Capítulo 58: ¿Lo juras?

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Agotada, y sin tiempo.... Uhmmm Esa soy yo.

Hola chic@s!!!! Después de una dura semana, os dejo al fin el capítulo 58, y si os sirve de buena noticia es algo más largo que los anteriores, y a mi gusto ocurren bastantes cosas!!! ;D

Ya comienza el juicio de Clay!! Y muchas cosas ocurriran a partir de ello!!! XD

Espero que os guste, y lo disfrutéis, e intentaré colgar cuánto antes, aunque siento deciros que no prometo nada!!!!!!!!

Un gran beso a todos, y aquí os dejo el capítulo 58.

Capítulo 58: ¿Lo juras?

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Clay.

Expuesto. Sentirse expuesto. 

Así fue como me sentí, cuándo pisé el suelo de los juzgados. 

Todos y cada uno de mis golpes reluciendo, como si todas aquellas personas, entre miradas de compasión y lástima, pudieran verlos. 

Los escuchaba susurrar entre sí, murmurando, creyendo que así no los oiría.

Lo hacía. 

"Pobre chico..." "Lo que tuvo que aguantar..." "Me da pena..."

Sus palabras calaban en el fondo de mí, menguándome. Odiaba que me viesen así, débil, solo. No quería su compasión, ni sus sonrisas torcidas.

No quería nada suyo. 

Intenté tomar las riendas, calmarme. Ellos no me tenían porqué afectar. No debían afectarme. 

Pero aquella frase, la última que oí. Derrumbó por completo aquel plan. 

"Incluso su madre le ha abandonado..."

Apreté los puños a mi costado, y me levanté fuertemente de la silla en dónde ahora me encontraba sentado. 

Noté los ojos de Mathias en mi nuca, evaluando mi comportamiento, y le miré de soslayo. Él pareció entender que necesitaba despejarme, y sobretodo, antes de que él, el que me hacía estar ahí en esos momentos, llegara. 

-Mi cliente necesita un momento- habló Richards, mi abogado, segundos después de que Mathias mascullara algo en su oído. 

Su voz serena, y su aspecto indestructible, convencieron a la jueza que recién había llegado, y que iba a proceder a dar la orden para que mi padre entrara en la sala, junto a mi madre. 

No conocía demasiado a Richards, solo que era un amigo de Mathias, uno de esos que se hacían mientras resolvías asesinatos o ponían denuncias. Apenas había hablado con aquel hombre, ya que me había dedicado únicamente a contarle a Mathias mi historia para que este se lo comunicara a él. 

Richards, debía rondar la edad de Mathias. Quizás, un par de años mayor. Su pelo marrón, sorprendentemente, sin ninguna cana, hacía juego con un poblado bigote, que le daba aspecto de hombre duro. 

Parecía uno de esos hombres, que se sentaban en el sillón, y con periódico en mano comenzaban a fumarse una pipa. 

Y de lo poco que le había visto, me caía bien. Era como Mathias. Nada de sentimientos en aquel lugar, insensibles. Y eso, ahora, era lo mejor que podía haber. 

Jamás pensé en ti: Mentira. EN PAUSA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora