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*Narra Hiro Wakatoshi*

Exactamente había pasado una semana de haber visto a Shino.
Reiki me preguntaba por él, diciendo que ojalá y volviera a la hora del té o que al menos fuera a entrenar junto a nosotros, lo cual me pareció bastante adorable.

Ahora mismo me dirigía a entrenar con Kiyoshi. Desde el día en que estuvimos en Ichiraku ramen, no había hablado con él, mucho menos con Haruki.
En el momento en que puse un pie en el bosque, me senté a esperar, esperar, y esperar... Kiyoshi no llegaba.
Me levanté del césped y me subí a una gran roca, volteé a ver a todas partes y lo vi a lo lejos, caminando con pereza.

– ¡Llegaste temprano! – dijo con asombro el rubio.
– Ya no soy la de antes – me encogí de hombros. – En cambio tú... Llegas tarde, tú no eres así. 

Se me quedó viendo con tristeza y seguimos. Los dos nos adentramos a los campos de entrenamiento. Para ser sincera, era uno de esos días en los que despiertas sin ánimos.
Ikeda me miró extrañado y con demasiada curiosidad, a lo que decidí preguntar.

– ¿Te encuentras bien?
– Creo que la persona que debería preguntar eso soy yo... ¿Estás bien?

Me reí ante su comentario y contesté.

– Claro que estoy bien... Solo que, no estoy de humor.

Empezó a reír un poco y paramos. 

– Andando, debemos entrenar y no perder el tiempo...
– ¿Cómo siempre? – pregunté con ironía. 
– Nunca perdemos tiempo...
– Ahora estamos perdiendo tiempo – me crucé de brazos.

Me miró asombrado y decidió callar. Rápidamente saqué un kunai y se lo lancé. Pasando a unos cuantos centímetros de distancia.

– ¡Oye! ¿Quieres matarme? 
– No, quiero entrenar ahora. 

Aventé mi mochila al suelo y comenzamos a "pelear" apropiadamente. A medida que pasaba el tiempo, me sentía mejor, concentrada en mi objetivo... Entrenar hasta cansarme. 
Aunque para ser sincera, no me sentía cansada, pues estaba absorbiendo el chakra de mi oponente. 

– ¡Ya! – gritó Haruki desde atrás. – Hiro, déjalo.
– ¡¡No te metas pelirrojo de pacotilla!! – le gritó Kiyoshi. – Déjanos entrenar. 

De inmediato paré, no sabía el por qué el rubio había cambiado su comportamiento cuando vio a Haruki llegar. Estos dos empezaron a discutir. 

– Seguimos siendo un equipo... Amigos – dije poniéndome en medio de los dos. 
– Somos un equipo, más no creo que sigamos siendo amigos – respondió Kiyoshi. 

Eso fue una herida más al corazón... ¿No éramos amigos? Qué tontería, claro que lo somos, no podía creer que el chico más serio del equipo fuese de esa manera. Por otro lado, Haruki traía el rostro de color rojo, casi como su cabello. Estaba tan enojado.

– Al demonio, si pelean, espero que sea entre ustedes... Yo me voy – dije acercándome a mi mochila. – Adiós.
– ¡No, tú no te vas, idiota! – respondió Haruki. 
– ¡¿Piensas hablarle así a nuestra amiga?! – el rubio se apegó al pelirrojo como si quisiera golpearlo.
– Tú lo dijiste, Kiyoshi... No somos amigos... 
–  Kiyoshi, creo que te estás contradiciendo mucho.

Ante estos últimos comentarios, el otro lo soltó de inmediato y cayó rendido al piso. Escondió su rostro en medio de sus rodillas, solo pude escuchar unos cuantos sollozos de su parte — lo cual me pareció bastante extraño, él nunca lloraba por más triste que estuviera — así que me acerqué a él. 

– ¿Qué te pasa? Estás muy agresivo desde hace tiempo... – le pregunté amable. 
– No me pasa nada – contestó entre sollozos.
– Claro que sí... Habla – dijo el pelirrojo.

𝑳𝒂 𝑽𝒊𝒅𝒂 𝑬𝒔 𝑴𝒂𝒓𝒂𝒗𝒊𝒍𝒍𝒐𝒔𝒂... [Shino Aburame x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora