¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mientras pasaba el jabón líquido con aroma a fresa por mi cuerpo, todos mis músculos dolían. Se sentía como haber tenido una sesión de abdominales y planchas en el gimnasio, además aquel dolor de culo que me había dejado me incomodaba bastante. Sin duda tomaría alguna pastilla terminando de bañarme.
Además, tuve que ponerme algo de maquillaje en los hombros y un poco más en la cadera. Las marcas que Levi había dejado en mi cuerpo eran evidentes así que debía cubrirlas si no quería que nadie se diera cuenta de lo que había sucedido.
Eran aproximadamente las tres de la tarde, me encontraba recostada en el sofá mirando televisión cuando escuché la puerta abrirse.
No me preocupé en voltear, Porco era el único que venía al departamento los sábados así que sabía bien que era él.
—Hola preciosa —se inclinó hacia mí y besó mi cabeza.
—Hola —saludé aún viendo la película.
—¿Por qué tan seca? —Preguntó burlón sentándose en el sofá de enfrente.
—Porque ya no me haces mojar —bromeé dándole un toque serio a mis palabras.
Volteé ligeramente hacia él para ver su reacción y tenía su semblante de fastidio a lo que rodeé los ojos y mejor seguí mirando televisión.
—¿Por qué eres tan cruel? —Se levantó de aquel sofá acercándose a mis piernas para levantarlas un poco y sentarse en el ahora espacio libre. No pude evitar hacer una mueca de dolor, no era broma que me dolía el puto cuerpo.
