Hola chic@s!!!!!! Aquí traigo el capítulo ya 46!!!!!!!!!!
Pero sobretodo, esto, es para agradeceros!!!!!!!!
La historia Jamás pensé en ti: Mentira a llegado a los 30.000 LECTORES!!!!!!! Además de 900 VOTAZOS y 325 COMENTARIOS!!!!!!!!!!!!!
Y también a esos 99 fans!!!!!!!! A puntito de llegar ya a los cien!!!!!!!!!! MUCHAS GRACIAS A TODOS POR VUESTRO APOYO!!!!!!!! Realmente GRACIAS!!!
Sois sin duda, el mejor regalo de reyes que me podrían haber traído!!! ;P
Espero que os guste este capítulo, que aunque es algo más tranquilo, es más sentimental, y se centra sobretodo en Clay!!!
Un gran beso, e intentaré tardar poco en escribir!!!!!! ;D
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Clay.
Tú puedes.
Tú puedes.
Nadie te obligó a hacerlo, fuiste tú, el que decidió hacerlo. Confiárselo.
Ellos lo entenderan, ellos guardaran mi secreto.
Me dije a mí mismo en un pésimo intento de alejar mis nervios, y aumentar mi fuerza de voluntad.
Cerré mi puño, dispuesto a golpear aquella puerta que me pondría a descubierto.
Inspira. Espira. Inspira. Espira.
Cogí un poco de aire, lo suficiente como para llenar mis pulmones y después lo solté en una gran bocanada.
1...2...3...
Mi mano tembló, para que luego pasase a ser mi cuerpo entero. Parecía un maldito flan, apenas podía mantenerme de pie.
¡Soy fuerte!
Soy fuerte.
¿Soy fuerte?
Claro que lo eres, me respondió mi subconsciente. Sonreí torcidamente, sabía que aquello no era verdad,
Levanté mi mano, en cámara lenta, y me dispuse a golpear, la robusta y marrón puerta principal de la casa de Mason.
-¿Clay?- una dulce voz, dijo mi nombre, consiguiendo que en menos de un segundo, mi corazón se agitara y acelerara de tal manera como casi nunca antes me había pasado.
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Marcus.
-¿JJ? Soy yo de nuevo, Marcus. Solo quiero hablar contigo. Cuándo escuches esto, llámame.
Colgué, para luego tirar mi móvil al sillón que tenía enfrente mía.
¡Mierda! ¡Y más mierda!
¿Qué estúpido razonamiento había pasado por mi cabeza cuándo le había dicho a Joanna que la quería?
Así, sin más.
Cinco años, cinco años guardándolo. Conformándome con ser su amigo, su mejor amigo, y, un arrebato, y lo estropeo todo.
Froté las palmas de mis manos sobre mi sudada cara. Agobiado. Triste. Y sobre todo preocupado.
Había sido decir aquellas dos últimas palabras para que Joanna se separase de mí, me observara con ojos abiertos de par en par, y sin dejar que dijera nada más, me echara de su casa.
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Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.
Teen Fiction¿Qué pensé cuando mi padre me dijo que se casaba? Con una hippie. Qué no conozco. Y que tiene una hija que lleva un cartel colgando que dice "Bicho raro, inadaptada social". ¿Qué pensé cuando mi madre me dijo que se casaba? Con un empresario rico. Q...