Capítulo 20: Paredes blancas.

20.2K 565 27
                                    

Hola¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡  De Jamás pensé en ti: Mentira

Para los que esperaban el capítulo 20: Paredes blancas. 

Nombre que tiene un significado bastante curioso, si os habeís dado cuenta en el anterior capítulo y sobre todo para Ryan¡¡¡

Va a narrar Débora y van a ocurrir cosas interesantes con Ryan y esta y también aparece el hermano de esta Marcus.

En este capítulo Ryan y Marcus se conoceran, se presentaran y... ocurren muchas cosas, entre estos dos,y además juntos¡¡¡

Pero sobre todo este capítulo trata sobre Aria, y la decisión que debe tomar. 

Y sus reflexiones... 

Espero que os guste¡¡¡ Y que os divierta como todos los demás¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

A leer¡¡¡¡ =^.^=

................................................................

 Débora.

Los hospitales nunca me han gustado. Desde pequeña siempre les he tenido fobia a eso de que los médicos lleven batas blancas y vayan pinchando con jeringuillas. 

Me ponía los pelos de punta. 

Tampoco soportaba ese olor característico que tiene un hospital, ese que no se puede calificar en nada, ni si quiera describir. Solo que cuándo lo hueles, lo reconoces. 

Pocas veces iba yo a un hospital, si no lo consideraba muy urgente, me quedaba en casa. 

Pero esta vez, si que era urgente. O al menos para mí. 

Marcus, me abrazaba por los hombros. Él, también estaba preocupado. 

Era cierto, que yo solo la conocía de dos días, pero habíamos hablado tanto como en varios meses. Coindiamos en tantas cosas, que yo, posiblemente, la consideraba mi mejor amiga. 

Y mi hermano, a mi hermano le ocurría algo raro. 

Desde el día que vio a Aria no paró de sonreír, y hablar de ella. Que qué buena chica, que cómo la había conocido, y otras cosas, con las que me estuvo interrogando. Y más tarde mi madre, se unió a él. 

Yo, conocía prefectamente a mi hermanito mayor, y estaba empezando a sospechar algo, que no estaba segura de que si me gustaba. ¡Solo se conocían de un día! ¡De menos de un minuto!

Pero ahora, ella estaba aquí, y nosotros también. 

Queríamos verla. 

La había llamado hacía dos días a su móvil, por si quería quedar de nuevo, tenía la esperanza de que no se hubiera aburrido de mí, y me lo cogió su madre. 

Dafne. 

Me contó todo lo que había pasado, mientras las dos a cada lado del teléfono llorábamos. 

No sé, como esa chica había echo para que la cogiera tanto aprecio, pero me sentía yo cuándo estaba con ella. 

La daba igual que tartamudeara, que fuera torpe y tímida. ¡La daba igual!

Y ahora era posible que nunca más la volvieramos hablar. La única persona fuera de mi familia que me escuchaba, aparte de Drew. 

Encontramos la habitación, con el número 416, remarcado en su puerta blanca. 

Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora