· Día 01: Lluvia ·

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· UN GATITO EN LA LLUVIA ·

Los cielos de París estaban en ese momento cubiertos por grandes nubes de color gris, obvia señal de que pronto estaría por llover, aunque la verdad no pareciera que la lluvia sería muy intensa.

Los parisinos que se encontraban fuera trataban de acelerar el paso para llegar a sus respectivos destinos para que la cercana lluvia nos les llegara de sorpresas y terminaran empapados. Pero al único ciudadano que parecía no importarle el estado del clima en esos instantes, era a el felino superhéroe adolescentes de la ciudad: Chat Noir.

El chico en esos instantes estaba de patrulla, solo. Entre su amada compañera de traje rojo y él habían acordado que, después de la experiencia previa, las patrullas de las tardes las harían juntos cuando la chica no estuviese ocupada con sus deberes de Guardiana, y que las nocturnas continuarían siendo como habían sido.

Al ojiverde no le molestaba, incluso lo comprendía, el Maestro Fu le dejó su puesto a Ladybug tan de repente y la chica le costaba adaptarse a su nuevo rol. Él sabía que ella estaba pasando por algunos cuadros de estrés, pero ya estaba acordado desde antes que ante cualquier cosa ella siempre podría confiar en él.

Así que esa tarde, eran solamente el rubio y la enorme Ciudad del Amor.

Por seguridad, Chat Noir traía consigo un paraguas color amarillo, en caso de que empezara a llover antes de terminar con la patrulla. Bien podría estar en esos instantes en su casa para resguardarse, pero prefería mil veces estar allí en las calles con solo la responsabilidad de cuidar las mismas.

Era más sencillo eso que su vida cotidiana, en palabras simples.

De pronto, sintió que algo caía sobre su mejilla y antes de que se pudiese limpiar lo que sea que haya sido, ahora algo cayó sobre su guante: Una gota de agua. Inmediatamente tomó impulso para bajar hacia la carretera y después abrió su paraguas para estar seguro. No era un buen plan pasar por los techos cuando están mojados, los golpes previos enseñan eso.

En fin, ya en la calle y ya resguardado de la lluvia el chico siguió su camino. A lo mejor nada malo pase ya que casi no había gente en las calles, pero prefería seguir caminando a ver a dónde lo llevaban los pies. Siguió caminando por un largo rato mientras la lluvia se intensificaba un poco, pero no llegaba a ser muy fuerte, aún era agradable estar afuera en esos momentos.

Dio a parar a la Plaza de los Vosgos.

Los alrededores estaban tranquilos, el paisaje era agradable, el aire estaba fresco y el clásico aroma de tierra mojada inundaba sus fosas nasales... adoraba la lluvia.

Se adentró en el solitario parque mientras sus ojos felinos iban de aquí para allá, conocía ese lugar perfectamente pero siempre le gustaba mirar hacia cualquier sitio, a veces hasta veía pequeños detalles que antes no se había percatado. Pero sentía que la lluvia le daba un toque nuevo al lugar.

Un gatito en la lluvia...—. Cantó casi en voz baja, y algo divertido por cambiar un poco la letra de la que consideraba su canción.

Junto con una princesa—. Terminó de cantar alguien más, una voz femenina.

Y una que él conocía muy bien.

Se dio media vuelta con una sonrisa ladina en su rostro y se encontró con una sonriente Marinette, quien traía puesto un impermeable rosa y unas botas rojas para cubrirse de la lluvia.

—¿De paseo bajo la lluvia, Princesa?—. Preguntó el rubio con una sonrisa pícara.

—La verdad es que como te vi aquí sólo pensé que algo te pasaba—. Explicó la ojiazul. —Pero parece que todo va bien en el mundo de los superhéroes—. Dijo al final sonriendo con burla.

—Estaba de patrulla—. Mencionó él. —Y como, por experiencia, combinar un techo mojado conmigo no es una buena idea, bajé hasta la calle para seguir la patrulla así, y terminé aquí.

—¿Y esa canción?

—Es algo mío, muy íntimo la verdad.

—Oh, bueno, ya no te pregunto más entonces.

—No debes preocuparte Marinette, de todos modos, esa parte que agregaste quedó bien.

A pesar de la lluvia, el rubio logró ver que había sonrojado a la azabache, lo cual le pareció muy tierno.

—Y bueno, ¿A dónde vas a ir ahora?—. Preguntó Marinette.

—La verdad es que no lo sé, me siento muy a gusto aquí—. Respondió Chat Noir.

Un pequeño silencio se formó luego de ello, no era incómodo, y si lo fuese, el sonido de la lluvia cayendo hubiese amortiguado eso. Marinette se quedó mirando un punto fijo detrás de Chat Noir, hasta que sonrió con una nueva idea llegando a su cabeza.

—¿Muy a gusto aquí y no quieres irte?—. Cuestionó ella divertida. —Y supongo que no quieres estar sin la compañía de una bella chica como yo.

Nunca pierdas la oportunidad de adularte.

—¿Qué te parece divertirte un rato saltando en los charcos? Digo, ¿Una marena de disfrutar la lluvia? Divertirse mientras ella hace su trabajo.

—De verdad que eres única Marinette—. Habló Chat mientras con los nudillos de sus dedos índice y medio apretaba suavemente la punta de la nariz de su contraria.

—Es uno de mis talentos—. Alardeó la azabache.

Sin más, ambos adolescentes se dieron a correr y empezaron a saltar sobre los charcos mientras reían e incluso bailaban usando el paraguas que el superhéroe traía.

Definitivamente, la lluvia podía traer muchas buenas cosas a nosotros.

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¡Bienvenido sea el Mayo Marichat!

La impaciencia por este reto me hizo despertar a las siete de la mañana, así que pueden imaginarse cómo estoy ahora que ya inició esta nueva aventura.

Empezamos con un relato feliz, y para todos aquellos que en la encuesta de mi Instagram (mys_tery131) que pensaron y votaron que sería triste gracias al mini título, debo decirles que han sido timados ✌.

Aquí les dejo un pequeño reto: Con la edición del año anterior a la semana el libro ya tenía 100 lecturas (eso era cuando no era tan conocida) pero como ahora sí lo soy, los reto a que para cuando lleguemos el día 07 el libro tenga 300 lecturas. Algo sencillo para iniciar 😗👌.

Esto es todo por el día de hoy, ¡Nos vemos mañana!

..Mystery..

Another Night on the BalconyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora