Capítulo 32: Esta vez, no.

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Hola¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Siento la tardanza :(

Sé que he estado dos días sin colgar nada, pero...

Aquí esta el número 32: Esta vez, no.  ¡¡¡¡¡

¿A qué se referirá con eso?

Ocurren muchas cosas, descubrimos algo más sobretodo de uno de los personajes.

El apoyo y la amistad se hace presente. 

Espero que os guste y que os divirtaís¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ XD

A leer¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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Dave.

El ambiente denotaba alegría, las tiendas estaban repletas de gente haciendo las útimas compras antes del momento. 

Era Navidad.

Esa fecha de reuniones familiares, sonrisas, regalos, frío y vacaciones. Sí. vacaciones. 

Suspiré encantado. Nada de instituto, nada. 

Adiós libros, adiós exámenes y sí, adiós profesores. Aquel día no podía ser mejor. Excepto por algo, estas Navidades serían como todas las demás, solitarias.

El silencio y yo, celebrando el año nuevo... ¿Conmigo mismo?

Sí, ni si quiera con mi mayordomo o mi chófer, les había dado esos días libres, al fin y al cabo ellos si que tenían alguien con quién pasar aquellas fechas, aunque me había insistido mucho en quedarse conmigo, porque ellos al igual que yo con los años habíamos entendido mi situación y las siempre baratas escusas que escuchaba en esas mismas fechas. 

¿Por qué ellos no podían estar aquí? ¿Solo dos días? ¿Hoy?

Se habían olvidado de mí, y algunas veces me preguntaba si recordaban que habían tenido un hijo, cuándo seguían juntos.

"-¡George! ¡George!- grité animadamente a mi chófer quién me dedicó una dulce sonrisa. Le abracé, rodeándole como pude con mis pequeños brazos, las piernas. Él agitó mi cabellera haciendo que mi pelo marrón oscuro cayese por mis ojos grises. -¿Van a venir mamá, la tata, y papá?

Su rostro cambió rapidamente, y haciendo que le soltara de las piernas se agachó junto a mí, mientras  sus ojos se tornaban tristes y movía la cabeza incómodo, casi intentando no observarme fijamente. 

-Señorito, sus padres llamaron hace poco, y me han comunicado que no pueden venir, el señor tiene una gran reunión del banco y la señora, tenía ya planes formados.- la alegría se esfumó rapidamente de mí, dejándome vacío. 

Eran mis décimas navidades solo.

Casi nunca veía a mis padres. ¿Un mes al año?

Asentí, y noté a George levantarse y revolverme el pelo de nuevo. 

-Pero sus padres le han mandado esto-mi chófer me guió hacía la sala principal de la mansión, dónde en el centro de encontraban una montaneda de cajas de regalos y juguetes. 

Eso ya no me hacía ilusión. Todos los años hacían lo mismo además los regalos que siempre me mandaban no me gustaban.

Ni si quiera conocían mis gustos. 

Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora