Hola!!!!!!!!!!! Chic@s aquí os traigo otro capítulo de Jamás pensé en ti: Mentira, ya el número 53!!!!!!!!!!!
Espero que os guste!!!!!!!! Sinceramente el principio es algo lento... Y la única novedad en él es la aparición de un nuevo personaje que narra!!! Ya vereís.... Pero el final... Yo especialmente lo encuentro emocionante...
Además este capítulo ya es algo más largo!!!! ;D
Capítulo 53: Desesperación.
Un gran beso, y que lo disfrutéis!!!!!! Como siempre, ya entedereís el porqué del título!!!!!!! XD
AHHH... Por cierto, la sinopsis de mi nuevo proyecto SONRISA DE OTOÑO, ya está colgada tanto en el blog como en Wattpad, por si os interesa!!!!! ;D
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Jenn.
Clay seguía en el despacho de Mathias Greene completando así, la hora entera, junto a Elen y Marcus Ritcher. Y es que para sus ojos, todavía nosotros éramos adolescentes irresponsables, excepto Aria, que por algún especial motivo también se encontraba en su interior.
Ryan y Mason en aquel momento habían ido en busca de la máquina expendedora que se encontraba en el primer rellano, pero conociéndoles y por el tiempo que tardaban, sospechaba que se habían perdido.
Decidí levantarme de aquel banco en el que ya llevaba sentada casi media hora sola, para estirar un poco mis piernas.
Comencé a andar sin fijarme demasiado por dónde iba, un pasillo con sucesiones de despachos iguales por fuera pero muy diferentes por dentro, fue lo primero que encontré cuándo alcé mi vista.
Un sonido en el móvil, hizo que lo sacara del estrecho bolsillo de mi pantalón y lo abriera sin demasiado detenimiento.
"Jenn, ¿Dónde estás? Nosotros ya hemos vuelto."
Era Ryan, ahora eran ellos los que me preguntaban el dónde estaba. Bufé.
Pulsé en la pantalla táctil esperando que saliera el teclado, cuándo un golpe seco me echo para atrás, haciendo que cayera al suelo y me bañara entre papeles que ahora caían desde arriba.
Maldije por todo lo alto.
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Sean.
Coloqué las montoneras de informes entre mis brazos, cogiéndolos para que no cayeran. Con mis dos extremidades ocupadas, abrí la puerta fuertemente con el pie, y fue en el momento en que la puerta de madera vibró y un fuerte ruido sonó, que supe que le había dado a algo.
La puerta volvió por inercia hacía mí, y perdiendo el poco equilibrio que tenía, solté todos mis papeles que había ordenado durante horas, y paré la puerta antes de que se atizara de lleno contra mi cuerpo.
Varias maldiciones de una, claramente, enfadada y adolorida voz hicieron que prestara atención a aquella persona que parecía haber golpeado.
Una pelirroja, con una mano en la frente, y ojos acuosos a punto de derramar unas lágrimas por el dolor, se encontraba sentada en el frío suelo del pasillo, atravesando la puerta con sus ojos marrón café como si con ella pudiera hacerla desaparecer.
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Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.
Teen Fiction¿Qué pensé cuando mi padre me dijo que se casaba? Con una hippie. Qué no conozco. Y que tiene una hija que lleva un cartel colgando que dice "Bicho raro, inadaptada social". ¿Qué pensé cuando mi madre me dijo que se casaba? Con un empresario rico. Q...
