𝑳𝒂 𝑽𝒊𝒅𝒂 𝑬𝒔 𝑴𝒂𝒓𝒂𝒗𝒊𝒍𝒍𝒐𝒔𝒂... [Shino Aburame x Oc]

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*Narra la autora*

Después de haber salido de su casa, Hiro Wakatoshi se dio a la tarea de buscar a Lady Tsunade, pues un día anterior había cumplido con una misión y era probable que también el día de hoy la necesitara para otra.

Al momento de llegar a la mansión hokage, la mujer rubia en aquella oficina le explicaba a la chica de cabello largo de lo que consistiría la misión mientras que esperaban a los acompañantes de la menor.

En ese momento tocaron a la puerta y Tsunade permitió la entrada de aquella persona que golpeaba la entrada. Lo que nunca pensó o imaginó Hiro Wakatoshi es que específicamente sería aquel chico. Los nervios se hicieron presentes en ella, aquel color rojizo natural en sus mejillas se había intensificado, estaba emocionada y aquel brillo en sus ojos lo demostraba.

– Buenos días... – saludó frenéticamente y con una sonrisa de oreja a oreja.
– Buenos días – saludó Shizune, quién estaba detrás del individuo.
– Hola, Hiro-chan – entró Nanami, su profesor.

La mayor se levantó de su silla y la otra se acercó, por el contrario, Hiro se alejó un poco del escritorio para así estar a la par de su profesor Nanami y de Neji Hyuga. Aparentemente también éste sería su compañero en esta misión y eso ponía feliz a la chica ya que con anterioridad le había contado lo que pasó en aquel pueblo cercano fuera de la aldea de la hoja.

– Hola Hiro-san, buenos días.
– Hola Hyuga-san...

Claro, no desaprovecharía la oportunidad para hacer molestar a el chico de cabello largo. Él solo bufó y en un rápido movimiento le dio un leve codazo en el brazo de la chica.

– Como ya saben, su misión es de rango B, por lo que deberán recolectar información respecto a lo acontecido el día de ayer – habló la quinta hokage con mucha autoridad. – Si aquella mujer dijo que el Akatsuki iba a ganarse el dinero con apuestas en ese bar, es muy probable que también lo haya hecho en otros bares cercanos a la aldea visitada.

Hiro estaba emocionada, nunca pensó que volvería a trabajar tan pronto en la semana, pues hasta hace poco tenía una ligera lesión en su brazo, cintura y espalda, tanto que estuvo dormida casi cuatro días; desde la aldea de la arena hasta la aldea de la hoja.

Su conmoción se esfumó cuando escuchó a Neji Hyuga quejarse de su compañera.

– Estoy bien al trabajar con Nanami sensei, pero ¿Por qué con ella? – preguntó el chico con algo de indignación. – Creo que sería mejor si trabaja alguien más en esto y no ella.
– ¡Idiota! – su compañera le dio un codazo en el estómago. – ¡Eso debería decir yo, Hyuga!

La quinta hokage volvió a levantarse de su asiento mientras golpeaba con tantas fuerzas el escritorio, Shizune solo se alejó con algo de susto.

– ¡Son los únicos que están disponibles, insolentes! – gritó tan fuerte que era probable que se pudiese romper las cuerdas vocales.
– Por favor, chicos... Necesitan llevarse bien – habló Nanami muy calmado.

Neji Hyuga nunca había visto a la hokage tan enojada, y Hiro estaba acostumbrada a los gritos de la mayor, pues desde pequeña era un dolor de cabeza y desde que Lady Tsunade es hokage, no ha dejado de causarle problemas.

Les dio unas cuantas instrucciones más y salieron cada uno disparado para trabajar. Aunque debían ir a sus casas por ciertas cosas, pues sería un camino largo y agotador.

Neji se despidió de sus compañeros de misión, no sin antes decirle que los estaría esperando en la puerta principal de la aldea.
Hiro se alejó con prisas del lugar, en dirección a su casa. Él solo veía cómo es que la chica se veía cada vez más pequeña al alejarse.