1.30: 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐚𝐩𝐞𝐬𝐭𝐚

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En la clase del profesor Flitwick a Harry le fue tan mal con los encantamientos convocadores que le mandó más deberes (y fue el único al que se los mandó, aparte de Neville).

—De verdad que no es tan dificil, Harry —le decía Hermione para animarlo al salir de la clase. Ella había logrado que los objetos fueran zumbando a su encuentro desde cualquier parte del aula.—Lo que pasa es que no te concentrabas.

—¿Por qué sería? —contestó Harry con amargura.

En ese momento pasó Cedric rodeado de un numeroso grupo de tontitas, todas las cuales miraron a Harry como si fuera un escreguto de cola explosiva.

—ugh así les voy a dejar las caras—estaba a punto de ir detrás de ellas pero Hermione halo mi túnica impidiéndomelo—déjame ir a partirles todas sus caras de mosquitas muertas—dije levantando las mangas de mi túnica.

—No, déjalas, además a Cedric parece no molestarle—lo miré y era cierto parecía que más bien estaba contento.—y Harry, necesitas practicar, nosotras te ayudaremos a mejorar.

—Está bien. Me muero de ganas de que llegue la clase doble de Pociones que tenemos esta tarde...—decía con sarcasmo

La clase doble de Pociones constituía siempre una mala experiencia, pero estos días era una verdadera tortura. Estar encerrados en una mazmorra durante hora y media con Snape y los de Slytherin, dispuestos a mortificar a Harry todo lo posible por haberse atrevido a ser campeón del colegio, era una de las cosas más desagradables.

Cuando, después de comer, los 3 llegamos a la puerta de la mazmorra de Snape, nos encontramos a los de Slytherin que esperaban fuera, cada uno con una insignia bien grande en la pechera de la túnica. Por un momento, tuve la absurda idea de que eran insignias de la P.E.D.D.O. Luego vi que todas mostraban el mismo mensaje que brillaban en el corredor subterráneo apenas iluminado: Apoya a CEDRIC DIGGORY: ¡el AUTÉNTICO campeón de Hogwarts!

—¿Te gustan, Potter? —preguntó Malfoy en voz muy alta cuando nos aproximamos—Y eso no es todo, ¡mira!

Apretó la insignia contra el pecho, y el mensaje desapareció para ser reemplazado por otro que emitía un resplandor verde: POTTER APESTA. Los de Slytherin berrearon de risa. Todos apretaron su insignia hasta que el mensaje POTTER APESTA brilló intensamente por todos lados. Note que Harry se ponía rojo de furia.

—¡Ah, muy divertido! —le dijo Hermione a Pansy Parkinson y su grupo de chicas de Slytherin, que se reían más fuerte que nadie.

—Derrochan ingenio, nada mejor puede ocurrírseles, su cabeza no les da para tanto.—dije yo esta vez.

Ron estaba apoyado contra el muro con Dean y Seamus. No se rió, pero tampoco defendió a Harry.

—¿Quieres una, Granger? —le dijo Malfoy, ofreciéndosela—Tengo montones. Pero con la condición de que no me toques la mano. Me la acabo de lavar y no quiero que una sangre sucia me la manche.

—¿Y de casualidad no quieres que mi puño se manche de tu carota?—le dije yo.

—Mánchate los labios de los míos—dijo burlón

La ira que Harry había acumulado durante días y días pareció a punto de reventar. Antes de que se diera cuenta de lo que hacia había cogido la varita mágica. Todos los que estaban alrededor se apartaron y retrocedieron hacia el corredor, Harry estando al lado mío me puso detrás suyo con su brazo libre a manera de protección, santo merlín.

—¡Harry! —le advirtió Hermione.

—Vamos, Potter —lo desafió Malfoy con tranquilidad, también sacando su varita—Ahora no tienes a Moody para que te proteja. A ver si tienes lo qué hay que tener...

✯𝐌𝐢 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲✯ 𝚑𝚊𝚛𝚛𝚢 𝚙𝚘𝚝𝚝𝚎𝚛 𝚢 𝚝𝚞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora