un bătrân Vânător printre eroi

discípulo.

Poco más de dos semanas habían pasado desde que el héroe eraserhead informo de su encuentro con el vigilante.

Pronto cuerpos de villanos empezaron a aparecer por todo chubu, por lo dicho varios héroes empezaron sus rondas nocturnas.

Edgeshot, Mirko, Ectoplasm, Hawks y Midnight eran los que más actividad nocturna tenían, cada uno por distintas razones personales, pero con el objetivo profesional de llevarlo tras las rejas.

Gracias a esto indice de criminalidad por las noches bajo más de la mitad, eso enfureció al héroe número 2 Endeavor que pronto se unió en la búsqueda.

Edgeshot y Midnight fueron los dos únicos a parte de eraserhead que tuvieron la oportunidad de tener un enfrentamiento, aunque poco duro pues el vigilante de ropas negras era muy escurridizo y al mínimo descuido escapó.

Con edgeshot el enfrentamiento fue frenético, una pelea de escasos segundos, hasta que el ninja por un descuido sintió como daga le atravesó el muslo derecho, cayendo al suelo sintiéndose cada vez peor, el vigilante desapareció no sin antes dejar unas pastillas blancas con una nota.

Por el otro lado Midnight no tuvo mejor suerte, sus tendones de Aquiles fueron cortados impidiendo que pudiera correr tras el encapuchado.

El escape era el mismo, habría una puerta y entraba para esfumarse como si nunca hubiera existido, un dolor de cabeza para los héroes que no sabían lo que se aproximaba.

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Los días pasaron y el examen de la prestigiosa universidad de héroes la magnífica UA estaba a tres meses para tomarlo.

Los aspirantes a héroes se esforzaban entrenando sus quirks y cuerpos para la prueba física, o ese era el caso para los que tenían un poder destructivo p vistoso.

Por desgracia ese no era el caso del joven Hitoshi shinso, su quirk "lavado de cerebro" le permitía hipnotizar a la persona que respondiera a su voz.

Un poder que el de cierta medida odiaba ya que fue blanco de críticas por poseer el poder de un "villano", pero esto no lo retenía para cumplir su deseo de ser un héroe.

Desde niño trataba de hacer lo correcto y más de una vez se metió en problemas por esto, pero su carácter de naturaleza fría y su particularidad hacían que la gente se alejara o lo señalará por la espalda.

El día paso lento en la preparatoria para él, las clases aburridas y las ocasionales miradas de miedo de sus compañeros lo atosigaba.

Las clases terminaron pero era su turno de limpiar el aula junto a un compañero que desapareció apenas el timbre tocó, limpio en cómoda soledad y sin darse cuenta que la tarde estaba pasando.

Cuando salió de la preparatoria ya era de noche, un escalofrío recorrió su espalda al saber lo que significaba, estaba a merced del asesino que estaba causando revueltos últimamente.

Camino con cuidado por las calles iluminadas, los nervios a flor de piel hacia que se alarmara por el más mínimo ruido. Estando a pocas calles de llegar a su casa escucho como personas susurraban en un callejón oscuro.

El sabía que no debía inmiscuirse en el asunto, pero su curiosidad no lo dejaba en paz, en cuclillas se desplazo en las sombras para ver cómo un grupo de hombres intercambiaban paquetes de manera sospechosa, era obvio que eran traficantes.

Quiso dar marcha atrás con cuidado, pero los nervios lo traicionaron y por accidente pateo una botella alertando a los traficantes. Uno ni lentos ni perezosos ataco lanzando púas sus dedos que atravesaron los pulmones y estómago del adolescente que no pudo evitar quejarse.