Capítulo 35: Solo...Pinchan.

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Hola chic@s¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Sé que he tardado mucho en subir este capítulo y que es muyyyyyy corto pero es que he estado ocupadilla con los estudios etc... además de estar muy cansada y no me ha cundido mucho... :(

Lo siento¡¡¡

Pero bueno aquí está, corto pero bien impregnado de emociones¡¡¡¡

Capítulo 35: Solo...Pinchan.

¿A qué se referira con eso?

Por cierto debo agradecer de nuevo las 8400 visitas ya, los 226 votos y los cerca de 110 comentarios¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Además de mis 27 fans¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ MUCHAS GRACIAS¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Espero que la historia os siga gustando, por cierto... Apartir de este capítulo las cosas se ponen interesante y moviditas.... Jejeje

=^.^=


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Aria.

Las Navidades pasaron tan rápido que creí no enterarme. Dave, al final, y después de que Henry y Ryan le convencieran durante horas, alargó su estadía hasta año nuevo. 

Lo que a mi gusto no me importó. 

Había hablado un par de veces con él, y sorpresivamente me di cuenta de que incluso podíamos llegar a llevarnos bien. Me enteré por parte de Dafne del motivo de porqué se quedaba en nuestra casa, sus padres. 

No es que me diera excesiva pena. Él al menos los tenía, o mejor dicho, los conocía. 

¿Dónde estarían ahora mis verdaderos padres?

¿Vivirían?

¿Habrían tenido otro hijo?

¿Lo habrían abandonado como hicieron conmigo?

 Eran cuestiones que me habían perseguido desde que vívía,  y suponía que aquellas preguntas sin respuestas seguirían así, siendo un total y absoluto misterio para mí. 

 Año, tras año.

Fue Henry el que me sacó de mis más profundas cavilaciones. 

-¡Aria!- me gritó desde el pasillo, con un tono que no supe como descifrar, entre contento y algo molesto.

 Me levanté del sillón en el que llevaba sentada ya una media hora, mirando por la ventana de nuestro salón, viendo como los primeros copos blancos y pequeños de ese último día del año caían uno tras otro acumulándose poco a poco en las aceras y carreteras del pueblo.

Debía reconocer que hoy no me apetecía hacer nada, solo observar el cielo blanco y espumoso, y pensar con tranquilidad. 

Dave y Ryan, estaban en sus habitaciones, jugando a la Play Station 3, que recién tenía mi hermanastro por  cierto día festivo, en el que nuestro "Santa Claus" había dejado un par de regalos para cada uno debajo del árbol, inclusive Dave. 

Ante la Play Station 3 y un chaqueta de cuero para Ryan, y una armónica especializada con una sudadera de algún grupo muy famoso para Dave, mis regalos parecían estupideces. En parte lo eran. 

Un simple vestido verde de palabra de honor verde a juego con mis ojos, sin duda elegido por Dafne con su empeño de que me arreglase más, y dos pares de novelas que ahora arrasaban en cualquier lugar, sin duda de Henry quién con el poco tiempo de convivencia me iba conociendo mejor, incluso para elegir libros. 

Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora