· Día 30: Confianza ·

721 97 76
                                    

· ESTA SOY YO ·

Después de habérselo pensado por casi un mes, siendo exactos 24 días, Marinette finalmente había tomado una decisión acerca de los secretos que le estaba ocultando a Chat Noir acerca de su identidad secreta.

Había estado pensado mucho, pensando incluso hasta tres veces en las posibilidades. Dudó varias veces, preguntándose si era lo correcto, si no se estaba precipitando, si de verdad estaba preparada.

Debido a todo eso sus pesadillas continuaron por unos días más, agravando el miedo que sentía por las consecuencias de la decisión que tomara. Había dos caminos, pero sólo podría tomar uno.

¿Decir la verdad o quedarse callada?

Finalmente, la noche anterior, había tomado su decisión.

Había citado a Chat Noir durante la tarde para poder decirle de la decisión que había tomado con respecto de contarle sobre sus pesadillas y sus secretos. Por lo que ahora se encontraba en su habitación, esperando que el chico por fin llegara.

Sin embrago, durante toda la tarde, el héroe jamás se apareció por la habitación.

. . .

Si mal no calculaba, eran al rededor de las 7:30 de la noche cuando por fin se había desocupado de las actividades extra que su padre le obligó a tomar tan de repente, impidiéndole a Adrien ir a casa de Marinette como Chat Noir durante la tarde.

Apenas pudo tomar un respiro y comer algo, no perdió tiempo en transformarse e ir directamente donde su amiga de ojos azules. Ella finalmente se había decidido en contarle qué era lo que tanto le atormentaba desde hacía un tiempo ya, y él por culpa de su padre le había fallado. Se sentía todo un idiota por eso.

Había estado esperando que la chica se abriera a él y le contara todo lo que la atormentaba, para después cuando por fin se había decido en contarle, viniera él y lo arruinara todo. Quién sabe las cosas que ella estaba pensando de él.

Cuando por fin logró divisar a lo lejos el hogar de los Dupain-Cheng, no dudó en acelerar el paso, tomando un último impulso para saltar y caer directamente en el balcón de Marinette.

Aunque sin quererlo dejó caer al suelo algunas rosas del macetero.

Importándole poco el mini desastre que había causado, inmediatamente entró en la habitación de Marinette, buscó a la misma algo desesperado, y la encontró sentada en su escritorio, pero con medio torso recostado a él y usando los brazos como almohada.

Se había quedado dormida esperándolo.

Se acercó cauteloso a ella para no despertarla de un susto, pero el susto se lo llevó él al notar que pequeñas lágrimas salían de sus ojos en medio de su inconsciencia.

La tomó suavemente por el hombro y empezó a zarandearla un poco.

-Marinette, despierta-. Le dijo sin alzar mucho la voz.

Pero a pensar de modular el tono de voz, Marinette se despertó a su primer llamado. Por lo que veía su sueño no era demasiado profundo, pero, a juzgar por las lágrimas, había tenido otra pesadilla.

Apenas al verlo, Marinette se arrojó a los brazos de Chat Noir mientras evitaba sollozar.

-¡Estás aquí!-. Le dijo en primera instancia. -¡Me alegra de que estés bien y que Hawk Moth no te halla hecho nada! ¡Nunca, jamás, vuelvas a traicionarme de ese modo! ¡Yo no soy nada sin ti!

Another Night on the BalconyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora