· EL CARIÑO QUE NECESITAMOS ·
Adrien no era muy perspicaz.
Así era él sencillamente, pero ya de por sí, era hasta fácil incluso para un niño pequeño notar el evidente mal humor que últimamente traía Marinette. La Dupain-Cheng estaba con un humor pésimo, algo contestona, y parecía una vieja cascarrabias.
Por ello, el rubio decidió hacerle una visita a la ojiazul con su versión heroica esa noche para ver si lograba descubrir el origen del mal humor que cargaba Marinette.
¿Los resultados? Ahora se encontraba en el balcón con una cara de pocos amigos, mientras la azabache estaba dentro de su habitación. Él fue con toda la buena fe del mundo a querer ayudar a su amiga en lo que fuera que estuviese pasando, y ella simplemente lo vetó de su habitación por, según ella, "hostigamiento masivo".
"Esto es hostigamiento psicológico", diría Plagg.
Suspiró para poder calmarse y evitar enojarse también.
Si volvía a entrar como si nada, corría el riesgo de ser vetado de nuevo y esta vez le podía ir peor, por lo que debía encontrar un modo para hacer que a Marinette se le pase la rabia antes de hacer cualquier movimiento.
Estuvo dando vueltas en círculos por algún período indefinido de tiempo, tratando de pensar qué estrategia tomar de todas las que se le estaban ocurriendo, pero ninguna terminaba de convencerlo del todo.
A la vez pensaba qué pudo ocasionar que Marinette estuviese tan de mal humor.
¿Se peleó con un amigo? ¿Sacó una mala calificación? ¿Tuvo un desacuerdo con sus padres? ¿Estaba en sus días...?
Cerró los ojos por unos instantes, mientras respiraba profundamente.
—No le vayas a preguntar eso último si deseas tener una longeva vida, una familia y un hámster—. Se advirtió en sus pensamientos.
Hasta que de pronto, la remota imagen de su madre apareció por unos instantes en su mente, y de repente, recordó algo que ella solía decir.
«Las personas que se enojan con frecuencia son las que necesitan más amor».
Ya de allí, su mente se iluminó, y se le ocurrió una idea, probablemente exitosa. Pero antes, miró por unos segundos las estrellas.
—Gracias mamá—. Susurró.
Ya con un plan trazado, el ojiverde se dirigió hacia el tragaluz para poder pasar a la habitación de rosadas paredes. Una vez allí dentro, fue hasta la parte inferior, en donde Marinette se encontraba haciendo la tarea de historia en su computadora, aún con su cara malhumorada.
—He regresado Princesa—. Habló con un pequeño tono cantarín, logrando sobresaltar a la chica.
Ella volteó a verlo con una pequeña cara de sorpresa por la repentina intervención de él, pero a los instantes su rostro volvió a ser el mismo de antes.
—¿Que no te que quedó claro que estás vetado?—. Le cuestionó ella.
Pero Chat Noir no se inmutó, al contrario, sólo ensanchó aún más su sonrisa. Ya hasta podría hacer competencia con el Gato de Cheshire.
—Un sabio dijo, "Las personas que se enojan con frecuencia son las que necesitan más amor"—. Citó él la frase de su madre. —Y por tanto Princesa, he venido a darte todo ese amor que necesitas.
Sin dejarla refutar sus anteriores palabras, el ojiverde se abalanzó sobre la ojiazul y la estrujó en un cálido abrazo. Ella puso algo de resistencia al principio alegando que ella no estaba enojada, pero al poco rato dejó de ejercer oposición y se dejó abrazar por el rubio.
El héroe acompañó el abrazo mientras acariciaba con delicadeza la cabeza de ella, sintiendo que poco a poco la azabache iba liberando toda la tensión que cargaba encima entre todos los mimos que él le brindaba.
—Debería abrazarte más seguido—. Habló ella de pronto, haciéndolo reír. —Eres como de peluche, es raro, pero tierno.
—No es por hacerte rabiar de nuevo pero, ¿Por qué has estado tan malhumorada, Princesa?
—Cosas normales de adolescentes.
—Yo también soy adolescente, así que puedes decirme—. Recordó el héroe, preguntándose internamente si le había atinado con eso de que la Dupain-Cheng estaba en sus días.
Marinette suspiró.
—Estoy muy, muy... ¡Pero muy! Cansada de ser "solo una amiga"—. Contestó ella.
Y Chat Noir por su parte, se le quedó viendo a ella, confundido; ¿Qué habrá querido decir con eso?
Vuelvo y repito, Adrien no era muy perspicaz.
·
·
·
·
·
*saluda bien muerta de sueño* Buenas ✌
Acá en Venezuela son apenas las 8 de la mañana (cuando publico esto) ¿Adivinen qué está haciendo su persona favorita de este mundo? La tarea :(
Sorry si ando un tanto inactiva leyendo los otros retos (para los que saben que leo los suyos) cuando tenga chance les aviento una lluvia de estrellas y comentarios.
Pero bueno, ¿Les gustó este día? Algo tierno como les había dicho ayer, incluyendo una escena con un recuerdo de mamá Agreste, ay que besho~ 😭♥
Revienten mi teléfono de tantas notificaciones gente, aún me faltan tres tareas más y es para mañana.
Y hablando de mañana, ¡Nos vemos en el día 13!
..Mystery..
ESTÁS LEYENDO
Another Night on the Balcony
Fanfiction|Reto Mayo Marichat 2021| Otra vez ellos se juntan en busca de nuevas aventuras, nuevas experiencias, nuevos recuerdos ¿Y quién sabe? Quizá incluso hasta nuevos sentimientos. Las aventuras de una aspirante a diseñadora de modas y el guapo superhéroe...