Capítulo 52: Con la cabeza bien alta.

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Hola chic@s!!!!

Lo primero, siento mucho la tardanza, pero como ya advertí esta semana he estado realmente ocupada y apenas he tenido tiempo para escribir. Así que lo siento!!!!

Lo segundo, Whoa!!! Jamás pensé en ti: Mentira ha llegado a unas increíbles 50.000 lecturas!!!! Esos 530 comentarios y unos casi 1600 votos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Muchísimas gracias, además de esos 153 fans que ya tengo y me siguen!!!!!!!!!!! Muchas gracias a todos por vuestro apoyo y ánimo, y que hacéis que escribir todavía sea más placentero y todo un lujo!!!!!!!!!!!!!

Lo tercero, y lo que esperabaís todos.... Capítulo 52: Con la cabeza bien alta. 

¿Por qué el título? Sinceramente me gustó, además de que creo que viene muy bien para uno de los momentos finales de este capítulo, así que espero que os guste!!!!!!!!!! En este capítulo hay un poco de todo.... Aria, Ryan, Henry, Dave y Clay!!!!

Espero que os guste y que lo disfruteís!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Un gran beso a todos!!!!! 

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Aria.

"-¿Cómo se te ocurre decírselo de esa manera?- me regañó Ryan en el vacío pasillo del hospital, en el que solo nosotros dos nos encontrábamos. 

Bufé, ya molesta. 

-Necesitaba saberlo cuánto antes- contraataqué yo, centrándome en la discursión. 

-¡Le has dejado echo una mierda! ¿Acaso es que no tienes sentimientos?¿Sabes lo mal que lo debe estar pasando ahora?- gritó Ryan. Le observé fríamente. 

¿Cómo se atrevía él si quiera a decir eso? Apreté mis puños con rabia, y le miré directo a los ojos. Con la voz más inexpresiva y cortante que alguna vez había salido de mi propia boca se lo dije. 

-Tú no sabes nada. No tienes ni idea de lo que yo he pasado, o por lo que ha pasado Clay. Así que solo cállate y deja de hacerte el chico responsable. Y ni te atrevas a volver a gritarme."

 Aquella fue la primera disputa grave que habíamos tenido yo y Ryan, hacía solo dos días. Pero parecían mucho más. 

Era extraño pensar que hacía menos de dos semanas todo iba perfectamente, hasta la fiesta y todo lo ocurrido después. 

Catorce días que se habían echo eternos por todo lo que había sucedido, pero habían pasado rápidos sin apenas darnos cuenta. Toda una contradicción. 

Suspiré, y terminé de enfundar mis zapatillas en los pies, tapando así mis blancos calcetines. 

Hoy era el día, el día de la denuncia. Oficialmente hoy, Clay, que ya algo más tranquilo después de haber salido ayer por la mañana del hospital, pondría la grave acusación de maltrato hacia su padre. 

Y yo, Jenn, Mason y, por desgracia, Ryan, le acompañaríamos. 

Y es que tanto Dave como Débora, no podían asistir. Dave decía haber recibido una carta sin remitente que pedía un encuentro importante con él aquella misma tarde, y los padres de Débora le habían obligado a quedarse en casa por asuntos personales relacionados con la llegada de su hermano Marcus de nuevo al pueblo. Por lo que ella me había contado, este último parecía no encontrarse demasiado bien. 

Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora