· Día 10: Cocinando juntos ·

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· EL ENCARGO ·

—¿Segura que puedes hacerte cargo mientras tanto, Marinette—. Preguntó Sabine un tanto preocupada.

—Puedo hacerlo mamá, así les ayudo y adelanto el trabajo—. Aseguró Marinette.


Resulta y acontece, que Tom y Sabine debían hacer unas cuantas entregas de la panadería, pero a la par deberían estar preparando una entrega de 150 galletas para esa misma noche, por lo que tenían las manos un poco apretadas gracias a ello.

Sin embargo, Marinette se había ofrecido para hacer las galletas de mientras sus padres estaban entregando los pedidos... pero había una minúscula línea de incertidumbre en ello. El matrimonio sabía que su hija solo instaba ayudarles, pero había un poco de peligro en el asunto considerando que una de las principales características de la ojiazul era la torpeza.

Tom y Sabine se miraron entre ellos, tratando de decidir qué hacer. Marinette notó ello y ya estaba por rendirse y a la par sentirse algo triste por la desconfianza de sus progenitores, cuando un pequeño golpe se oyó desde la entrada de la panadería.

Los tres miembros de la familia voltearon a ver qué había sucedido, cuando vieron que frente a la puerta se encontraba Chat Noir, el cual estaba acariciando la punta de su adolorida nariz. La puerta estaba cerrada con llave y al querer abrir tropezó y se golpeó.

Sabine fue a abrir la puerta para darle paso al héroe, quien entró aún con una de sus manos en su nariz.

—Llegó la alegría de esta casa—. Saludó el ojiverde.

—¡Ya sé!—. Habló de pronto Marinette. —¿Qué tal si Chat me ayuda? Podríamos hasta terminar más rápido las galletas, y si se preocupan por mi torpeza, Chat sabrá cómo atajarme.

Ambos adultos miraron al recién llegado superhéroe en espera de que diera una respuesta, a lo que el ojiverde primeramente sonrió un poco nervioso.

—Bueno, lo que sea por ayudar, es el trabajo de un héroe, ¿No?

Sabine y Tom volvieron a intercambiar miradas, antes de suspirar resignados.

—De acuerdo, hecho, les vamos a confiar el pedido de ncafgo. Pero recuerden que para esta noche, así que deben trabajar a pulso—. Señaló Tom.

—No te preocupes papá, todo va a salir bien—. Aseguró Marinette.

—Bien, ya nos tenemos que ir.

Ambos adultos caminaron hasta la puerta, pero cuando notaron que Marinette les había dado la espalda a ellos y Chat Noir, se acercaron al felino superhéroe para susurrarle algunas cosas.

—Ya sabes dónde se encuentra el extinguidor—. Dijo Tom.

—Hay una libreta en el mostrador con los números de emergencia—. Dijo Sabine.

—No se preocupen, yo manejo todo—. Dijo ahora Chat.

Las experiencias previas son para aprender de ellas.

El matrimonio terminó por fin de salir de la panadería para poder irse de una vez a los lugares en donde debían entregar los pedidos. Por su parte, Chat Noir volteó a ver a Marinette quien ya estaba sacando de a poco los ingredientes para hacer las galletas.

—¿Segura de que entre los dos podemos hacer todas las galletas?

—Mis papás son dos y juntos crean maravillas, ¿Por qué nosotros no podríamos?

—Tal vez porque somos menos experimentados... pero ya qué, hay que trabajar.

Marinette le arrojó a Chat Noir un delantal para que pudiese trabajar, y el chico le dio una ojeada rápida al mismo, notando que al frente tenía escrito la frase «Dale un beso a tu panadero».

Ya está, yo me quedo con esta familia—. Se dijo a sí mismo el héroe en sus pensamientos.

Unos instantes después ambos adolescentes empezaron a preparar la masa de las galletas, con Chat Noir vigilando todos los movimientos de Marinette para que no hubiese ningún accidente.

Aunque, como eran ellos, no pudieron evitar jugar con los ingredientes un poco, llevándolos a casi distraerse por completo pero ¿Qué es un trabajo sin un poco de diversión? Sólo ellos sabían como darles su toque especial a los momentos que pasaban juntos.

Pasaron al menos tres horas y media preparando y decorando las galletas. Había sido bueno que los Dupain-Cheng le hayan dado alguna que otra clase de repostería a su felino amigo, y demostraba todas sus lecciones en aquél encargo.

Y al final, vieron ante ellos 150 galletas con forma de estrella, color amarillo pastel. Habían sido de esa forma y color, gracias a las indicaciones que habían dejado Tom y Sabine.

Y hablando de ellos, el matrimonio de pronto entró a la panadería y sus ojos reflejaron una chispa de alegría al ver que el encargo de galletas ya estaba listo, y sólo hacía falta guardar en cajas.

—¡Lo lograron!—. Exclamaron ambos, haciendo sonrojar a los adolescentes.

—¿Ya ven que sí pueden dejarme un encargo mientras están ocupados?—. Alardeó Marinette, haciendo reír a todos los presentes.

Tom y Sabine metieron en cajas las galletas para ir a entregarlas de una vez, y cuando nuevamente se fueron, Marinette y Chat Noir se sonrieron.

—Otro día más en la Panadería Dupain-Cheng—. Habló Marinette.

—Ya tengo que irme, pero te ayudo a limpiar todo—. Mencionó Chat.

El rubio se sacó el delantal y lo dejó sobre el mostrador. Luego, tomó un tazón en el cual quedaba un poco de crema con la que habían decorado las galletas, hasta que, por culpa de Marinette que metió el pie sin querer (tal vez), tropezó y cayó al suelo.

La crema había caído tanto en el suelo como en su traje.

Marinette empezó a reír por aquello. El pobre de Chat Noir había intentado que la torpeza de ella no se metiera en la situación cuando hacían las galletas, pero ahora él era quien estaba haciendo desastres. Rió aún más al ver cómo el ojiverde hacía una rabieta cual niño pequeño, mientras se retorcía de igual manera. Tomó un trapo que se encontraba allí cerca y se lo pasó a su amigo, quien empezó a limpiar su traje de héroe.

—Se supone que el trapo era para que limpiaras el suelo—. Dijo la azabache. —No el traje.

—Ya limpié el suelo—. Mencionó el rubio. —Con el traje.

No hay fallas en esa lógica.

—Y antes de que vayas a reírte otra vez, responde algo: ¿Para quién es el encargo? Se me hizo raro que las galletas tengan forma de libro.

—Según mis padres, son para una convención en el planetario que se inaugura hoy.

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No sé si va a saltar la notificación, pero en caso de que sí... hey!

¿Razón de este re upload? Bueno, corregí algunas cosas de este capítulo que consideré pertinentes pero no sé angustien que la historia en sí es como estaba en un principio... casi.

Gracias por su atención ( ꈍᴗꈍ)_/¯

..Mystery..

Another Night on the BalconyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora