Capítulo 29: "21"

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  • Dedicado a Sandra Turtle, que odias este número.
                                    

Hola¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Siento haber tardado tanto en colgar este capítulo pero es que he tenido problemas con Internet. :)

Pero... Ya esta aquí!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Antes de nada debo agradecer emocionadamente por las ya 3700 visitas¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Por los 70 comentarios y lo que posiblemente más me ha sorprendido... LOS 114 VOTOS¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

A todas aquellas personas que hayan colaborado en esto debo decir : GRACIAS¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Me alegra saber que a algunos os gusta la historia¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Por eso, y para vosotros os dejo aquí mismo el capítulo 29: "21"

Os preguntareís...¿Por qué 21...?

Haced memoria y recordar, debo decir además que este capítulo es algo triste sobre todo para Ryan, quién va a narrar la mayor parte del tiempo... 

Espero que os guste y que os divirtaís¡¡¡¡¡¡¡

A leer¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ XD

=^.^=


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Ryan.

Hoy, no era un buen día. 

Lo supe desde el  momento en que me levanté, hecho una mierda emocionalmente, de mi cama.

Me miré al espejo de cuerpo entero de mi cuarto y me contemplé solo con unos simples calzoncillos-pantalones puestos, y con el torso desnudo. 

No me parecía en nada a ese niño de diez años que ella vio por última vez, al menos me vio feliz, con mi súper soldado Flinn. 

Dieciocho años, ya. 

Mayoría de edad, hoy me convertía en un adulto oficialmente, y ella no estaba aquí para celebrarlo conmigo, decirme lo mayor que estaba, lo guapo, o que me aconsejase con las chicas... 

Ya no. 

Hoy, también era su día. 

El día del accidente, de hacía ya ocho largos años. A mi todavía me parecía ayer cuándo la recordaba, con su sonrisa llena de cariño, felicitándome. 

Mamá...

Me tumbé de nuevo en la cama, que más daba que tuviera instituto, como si llegaba tarde. Este era mi día. 

Solo yo lo entendía de aquella manera, era el momento en que todas sus imágenes cruzaban mi cabeza, y luego los gritos de cuándo desperté. 

Malditos gritos...

"-¡Tú! ¡Tú deberías haber muerto, no ella! ¡Maldito niño!- gritó la que se suponía que era mi abuela, con sus ojos cargados de lágrimas e ira mientras me pegaba en  la cama del hospital. 

Grité por ayuda. 

Aquella mujer a la que había amado, aunque yo supiera que la relación entre la familia de mi padre y mi madre jamás fue demasiado buena, era mi abuela y ahora me estaba agrediendo, golpeándome mientras cargaba con la culpa de la muerte de mi madre, una y otra vez.

Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora