vs 160

✯𝐌𝐢 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲✯ 𝚑𝚊𝚛𝚛𝚢 𝚙𝚘𝚝𝚝𝚎𝚛 𝚢 𝚝𝚞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora